La sonda, que ha salido desde Cabo Cañaveral este jueves, tiene como objetivo encontrar biomarcadores de vida pasada en el planeta rojo gracias al nuevo y moderno rover Perseverance
Éxito del lanzamiento de Mars 2020, una misión que pretende hacer historia y hallar restos de vida pasada en nuestro planeta vecino. A la hora prevista y sin más incidentes que un pequeño temblor en Pasadena unos minutos antes del despegue, el cohete Atlas V despegaba desde el complejo espacial de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral (Florida). Una maniobra que se ha extendido desde las 13.50 hora española hasta una hora después, cuando la segunda combustión del cohete ha impulsado a la sonda de camino al planeta rojo, un recorrido que tardará en hacer unos siete meses. Pero la nueva normalidad también ha irrumpido en el evento, con una sala de control menos abarrotada que de costumbre -sin presencia de los encargados de los instrumentos a bordo-, mascarillas en los rostros de todos los ingenieros presentes y nada de abrazos o acercamientos. Aún así, los aplausos -aunque menos numerosos- y los gestos de victoria y satisfacción han firmado una jornada histórica.
A partir de ahora le esperan siete meses para alcanzar la superficie marciana, momento que se producirá, si todo va según los cálculos, el próximo 18 de febrero de 2021. Después de los conocidos como «siete minutos de terror» en los que la nave tendrá que posarse de forma autónoma sobre el suelo marciano -el retraso en las comunicaciones provocan este fenómeno-, aterrizará en el cráter Jezero, de 45 kilómetros de diámetro al norte del ecuador del planeta, el lugar donde hace unos 4.000 millones de años creen los científicos que hubo un lago.
De hecho, este es el principal motivo por el que se ha escogido el lugar: los ríos podrían haber llevado hasta aquel sitio moléculas orgánicas o incluso microorganismos que el rover Perseverance intentará descubrir. Porque ese es el principal objetivo de la misión: constatar que al menos en el pasado, la vida afloró en Marte, dejando su huella en forma de biomarcadores que la tecnología más puntera de la NASA ahora será capaz de detectar.
Los instrumentos a bordo
Para ello, el rover, que tiene el tamaño de un coche y un peso de una tonelada, cuenta con siete instrumentos principales. Destaca una cámara para imágenes panorámicas y estereoscópicas (MASTCAM-Z) para estudiar los minerales y ayudar a operar el rover; una sofisticada estación meteorológica de fabricación española «Mars Environmental Dynamics Analyzer» (MEDA); una herramienta para producir oxígeno a partir de dióxido de carbono (MOXIE); un espectrómetro de fluorescencia de rayos X para estudiar la composición de materiales de la superficie (PIXL); un radar capaz de penetrar en el subsuelo (RIMXFAX); un espectrómetro Raman de rayos ultravioletas (SHERLOC), para detectar moléculas orgánicas y hacer análisis finos de minerales; y la SuperCam, un instrumento para toma de imágenes, análisis de composición química y mineralogía.
También será el primer rover que tome muestras del suelo marciano con la intención de guardarlas en su interior hasta que otra misión, prevista para 2031, recoja los viales y los regrese a la Tierra para ser analizados.
Un experimento único
Y Perseverance aún guarda otro «secreto» en su interior, concretamente acoplado a su vientre: el helicóptero Ingenuity. Con un peso de apenas 1,8 kilos, es una demostración de tecnología, un proyecto que busca probar que el vuelo es posible en otros planetas. Presenta cuatro palas de fibra de carbono dispuestas en dos rotores que giran en direcciones opuestas a alrededor de 2.400 rpm, mucho más rápido que un helicóptero de pasajeros en la Tierra. También tiene células solares innovadoras, baterías y otros componentes novedosos que intentarán hacer historia sobre la superficie marciana. Aunque no lleva instrumentos científicos a bordo, es un experimento que abrirá la puerta a futuros drones que sobrevolarán Marte en las próximas misiones.
«Este es un paso crítico en nuestro camino para enviar humanos a Marte», afirma bióloga y astronauta de la NASA Zena Cardman, del equipo de la misión Perseverance. «Creo que este es el momento más emocionante en la exploración espacial: el hecho de que enviemos un rover a Marte mientras hablamos de enviar humanos a la luna es increíble». Así, la misión Mars 2020 está llamada a hacer historia. Y hoy acaba de comenzar su camino.
Información por ABC