Culpa el Químico Benítez a víctima de un crimen, para defender sus estadísticas

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FRANCISCO CHIQUETE

A veces nos quejamos porque la sociedad ve los crímenes con naturalidad, a causa de la frecuencia con que ocurren. No podemos perder de vista el dolor que significa una pérdida de esta naturaleza, que se acompaña con la ira porque lo más seguro es que el caso termina en la impunidad.

Pero si además vemos a una autoridad que justifica las fallas en la seguridad diciendo que la víctima tuvo la culpa de que la mataran, nos enfrentamos a una injusticia adicional.

Eso fue lo que hizo el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres, quien se apresuró a decir que un crimen reciente fue motivado por comportamiento indebido de la víctima, precisamente.

No es el único caso por supuesto, pero uno cree que los responsables del gobierno van a aprendiendo conforme pasa el tiempo y que a la luz de ejemplos muy criticados, terminan por entender que no se debe prejuzgar ni revictimizar a las víctimas y a sus familias. No es el caso del Químico.

A un año y cuarto de su estancia en la Presidencia Municipal, sigue siendo tan novato y tan imprudente como si apenas ayer se hubiera sentado en una silla para la que se supone se vino preparando desde hace por lo menos cinco años, cuando decidió participar en su primera elección para alcalde.

Un presidente Municipal es responsable del área preventiva de la seguridad y va a su cuenta política la medida de esa seguridad o inseguridad en su demarcación, pero ello no lo convierte en investigador, ni en agente del Ministerio Público, ni en fiscal para determinar las directrices de un caso.

Como la víctima fue una mujer, el funcionario dijo que no había sido un feminicidio y hasta aseveró que en su gobierno se logró reducir de nueve a dos el número de asesinatos de mujeres por motivos de género.

Yo me pregunto cuáles son esos programas tan efectivos y tan especiales que le han permitido arrebatar el arma homicida a por lo menos siete asesinos potenciales que no pudieron cumplir con su propósito. Si lo cree, allá él, pero es una barbaridad que en defensa de una cifra improbable cometa la barbaridad de lavarse la cara culpando a una persona a quien le arrebataron la vida.

Si los criminales, señor Benítez, tienen derecho a la presunción de inocencia, con más razón debe darse esa oportunidad a las víctimas. Su apresuramiento es ofensivo para una sociedad que ya de por sí debe cargar con el dolor de estas pérdidas.

¿O cree usted, presidente municipal que hay alguna razón como su sinrazón, que justifique o atenúe la gravedad de los asesinatos?