Edgar Piña Samaniego.
“XV Años Compartiendo Imágenes” es el título de la expo individual de Miguel Ángel Román con que hace una breve pausa introspectiva en su quehacer fotográfico de lo que él y sus otros colegas realizan en este que es el corazón del Mazatlán y por ende, el nido artístico y cultural del Puerto.
Hablando fotográficamente, nadie ha mantenido la vigilia sobre el proceso de transformación de la Machado como lo ha hecho él a partir de la década de los 90s, documentando cada detalle del acontecer del místico espacio, imprimiéndole con énfasis los deleites de sus visitantes, sus bancas, sus banquetas y calles con esas tonalidades únicas de añoranza.
Al igual que otras disciplinas del Arte Visual, la fotografía también presenta modas de acuerdo a la época y una de ellas, es precisamente, la fotografía de locación de la vida social del Puerto.
Como impresor de sus primeros trabajos, por allá en el 97, recuerdo que lo habitual era llevar a fotografiar a las novias y quinceañeras al Valentinos y al Monumento del Agua, pero Miguel Ángel hacía sus retratos en la Machado y fachadas de casas en ruinas del viejo Mazatlán.
Una vez le comenté, “lo que tú estás haciendo, es la premisa a lo que será la moda fotográfica dentro de las posteriores décadas. Por aquí veremos a muchos colegas y aficionados capturando imágenes de locación de novias y quinceañeras de todos los estratos sociales para portadas, revistas y enmarcados.
Otras de las cualidades que le miré a Miguel Ángel técnicamente, fue el uso de la picada, contrapicada, el angular y el poco uso del flash, cuando prácticamente los lentes más comunes eran el 50mm y el 35mm y las fotos bien centraditas con poco atrevimiento de la búsqueda de otros planos.
A decir verdad, para este fotoperiodista del arte urbano, la fotografía de sociales eran solo un pretexto para acercar a sus clientes a la magia de la Machado, porque su esencia en el quehacer cotidiano no era otra cosa que convertirse en el cronista gráfico de la vida del Centro Histórico.
Considerado como el fotógrafo más activo de la ciudad por la cantidad de exposiciones individuales y colectivas que tiene anualmente, gracias a becas y los apoyos del Instituto de Cultura, la UAS y otras instituciones, Miguel Ángel Román ha cristalizado cuanta idea se le ocurre en vías a la promoción e impulso de los usos y costumbres del acontecer cotidiano del Centro Histórico.
Su acervo invaluable de fotografías que han testificado los sucesos culturales de mayor relevancia, están ahí impresos en sus múltiples exposiciones convertidas en actos gozosos compartidos con los receptores que degustan de este arte.
Esperemos pues, que las autoridades culturales le designen como el Cronista Gráfico del Centro Histórico que bien merecido se lo tiene; aunque sea simbólico. Felicidades por tus aportaciones a la idiosincrasia mazatleca y enhorabuena.