Pocos Migrantes Logran a Llegar a EU, Muchos Mueren en el Camino o Regresan a su país en Ataúd: José, Fraile Franciscano

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*”No quieren pasar por Sinaloa”

*Santuario, Iglesia de la Allende

Es muy dura la vida del migrante, muy pocos cruzan la frontera y logran una vida mejor en Estados Unidos, pero hay muchos que se quedan de este lado de México y otros tantos se quedan en el camino: muertos en los desiertos, las montañas, en el cruce del Río Grande o asesinados por los grupos delincuenciales, acepta el fraile José, de la red franciscana de atención a migrantes que van rumbo a la Unión Americana en busca del “sueño americano”.

Las rutas del migrante están llenas de tumbas sin nombres y muchos indocumentados han regresado a sus países en un rústico ataúd.

Entrevistado en el atrio de la Iglesia de San Francisco de Asís, en la colonia Allende, dice desde que empezó la pandemia y ahora con violencia en Sinaloa ha disminuido mucho el tránsito de migrantes por este estado y ahora toman los rumbos de Durango y otros estados para llegar a la frontera norte. Confirma que esta parroquia es lugar de atención a los migrantes y que son una red de lugares que atiende en EU, México y Centroamérica.

José, muy amable y oriundo de Guatemala, dice que esta red nació en el 2004 y desde entonces se asisten a personas migrantes con alimentos y otras necesidades como el aseo personal. Precisó que en estos 20 años han pasado cientos o miles de migrantes en ruta al país del norte, aunque en estos meses de violencia “nada quiere pasar por Sinaloa; temen morir o ser llevados por los criminales para forzarlos a trabajar para ellos”.

Comentó que el último grupo de migrantes que tuvieron en este centro religioso fue en diciembre y se trató de seis personas venezolanas que llegaron a la frontera, pero no lograron el asilo en los Estados Unidos. Recorrieron miles de kilómetros en vano; sufrieron peligros y ahora van de regreso a Venezuela”, añadió el fraile franciscano.

Dijo que de septiembre del pasado año a la fecha, han atendido a unos cien migrantes que llegaron de Puebla, Oaxaca, Chiapas, pero la mayoría eran de Centroamérica.

José dijo que como Iglesia católica más que llamado a la población abierta es invitarla a que sea compasiva, de corazón abierto y misericordiosos con Jesús y ayudar a las personas el tránsito por este estado; “no verlos como criminales, sino de darles el trato de personas que son y darles algo de dignidad que en ocasiones pierden en sus angustias de llegar al destino final que es EU, luego de abandonar, en sus casos, a familias completas en busca de trabajo”.