Kim Kardashian, irreconocible en su reunión con Donald Trump

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La estrella de la telerrealidad acudió a la Casa Blanca para hablar de su última iniciativa en relación a la reforma penitenciaria. El traje que vistió para la ocasión, muy alejado de los estilismos a los que nos tiene acostumbrados, ha mandado un claro mensaje.

Ni rastro de látex, ni de transparencias. Kim Kardashian se reunió con Donald Trump en la Casa Blanca luciendo el que probablemente sea su look más formal hasta la fecha. La polifacética Kardashian, que acudió a la Casa Blanca para hablar de su última iniciativa en materia de reforma penitenciaria, apostó por un traje de chaqueta en un tono verde azulado. La estrella de la telerrealidad mandó con su elección un claro mensaje: Kim también puede preocuparse por asuntos serios. El traje, además de ser una de las tendencias más claras de la temporada, es un guiño al power dressing, el uniforme que las mujeres empezaron a utilizar a finales de los ochenta para incorporarse a cargos de poder en un mundo, hasta el momento, de hombres. Trajes clásicos y muy estructurados que bebían de la sastrería masculina y que ahora se encarnan en este dos piezas de solapas marcadas y pernera ancha de Kardashian. Su nuevo corte de pelo bob liso y pulido y un maquillaje que jamás renuncia al contouring, completaron el look.

El motivo de su reunión con Donald Trump fue hablar sobre su última iniciativa política, una alianza con la compañía Lyft (algo así como una mezcla entre Blablacar y Uber) para que, a través de tarjetas regalo, los expresidiarios puedan ir al trabajo o visitar a sus familiares. “Todos quieren que sus comunidades sean más seguras”, dijo Kardashian en su intervención. “Y cuantas más oportunidades tengan los expresidiarios, sumado al apoyo que les damos, todos estarán más seguros”, añadió.

No es la primera vez que Kim visita la Casa Blanca ni es la primera vez que se pone un traje para hacerlo, pero esta última aparición resulta mucho más sofisticada que el conjunto que eligió en 2018, un dos piezas negro coronado por unas gafas de sol colgadas de la camiseta básica que llevaba debajo. El año pasado se reunió con Trump para pedir la reducción de condena de Alice Marie Johnson, una madre de familia condenada a cadena perpetua por un delito no-violento de drogas y blanqueo de dinero que llevaba en prisión más de 20 años. Tras su petición, el presidente acabó conmutando la sentencia y Johnson fue liberada.

Kim ha dedicado los últimos meses a demostrar que puede utilizar su influencia mediática global para algo más que colaborar con marcas. Su compromiso social incluso la ha llevado a anunciar que quiere convertirse en abogada. “Sentí que quería poder luchar por las personas que han pagado sus penas a la sociedad. Que el sistema podía ser muy diferente, y quería luchar para solucionarlo y que, si supiera más, podría hacer más”, declaró en una entrevista a Vogue USA. Si termina por lograrlo (en California existe una ley que permite a sus ciudadanos llegar a ser abogados sin un título universitario tras aprobar un examen) debería plantearse rescatar este aplaudido traje en la corte.

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