Félix Salgado, trayectoria de polémica, excesos y desplantes populacheros

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Félix Salgado buscará, de nuevo, ser el candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero, en lo que sería su tercer intento. 

Guerrero.-

Para quienes no son guerrerenses, es difícil de entender el cálculo: ¿por qué Morena y Andrés Manuel López Obrador han decidido apostar su capital político con un personaje como Félix Salgado Macedonio? La respuesta: porque tiene los hilos del poder en Guerrero y para bien o para mal, es el político más conocido por el electorado del estado.

La carrera política de Salgado Macedonio, el autoproclamado Toro sin Cerca es una larga sucesión de escapes, retornos de derrotas y saltos hacia adelante, ayudado por un carácter populachón y por su conocimiento de las redes locales del poder. Hoy, confrontado con el peor escándalo de su carrera -la acusación de haber agredido sexualmente a varias mujeres- queda en vilo si podrá recuperarse una última vez.

De una u otra forma, Salgado Macedonio ha sido testigo o partícipe de la historia de Guerrero durante las últimas tres décadas. Irrumpió en la escena pública como editor de un periódico en Iguala de la Independencia, pero desde 1988, cuando se generó el gran desprendimiento de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y la corriente Democrática del PRI, se incorporó al Frente Democrático Nacional (FDN) que lo postuló como candidato a diputado federal.

Ese sexenio, el salinista, fue el de su despegue. Su imagen se conoció más allá de las fronteras del país cuando irrumpió en el Congreso de la Unión, en el momento en que se calificaba el proceso electoral, con el que se validaba a Carlos Salinas de Gortari como Presidente de la República, bajo el señalamiento de fraude electoral y la caída del sistema, atribuida al entonces presidente del Colegio Federal Electoral (CFE), Manuel Bartlett Díaz.

En el pleno de San Lázaro, Salgado Macedonio vació varios costales con boletas quemadas, mismas que fueron recuperadas de un tiradero de basura ubicado en la periferia de la ciudad de Iguala.

“Yo vi que prácticamente era imposible que pasara, porque era una estructura muy fuerte de poder y al hacerme el fraude, pues agarré mis costales de boletas quemadas y los llevé a presentar a la CFE, en ese entonces el presidente era el señor Bartlett, les dije; aquí están estos votos para que los cuenten bien”, comentó Salgado en una entrevista realizada el pasado 6 de enero. Entonces se le adjudicó el mote de “diputado costales”.

En 1993 fue candidato a la gubernatura de Guerrero por el PRD y tuvo como adversario a Rubén Figueroa Alcocer, que fue postulado por el PRI.

En su momento reconoció que el panorama era muy difícil en esa primera elección, pues el PRD nacía como partido, el gobernante saliente era José Francisco Ruiz Massieu y el oponente Rubén Figueroa, y por si fuera poco, el presidente de la República era Carlos Salinas de Gortari.

Fue derrotado. Tras conocer el resultado adverso, Salgado argumentó que hubo un fraude en su contra e instaló un plantón en la plaza central de Chilpancingo, el cual se prolongó por espacio de varios meses.

Ese año, el conflicto postelectoral se extendió hacia otros municipios, como el caso de Teloloapan, en donde emergió un dirigente caracterizado por asumir actitudes de tipo radical, Pedro Pablo Uriostegui Salgado, recientemente asesinado y quien, durante años, fue uno de los operadores más cercanos de Salgado Macedonio, hasta que eventualmente le traicionó.

En aquellas jornadas de lucha poselectoral, Uriostegui Salgado tomó el palacio municipal de Teloloapan y cerró durante varias semanas la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano. Fue tanta su cercanía con Salgado Macedonio que a él se atribuye el mote de Toro sin Cerca con el que se ha identificado durante dos décadas .

Uriostegui cayó en prisión acusado de posesión de armas de fuego de uso exclusivo, pero también por el delito de ataques a las vías de comunicación. Cuando cumplió su condena, se convirtió en aliado del ex gobernador Rubén Figueroa y acusó a Félix de haberlo traicionado, una vez que lo abandonó durante su periodo de encarcelamiento.

En 1999 Salgado fue nuevamente candidato a gobernador, emergiendo de un proceso interno del PRD en el que se impuso ante el ya fallecido ex gobernador Xavier Olea Muñoz, el arquitecto Ángel Pérez Palacios, la ex alcaldesa de Atoyac, María de la Luz Núñez Ramos, y entre otros, el empresario Pioquinto Damián Huato.

René Juárez tuvo una circunstancia similar en el PRI, pues hubo una elección interna en la que le ganó al hoy senador Manuel Añorve Baños, al actual secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame, y entre otros, a la ex senadora Guadalupe Gómez Bermeo.

Y aunque fue derrotado por menos de dos puntos porcentuales, en esa ocasión el repunte electoral del PRD y Félix Salgado fue notable, por lo que el conflicto postelectoral fue mayor e incluso le dio suficiente capital político como para encabezar una marcha de miles de personas hacia la Ciudad de México, en lo que llamó el “éxodo” para denunciar un supuesto fraude electoral.

Cerró carreteras, tomó nuevamente el zócalo de la ciudad de Chilpancingo y manifestó que no reconocería a René Juárez como gobernador constitucional.

Su lema de campaña fue “Un Guerrero para Guerrero”, lo que aprovecharon sus oponentes del PRI y del PAN para mostrarlo como un candidato con una inclinación muy clara hacia la violencia.

