SIEMPRE NO NOS SALVAMOS

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Turismo, obra pública y la pesca, en riesgo tras Manuel

Es opinión generalizada que el huracán Manuel respetó a Mazatlán porque aquí no hubo inundaciones ni destrozos, pero la economía enfrenta retos derivados de esa contingencia y que podrían impactar en los sectores más sensibles, como la inversión pública, el turismo y la pesca.

De entrada el dirigente de los restauranteros se felicita porque aquí no pasó nada y sobre todo porque la amenaza llegó después del fin de semana largo, cuando hubo una gran afluencia en Mazatlán. Ya los días en que estuvimos con el riesgo de la tormenta eran días en que la gente se había ido, de modo que las fechas buenas no tuvieron merma, dice Ricardo Velarde, aunque lamenta que  a nuestros hermanos sinaloenses de Culiacán y los demás municipios les haya ido de manera diferente.

En cambio el secretario de Turismo, Frank Córdova Celaya, advierte la necesidad de ser más cuidadosos con los posibles visitantes. Después de lo que ocurrió en Acapulco, donde la gente quedó atrapada, sin poder regresar a sus casas, hay muchos que tienen dudas, que pudieran verse disuadidos en sus planes de viajar a un destino playa como el nuestro, advierte.

El secretario dice que ha habido mucha gente que tiene programado venir a Mazatlán llamando para preguntar si está abierto el aeropuerto, si podrán regresarse sin problemas, si no estamos afectados. A todos les hemos respondido adecuadamente, pero tenemos que ser muy cuidadosos con esa situación, advierte.

En la industria de la construcción también están preocupados por los efectos colaterales de Manuel y las otras tormentas. Con tantas cosas que han pasado en el país, se va a necesitar mucho dinero, dice el presidente de la CMIC Mazatlán, ingeniero Ramiro Burgueño.

Especifica entonces que puede darse el caso de una reorientación de la inversión pública, posponer proyectos que ya estaban programados para su licitación, y que perdamos obras que aquí iban a generar una derrama importante.

En el renglón pesquero hay también situaciones que analizar. Lluvias como las que registramos en los días recientes pueden hacer que crezca mejor el camarón y tengamos posibilidades de más producción, pero también puede darse el caso de que los ribereños vean cómo esas lluvias hacen que los tapos se desborden y el camarón se vaya a altamar, de modo que habría más pesca para los pescadores en barcos, pero no para los ribereños, considera el economista de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Clemente A. Corrales.

Una afectación concreta sin embargo es la de tres barcos camaroneros de la flota mazatleca que escoraron cuando buscaban refugio en el puerto de Yameto.

El armador Jorge Luis Tirado indica que ya fueron sus hijos, con buzos y equipo a tratar de reflotarlos, esperando que los daños no sean mayores, aunque, apunta con tristeza, “dicen que uno se salió hasta las casas”,  no sabemos porque no los hemos visto, pero eso sería realmente grave por el nivel de los daños.