LA CUARTILLA

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LA CUARTILLA
COMUNIDAD NÁHUATL DERROTA
A MINERA CANADIENSE
Fue una derrota jurídica importante, es la primera vez que una comunidad indígena le gana a las poderosas empresas mineras canadienses, que de facto se asumen como dueñas de los minerales de la nación.
La Comunidad Náhuatl del Ejido de Tecoltemi en la Sierra Norte de Puebla, se ampararon contra la Minera Canadiense “Alamaden Minerals” (se nombran Minera Gorrión), que el gobierno federal, sin consultarlos, había concesionado su territorio para la explotación de los yacimientos de oro y Plata.
Apenas el 23 de febrero de este 2022, la Sala Primera de la Suprema Corte de Justicia, dio la razón a los de Tecoltemi y canceló la concesión a la minera.
La mayoría de las comunidades indígenas del país han sufrido los embates de estas empresas depredadoras, que en cuanto reciben la concesión se apropian de todos los recursos naturales del territorio, sobretodo del agua, que de acuerdo con la Ley Minera es de uso prioritario para los mineros y que la comunidad se joda; también usan la “táctica sapera”, se ensanchan: si les concesionan 500 hectáreas, agarran 2 mil, como ocurre en el Ejido Huizopa, de Madera, Chihuahua, con la Minera “Mine Finders” (hoy Panamerican Silver), que intentan despojar de sus tierras a los 248 ejidatarios.
El triunfo de la Comunidad del Ejido de Tecoltemi fincará jurisprudencia para casos similares; fue un triunfo parcial, ya que se demandaba a la Corte Suprema, la revisión de la anticonstitucionalidad de los Artículos 6, 15 y 19 de la Ley Minera Vigente que viola lo dispuesto en el Artículo 2 constitucional, lo cual permite el despojo de los bienes territoriales a los pueblos originarios y la conversión de los gerentes de las minas en señores de horca y cuchillo. La mayoría de los conflictos socio-ambientales en el país, así como el asesinato de líderes comunitarios, tienen su origen en la defensa del territorio contra las empresas mineras extranjeras y nacionales.
No se logró que la Suprema Corte revisara a fondo la Ley Minera y estableciera los contenidos anticonstitucionales de los artículos mencionados, ya que esa mentada Ley, según los ministros, sólo regula la actividad minera y no tiene nada que ver con los asuntos de la vida social, económica y política de los pueblos originarios.
Los ministros de la Corte reivindicaron lo de “La autoridad, no la verdad, es la que hace la Ley” (“Autorictas, non veritas facit legem”. Diría Hobbes).
En fin, es difícil que la justicia y las leyes se empaten y jalen por el mismo rumbo y sentido; construir una legislación absolutamente justa que sobre y baste con aplicar, es una responsabilidad enorme para gobiernos con sistemas parlamentarios.
Lo interesante a destacar, es que el triunfo Juridico de los de Tecoltemi, muestra que en la Sierra Norte de Puebla están ocurriendo procesos que indican vías alternativas de construcción social que le apuestan al comunitarismo y cooperación: hay un poderoso movimiento cooperativo, el llamado Tosepan, que ha cambiado la vida de miles de personas; también un enérgico Movimiento Social organizado en torno del Consejo Tiyat Tlali. Esos empujaron el triunfo de los de Tecoltemi. Hay todavía esperanzas.