Su paso por las cámaras baja y alta está caracterizado por varios sucesos que lo dibujan como un representante popular improductivo, polémico y dado a la confrontación. Durante el informe de labores de 1994 del ex presidente Carlos Salinas de Gortari se colocó cerca de la tribuna con una pancarta que decía: “Mientes Salinas”.

Al ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León le realizó una jugada similar, pero en esa ocasión, durante su último informe exhibió una pancarta que reivindicaba a los campesinos ecologistas presos, Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera.

Al día siguiente se generó el escándalo exhibido en televisión nacional, cuando se le miró peleando con los policías de la Ciudad de México, en un video en el que aparece planteando de manera recurrente una pregunta: «¿Por qué?»

Al hablar sobre ese video, que tiene miles de reproducciones en YouTube, Salgado comentó en enero pasado que lo hicieron ver como “ebrio mal averiguado”.

Al paso de los años, Salgado asegura que no guarda rencores por esas imágenes: “Aquí estoy, maltrecho, remendado de todos lados, pero vivo que es lo más importante”.

Del «mañanero» a la caída de Figueroa

Fue ampliamente conocido en el tiempo en que entró en vigor el horario de verano, durante la administración federal de Ernesto Zedillo Ponce de León, cuando sostuvo que las más inconformes con la decisión eran las amas de casa, ya que por las prisas sus maridos no podrían echarse “el mañanero”.

Ese fue otro apodo que lo acompañó durante varios años y marcó el inicio de acusaciones de misoginia que le persiguen hasta la fecha.

Como senador incurrió en excesos como convertirse en cantante, y si bien grabó la Cumbia del Peje, entre los éxitos que más vistas le representaron fue el cover del “cangrejito playero”. Grabó su propia película “El Guerrero” y tuvo como protagonista, en el papel de su esposa a la actriz del cine de ficheras, Lina Santos.

En el desarrollo de la película, a Salgado Macedonio se atribuye la filtración del video de la masacre de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas, que provocó la licencia de Rubén Figueroa Alcocer y el interinato de Ángel Aguirre.

En marzo de 1997, Félix Salgado sufrió un accidente cuando se trasladaba en su motocicleta de la Ciudad de México a la Autopista del Sol, por lo que tuvo que someterse a una cirugía que le reconstruyó parcialmente el rostro.

Salgado aseguró que se trató de un atentado y responsabilizó del hecho al entonces gobernador priísta, Ángel Aguirre Rivero, hoy uno de los principales operadores del PRD en el país.

La frase macabra de su administración municipal

El Toro fue presidente municipal de Acapulco de 2005 a 2008, en un un periodo en el que el Cártel de Sinaloa estaba unificado, teniendo como jefe de plaza a Edgar Valdés Villarreal, La Barbie. Es considerado el periodo del inicio del declive de seguridad más marcado en el puerto.

La presencia del crimen organizado en Acapulco quedó en evidencia en enero de 2006, cuando policías preventivos se enfrentaron con un grupo de sicarios en el punto conocido como La Garita, en la que murieron dos elementos de seguridad pública y cuatro pistoleros, que portaban credenciales de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI).

Tres meses después, el comandante Mario Alberto Núñez Magaña y Alberto Ibarra Velásquez fueron decapitados y sus cabezas colocadas en un barandal en la coordinación de Finanzas del Puerto con una leyenda: “Para que aprendan a respetar”.

Si bien durante los primeros días de su administración solía participar en campañas de limpieza con poco equipo de seguridad, a partir de esos hechos, Salgado reforzó de manera notable al grupo de policías que lo resguardaban.

Pragmático, Félix cuidó no generar conflictos internos cuando los escenarios no lo favorecieron y en 2005 respaldó al empresario Zeferino Torreblanca Galindo, quien fue el primer gobernador no priista del estado y posteriormente apoyó al ex priista Ángel Aguirre Rivero. Al mismo al que en su momento acusó de quererle asesinar.

Hasta 2014 permaneció en el PRD, no se afilió inicialmente a Morena, pero encabezó la Coordinadora estatal Pro AMLO, donde lo acompañaban algunos ex guerrilleros, entre ellos Félix Bautista Matías, quien fuera considerado como lugarteniente del líder del Partido de los Pobres (PDLP), Lucio Cabañas Barrientos, el finado Ranferi Hernández Acevedo, quien fue señalado de financiar al Ejército Popular Revolucionario (EPR) por la administración de Rubén Figueroa, lo que provocó que permaneciera exiliado tres años en París, Francia.

Otro de los liderazgos históricos que lo acompañaron en la coordinadora ProAmlo es el doctor Saúl López Sollano, quien actualmente es su suplente en el Senado.

Antes de que decidiera cortar el contacto con los medios de comunicación, ante el acecho de los grupos feministas que exigen que se retire de la elección de gobernador, Félix otorgó una entrevista en la que habló sobre la guerra sucia, que aseguró, ya se sentía para los primeros días de enero 2021.

Se le preguntó si no temía que la llamada guerra sucia se intensificara, ante lo que dijo: “Es probable, pero ya estoy aquí, no hay paso atrás, no hay reversa, todo es para delante”.

“La gente sabe que cuando un árbol tiene fruto, pues todos le pegan porque quieren el fruto, pero si ese árbol no da nada, pues nadie le pega”, agregó.

Información por MILENIO