“Martes del abuelo”, cuando los libros responden como oráculos poéticos

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Mazatlán, Sinaloa, 24 de septiembre de 2025.-

La Biblioteca Pública Municipal Ing. Manuel Bonilla se convirtió la tarde del 23 de septiembre en un espacio de encuentro y diálogo intergeneracional gracias a la actividad “Martes del Abuelo”, coordinada por el Instituto de Cultura de Mazatlán y la bibliotecaria Karime Aglaed Tiznado.

El ejercicio central fue “El oráculo poético”, dinámica en la que los asistentes realizaron preguntas personales o curiosas que fueron respondidas a través de fragmentos escogidos al azar de libros de autores clásicos: Juan Ruiz de Alarcón, Salvador Díaz Mirón, José Emilio Pacheco y Héctor Mendoza. La actividad generó momentos de sorpresa y humor, pues los versos parecían dialogar con la vida cotidiana de cada participante, provocando sonrisas, reflexiones y una complicidad especial entre los presentes.

Este juego literario no solo fomentó la lectura, sino que convirtió a la poesía en un espejo donde cada persona pudo verse reflejada con interpretaciones espontáneas y, en ocasiones, profundamente significativas.

Posteriormente, los asistentes se sumergieron en una sopa de letras temática, donde palabras como “literario”, “verso”, “rima” o “expresión artística” se entrelazaban como símbolos del vasto universo poético. El ejercicio, más allá de lo lúdico, reafirmó el valor de la palabra escrita como motor de memoria, agilidad mental y convivencia social.

Los autores convocados en esta sesión —Ruiz de Alarcón, Díaz Mirón, Pacheco y Mendoza— representan distintas épocas de la literatura mexicana que, sin embargo, confluyen en un mismo legado, la capacidad de la palabra para construir comunidad y pensamiento crítico.
Juan Ruiz de Alarcón, dramaturgo del Siglo de Oro, nos recuerda cómo la comedia puede revelar las pasiones y contradicciones humanas.
Salvador Díaz Mirón, con su lirismo decimonónico, dio a la poesía mexicana un tono de vigor y profundidad.
José Emilio Pacheco, cronista sensible del México contemporáneo, hizo de lo cotidiano un territorio poético universal.
Héctor Mendoza, figura clave del teatro moderno, exploró la complejidad social con dramaturgias frescas y audaces.
Desde esta perspectiva, la actividad revela cómo los clásicos no son piezas de museo, sino voces vivas que aún interpelan al presente. Cada lectura y cada dinámica muestran que la literatura es una forma de resistencia cultural, capaz de fortalecer la memoria colectiva y tender puentes entre generaciones.

El “Martes del Abuelo” dejó claro que la biblioteca no es solo un recinto de libros, sino un espacio de encuentro humano. La poesía, transformada en oráculo y en juego, se convirtió en pretexto para que adultos mayores, jóvenes y adultos compartieran sonrisas, recuerdos y aprendizajes, reafirmando que la palabra escrita sigue siendo un motor de vida comunitaria.