A 75 AÑOS DE LA LUCHA AGRARIA

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La política, detrás del enfrentamiento entre agraristas y Los del monte

La muerte de Alfonso Tirado, asesinado a balazos en Culiacán cuando empezaba a buscar la gubernatura de Sinaloa, detonó un periodo de violencia sin comparaciones en la lucha agraria del sur de Sinaloa. Han transcurrido 75 años y las secuelas continúan, aunque hoy la inseguridad tenga otras motivaciones y las pasiones generadas por aquellos acontecimientos se limiten a manifestaciones personales.

El tema, en que sobresalen personajes como Rodolfo T. Loaiza, el gobernador asesinado, su presunto asesino, Rodolfo Valdez, El Gitano, el propio Poncho Tirado y una larga lista de terratenientes y líderes agrarios, fue abordado este fin de semana en Aguacaliente de Gárate, donde autores e historiadores comentaron cuatro libros que abordan el tema: La Vinata, de Guadalupe Tirado, Lo que el tiempo no se llevó, de Francisco Padilla Beltrán , Loaiza y El Gitano, de Chema Figueroa, y Rodolfo T. Loaiza, de Nicolás Vidales.

El encuentro, conducido por el presidente del Colegio de Sinaloa, José Ángel Pescador Osuna, se llevó a cabo en la casa del maestro Faustino López Osuna, a quien se hizo un reconocimiento por ser el autor del himno de Sinaloa. La casa fue por cierto la última que Rodolfo Valdez utilizó en vida.

¿Por qué el reparto de la tierra tomó estas características de violencia intensa en el sur de Sinaloa, en opinión de Alfonso Tirado Velarde, hijo del sacrificado Alfonso Tirado, este enfrentamiento causó en la región más muertes que la propia revolución mexicana. Padilla Beltrán muestra una extrañeza inicial por la enconada disputa de terrenos secos, estrechos, agrestes, de la parte en que el mar y la sierra están más cerca que en toda la geografía sinaloense.

La conclusión es que se trató de motivos políticos. La lucha de los coroneles (Rodolfo T. Loaiza,. Pablo Macías Valenzuela, Gabriel Leyva Velázquez y Alfredo Delgado.

Algunos de los ponentes sostienen que Loaiza hizo creer al presidente Cárdenas que había una conjura política y lo convenció para intensificar las acciones de reparto de la tierra; en cambio los grandes latifundios del centro y norte del estado quedaron sin tocar.

La muerte de Alfonso Tirado, expresidente municipal y representante del poderoso grupo agroindustrial del sur de Sinaloa terminó por detonar enfrentamientos tan grandes, que los del monte, es decir, los terratenientes, llegaron a poner retenes en las fronteras de Sinaloa para que no pasaran más aspirantes al reparto de tierra.

Aparecen en las narraciones nexos muy fuertes entre políticos como Leopoldo Sánchez Celis, quien gobernó a Sinaloa con mano de hierro y protegió al Gitano a pesar de ser el asesino de Loaiza, quien a su vez había sido el protector que impulsó la carrera política del propio Sánchez Celis.

Entre otras cosas se concluye que efectivamente, Rodolfo Valdez no fue el ejecutor de Loaiza, como dicen algunas versiones, y que el cambio de los vientos políticos llevó a transformaciones no sólo lo tendencias y programas, sino incluso de conductas personales.

La lucha por la tierra se agotó con una disposición legal, ya en tiempos de Carlos Salinas de Gortari, para que los ejidos pudiesen enajenar sus terrenos, pero las pasiones están ahí, soterradas, y probablemente mantengan alguna relación con los acontecimientos posteriores que generaron organizaciones clandestinas que han mantenido en la región un clima inagotable de violencia.

UNA VÍCTIMA COLATERAL

El Alcalde concordense Eligio Medina, cuyo gobierno patrocinó el encuentro, recordó que los acontecimientos del agrarismo y antiagrarismo, pero sobre todo la participación de Rodolfo Valdez, El Gitano, generaron al Aguacaliente de Gárate una secuela lamentable: la de ser considerada tierra de bandidos, de reaccionarios, a la que se negó todo derecho, incluso el del servicio de electrificación, al que no se le otorgó financiamiento y debió ser pagado por los vecinos, aún a costa de la expatriación.

En la casa del profesor Faustino López Osuna, donde como queda dicho vivió El Gitano, fue colocada una placa en reconocimiento por la capacidad creartiva del maestro, quien el año pasado ganó el concurso por la composición del Himno de Sinaloa, y ganó también el Premio Sinaloa de las Artes.