EN LA GRILLA

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*Como en la Copa, contienda cerrada en el PRI

*Martha Tamayo prefirió no asistir a la asamblea

*Debieron manifestarse para conseguir vigilancia

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

La elección en el PRI terminó antes que el partido entre Alemania y Argentina, pero parecía que ambos habían sido trazados en tonos similares: un desarrollo tenso, apretado, un equipo, el jorgeabelista, que esperaba ganar como Argentina, con la inspiración de un caudillo (a Mesi tampoco le alcanzó) mientras el otro equipo, que llevaba al Cayito Ramírez, avanzaba como una máquina hasta conseguir el resultado.

Cuando se dio a conocer el resultado oficial de la elección de presidente del comité municipal del PRI, los que estaban en el ajo sabían perfectamente quién había perdido. Lo supieron desde el momento en que la llamada Brigada M bajó la escalera eléctrica del Centro de Convenciones. Eran cerca de cuarenta personas, todas ellas votantes, que inclinaban la votación a favor de Ricardo Ramírez González, El Cayito.

Al fin, luego de la declaratoria de 130 votos a favor de Ricardo Ramírez, Eduardo Arce Becerra y Lety Aguayo acudieron, como habían quedado, a reconocer el resultado y a ofrecer su participación en las tareas partidistas, sin resquemores ni enojos. Las fotos son más que elocuentes.

Por eso la dirigencia estatal no tardó nada en declararse en triunfo: “contra todos los vaticinios, hubo una contienda tranquila y el resultado lo avalaron todos en conjunto”, dicen que dijo el secretario general del comité directivo estatal, Jesús Valdez, quien encabezó la asamblea del consejo municipal, en representación de Martha Tamayo Morales.

Poco antes que se conocieran los resultados, el delegado de Semarnat, Jorge Abel López Sánchez, se retiró del lugar de los hechos. Sabía que no había mucho qué hacer y que no ganaba mucho co n su presencia en las instalaciones del Centro de Convenciones. Nadie como él para valorar lo que pasa dentro de las filas del tricolor mazatleco. Su análisis le permitía dilucidar perfectamente quiénes votaron a favor, quiénes lo hicieron en contra y sobre todo, las razones que tuvieron quienes votaron en contra de sus intereses.

También por supuesto, estaba cumpliendo la disposición-acuerdo a la que había llegado con quienes pueden hablarle con autoridad. Si gana, que Arce llame a todos, que dé garantías de que serán escuchados y atendidos, que habrá participación. Si pierde, que los demás sepan que usted no va a ser obstáculo para el partido. Hay que dar muestras de madurez. Fue un fin de semana de pláticas muy serias, muy formales, aunque a esas alturas todavía existían esperanzas de alcanzar la victoria, pues la gente parecía responder.

Hubo un encuentro interno en que se reconocieron las dificultades: la dirigencia estatal estaba jalando muchas cuerdas, cada vez era más difícil convencer a delegados que ya en principio estaban decididos a no aceptar a Ramírez, a quien identificaban muy naturalmente como “la imposición de Martha Tamayo”.

Pero en fin, el compromiso era aceptar los resultados. No detenerse en la búsqueda de apoyos. Había que taponear los hoyos que propició Maribel Chollet, mientras se tragaban el coraje de ver cómo las agrupaciones oficiales, los organismos, incluso la CNOP local, donde ya había un acuerdo en principio, y cambiaban de lado para quedar bien con la dirigencia estatal.

A pesar de eso las cosas estaban parejas. No había certeza de una votación mayoritaria, incluso se sabía, porque el espionaje y contraespionaje estaban a la orden del día, que tampoco había certeza en las líneas de Ricardo Ramírez, de modo que no tenían por qué arriar banderas, aunque de arriba les estuviesen pidiendo mesura.

Un día antes se habían despertado con la sorpresa de que les voltearon la fama pública. Si ellos habían exhibido al comité  directivo estatal como comprador de votos y que además coaccionaba  delegados, las últimas versiones hablaban de que era gente de Jorge Abel la que acudía a ofrecer dinero por el voto. Los que conocen a Jorge Abel saben que no haría una cosa como esa. No la hacía ni cuando tenía presupuesto oficial para ello.

En la reunión interna quedó claro que iban contra el mundo. No era una elección democrática porque la autoridad estaba del otro lado. Por supuesto que nadie cayó en la cuenta de que así son todas las elecciones en el PRI, incluyendo aquellas que se realizaron cuando el grupo estuvo en el poder municipal, y todas las veces en que se mantuvieron al frente del comité municipal. Es la esencia del priísmo.

Casi al medio día, la brigada M selló el rumbo de la elección. Todos contribuyeron, por supuesto. Cada voto tempranero a favor de Ricardo Ramírez González fue labrando la victoria de éste. Cada voto a favor de Eduardo Arce Becerra daba presencia y fuerza al grupo que estuvo detrás de esa candidatura.

Cuando el periodo de votación entró en su recta final, las cosas estaban parejas. No hacía falta una encuesta de salida para saber cuántos votos llevaba cada quien. Se sabía que Arce ganaba por unos cuantos votos, y todavía faltaban grupos por llegar, tanto para uno como para otro lado, aunque no eran ni seguros ni especialmente fieles.

