LA SALUDABLE LIBERTAD Y LA EMERGENCIA SANITARIA

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ELIO EDGARDO MIILLÁN VALDEZ

El dos de agosto el Químico Benitez, imitando algunas de las políticas europeas contra la pandemia, “decretó” que quienes no tuvieran el certificado de vacunación no podrían ingresar a los lugares públicos de Mazatlán para evitar los contagios que han puesto también de rojo a esta tierra de los once ríos que a veces padecen largas sequías. Presintiendo que vendría un amparo, señaló: “Yo no exijo a nadie que se vacune, pero si pido el certificado de vacunación para entrar a un lugar público y es por salud de todos”

La estrategia del presidente municipal por supuesto no cayó en tierra fértil; pues gran parte de los mazatlecos que no están vacunados -y muchos vacunados- ayer acordaron interponer un amparo, además en tiempo récord porque según los abogados que lideran esta controversia la iniciativa de Benítez puede convertirse en ley, según el abogado José Guadalupe Morales, que es también dirigente de lo que queda del Barzón. Por supuesto, el llamado a ampararse es gratuito, que me recuerda a un lema del 68 francés: Prohibido, prohibir.

UNA CONTROVERSIA QUE SE DESHACE EN EL AIRE

En principio es necesario afirmar que la políticas sobre la emergencia sanitaria han sido un desastre. Cada estado, municipio , región han hecho lo que les ha venido en gana. Dicho de otra forma: no ha habido una política nacional coherente contra el Covid-19. Es más a gestión de la pandemia se ha politizado. Recientemente, producto de este desorden, la Secretaría de Salud Salud anunció el semáforo rojo para la CDMX, y su jefa de gobierno determino que la ciudad estaba en semáforo naranja. Y así por el estilo…

. Que en en el extinto Distrito Federal se hagan bola, no debe conducirnos a que nosotros, los mazatlecos, también perdamos el rumbo que nunca hemos encontrado. Deberíamos exigirle a Quirino Ordaz que armara un equipo de epidemiólogos probados que dirigiera está gran batalla contra el covid y, que a partir de ese equipo, los funcionarios de todos los niveles acataran tanto las grandes líneas como los casos específicos en cada municipio , con el objeto de evitar las ocurrencias que nos tienen en vilo.

PERO UNA COSA ES UNA COSA Y OTRA COSA ES OTRA COSA.

Pero por otra parte me parece un desatino defender la libertad de manera abstracta, sin tomar en cuenta el contexto en el que se desenvuelve nuestra sagrada libertad. Hoy lamentablemente nuestra libertad está acotada por el tercer brote del virus, además liderado por la cepa Delta que es 5 veces más contagiosa que la cepa “original”. En estos momentos no sólo es inconveniente sino irresponsable que, en aras de la libertad de tránsito nos mezclemos los vacunados y los no vacunados en lugares públicos. Primero porque los no vacunados podrían contagiar a los vacunados, como ha quedado demostrados en los hospitales, en los concurren quienes se han contagiado dos o tres y a la inversa.

Dijo Octavio Paz hace muchos años: “Mi libertad llega hasta donde empieza la tuya”; pero en caso de la pandemia esa frontera es invisible. La libertad a secas hace que se pierdan vidas o que se sufra un contagio que empobrece más a miles de hogares. Por eso creo que los que hoy van por el amparo sueñan que vivimos soñando que soñamos en un hermoso edén donde todos los caminos conducen a la gloria, porque la pandemia se ha esfumado bajo el soplo divino de la libertad, tal como piensan los evangélicos en EEUU. Pero defender está iniciativa de los europeos, copiada por el Químico, no significa justificar los graves errores que ha cometido como político y como humano. Lo que demuestra su iniciativa- donde a veces le atina-, es la carencia de un equipo de epidemiólogos que, sin ocurrencias, dirijan con sabiduría y decisión el combate a la pandemia que nos quita a la gente que más queremos.