Eduardo Velarde; un campeón en la vida y la mecánica.

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*El joven es sinónimo de superación y perseverancia.
*Es un ejemplo de querer salir adelante.

Eduardo Velarde es un joven entusiasta, entrón, echado pa’ delante y un campeón en la vida y la mecánica.

Tiene 21 años y básicamente la mecánica es lo suyo, Eduardo padece de parálisis cerebral, la mitad de su cuerpo no responde como el quisiera, sin embargo eso no le impide al joven echarle ganas en todo, pues siempre se ha propuesto lograr todo aquello que parezca imposible.

Es así como llegó al taller mecánico donde ahora trabaja, justamente, mismo en donde trabajaba su papá antes de morir, ya que el hombre falleció cuando Eduardo tenía apenas 11 años.

Aunque lidiar con algunas personas no ha sido nada fácil para Eduardo, hoy recuerda momentos «malos» como aquellos que lo impulsaron a salir adelante, pues comenta que en la escuela no lo querían en los equipos de deportes, si había un juego, Eduardo era el ultimo en elegir, por lo que esos desplantes lo orillaron a abandonar su juego favorito, el fútbol.

El joven nos dice que aunque el recuerdo es «un poco doloroso», ha tratado de tomar estas vivencias con la mayor madurez posible, pues no deja que esto lo afecte.

Además de 2 hermanos, Eduardo tiene un gemelo y este no padece ninguna discapacidad y fue este quien también ayudó a Eduardo a impulsarse cada día más, ya que como él joven lo dice; «solo se trata de echarle ganas» y el ver que su hermano podía hacer otras cosas que el no, solo le echaba más ganas para también poder.

El buen Eduardo apenas terminó la prepa, por motivos personales no siguió estudiando la universidad pero… tiene un sueño que desea lograr; ¡tener su propio carro!, y justamente está ahorrando para ello.

Mientras tanto el buen Saúl Páez, dueño del taller, es como un tío para Eduardo pues aunque no lleve su sangre el joven lo aprecia como tal y el cariño es recíproco, por eso, el señor Saúl le enseña todo lo que sabe a Eduardo y nos dice que ve al muchacho como un ejemplo de vida y superación, por eso él no lo deja y con paciencia y dedicación Eduardo cada día mejora en la mecánica.

De 9 de la mañana a 7 de la tarde, de lunes a sábado, entre la calle Mercurio y Alemania de la Colonia F. Iturbide, ahí podemos encontrar al joven «echándole» ganas, mientras trabaja en la mecánica.

Sin duda alguna Eduardo nos da una gran lección de vida pues manifiesta que su discapacidad es solo mental pues a lo largo de su vida ha conocido a más personas que han logrado hacer grandes cambios en sociedad.