Por eso cuando llegó la brigada M, con Manuel Meléndez Franco al frente, las cosas se vieron definidas: eran treinta y ocho delegados que votarían en un solo sentido. Evidentemente habían estado juntos desde temprano y llegaron a una hora clave. No se ignoraba que Meléndez y su equipo estarían contra Jorge Abel López Sánchez y sus candidatos, pero durante días corrió el rumor de que tampoco Ricardo Ramírez le llenaba el ojo.

Meléndez ha sido además rebelde de las líneas del centro, de modo que Jorge Abel y Arce Becerra esperaban que se abstuviese de participar, como decían los rumores. Cuando llegó con todo el grupo, un telefonazo le avisó al exalcalde Jorge Abel. El exalcalde Ramírez González recibió el aviso con un ánimo totalmente contrario al de Jorge Abel.

La elección, efectivamente, quedó sellada.

MARTHA NO ESTUVO;

ELLA SE LO PERDIÓ

Uno se pregunta: ¿ganó Ricardo Ramírez o perdió Jorge Abel López Sánchez?

Seguramente pesa más lo segundo, pues a fin de cuentas la derrota no fue contra Ricardo Ramírez, sino contra Martha Tamayo, a quien el exalcalde había desafiado desde aquel desayuno “de la unidad”, cuando López Sánchez se levantó retador: unidad, pero no imposición, le dijo.

Por si acaso, Martha Tamayo no quiso venir a encabezar la asamblea, Ya había sido para ella una derrota que en su tierra natal (en realidad, políticamente es mucho más culiche que mazatleca) no hubiese planilla de unidad, como consiguió en los otros diecisiete municipios de la entidad. Ella sabe que con esa votación cerrada no hay modo de pensar en unidad, aunque de momento no vaya a aflorar ningún conflicto.

Por si no se daba el resultado al que todo mundo la relacionaba, la dirigente del PRI prefirió no tentar a la suerte y quedarse en otros rumbos de la entidad. Total, ya podrá venir a la ceremonia de toma de protesta, una vez que hayan sido desahogados todos los trámites correspondientes.

Para quienes no aceptaron sus decisiones, la ausencia fue al menos un consuelo: el de saber que ni ella misma tenía la seguridad de que haría ganar a su candidato.

LA MOVILIZACIÓN DE LA GENTE

QUE MOVILIZÓ AL GOBIERNO

Un día por la tarde, decenas de pescadores del sistema Huizache-Caimanero bloquearon la carretera Rosario-Agua Verde, para exigir vigilancia a la laguna, donde –calculan- se extraen entre siete y ocho toneladas diarias de camarón capturado ilegalmente.

La cifra es escandalosa. Incluso en los días de zafra correspondientes al segundo mes de capturas, hablar de ocho o nueve toneladas diarias es una exageración, a pesar del gran despliegue de barcas y atarrayas, pero algo debe estar ocurriendo efectivamente, pues la gente estaba muy enojada porque veía peligrar la efectividad de la próxima temporada de capturas. Los camarones están en pleno proceso de reproducción y cada hembra que se extrae representa a cantidades inimaginables de larvas que ya no poblarán las aguas del litoral.

Esto por supuesto, representa una barbaridad. La barbaridad de quienes van y pescan cuando está prohibido, aunque se explique en el entorno de una pobreza terrible, una falta de alternativas para ganarse la vida; y la barbaridad de una autoridad que sabe perfectamente que son los tiempos de reproducción, que puso por si misma los tiempos de prohibición, pero que no hace absolutamente nada por hacer que se respeten las disposiciones restrictivas.

Apenas el fin de semana, la Conapesca emitió un boletín informativo sobre las restricciones a la pesca de atún aleta azul, que ya no debe ser pescado porque México alcanzó ya las cinco mil toneladas de la cuota anual que le tiene asignada la Comisión Interamericana del Atún Tropical.

Ir a pescar atún es caro, difícil, se requiere de barcos de buen nivel, con equipo sofisticado, así que no cualquier changuero se va a ir aguas afuera a perseguir este preciad especie.

Pero siempre queda la duda de si en aguas interiores, en bahías cercanas a las áreas urbanas, no hay vigilancia de la autoridad, mucho menos la va a haber en mar abierto, sobre todo cuando se dejan venir los barcos fábricas de los japoneses, los europeos.

El caso es que después de la manifestación de pescadores, personal de primera línea de la Conapesca, encabezado por el propio comisionado Mario Aguilar, se dejó ir al Caimanero, donde recorrieron las áreas en conflicto y ubicaron cinco espacios para establecer bases de patrullaje y vigilancia.

Desde hace mucho tiempo todos los sectores que se encuentran metidos en la pesca exigían el operativo de vigilancia que anualmente se aplica, para vigilar al menos las bocabarras, donde se concentra la salida del camarón  y se facilita la pesca ilegal, pero nadie hacía caso. Habría que ver cuántos de los funcionarios de este sábado conocían ya el área que fueron a recorrer. Es cierto que sus facultades son de carácter nacional y que los problemas de la región corresponden al delegado regional, pero aun así, lo menos que deberían hacer estos señores es conocer el entorno en que trabajan, para que sepan qué pasa en realidad, más allá de lo que dicen sus cuadritos, sus esquemas y las proyecciones estadísticas de los complicados softwares que suelen consultar en la comodidad del aire acondicionado. Se sorprendería usted de saber cuántos de los que son autoridades pesqueras, sólo conocen el camarón y los pescados en cocteles y platillos.