EN LA GRILLA

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FRANCISCO SALVADOR LÓPEZ BRITO

*Martha Tamayo quiere ¡unidad entre priístas!

*¿Quiénes suenen para el 2016 en otros rumbos?

*La feliz solución de un secuestro en Mazatlán

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

El PRI está en un intento de ligas mayores: generar unidad entre sus militantes mazatlecos, no sólo para buscar recuperaciones electorales, sino para algo mucho más elemental, que es la elección del comité municipal, que es una tarea titánica, si se ve en la perspectiva de los acontecimientos recientes y antiguos en ese partido.

Martha Tamayo está en Mazatlán desde ayer y permanecerá el resto de la semana para tener encuentros con los actores políticos, conocer las inquietudes, las inconformidades y las posibilidades que existen de alcanzar respuestas en ese sentido.

No es fácil. Apenas en la elección del año pasado, uno de los grupos priístas se abstuvo de participar e incluso hubo algunos elementos destacados de ese grupo que trabajaron abiertamente en contra, aportándole elementos muy conocidos además, a la campaña de  Carlos Felton González.

Durante la Presidencia Municipal de Jorge Abel López Sánchez, la directora de Bienestar Social, Maribel Chollet, se complació en marginar ostensiblemente a los activistas tricolores que militaban en una corriente política distinta. A la vuelta de tres años, Chollet exigió y obtuvo ser candidata a diputada local por el XX Distrito, donde se encontró con la indiferencia de aquellos a los que ninguneó con prepotencia.

Y así se van enhebrando agravios, odios, rencores que han hecho imposible que el PRI obtenga victorias sostenidas. Entre 1990 gobernó por primera vez un panista, Humberto Rice García. Después ganó la elección el priísta Martín Gavica Garduño, y a partir de entonces, los tricolores sólo han ganado una vez más la elección municipal: la de 2007, con Jorge Abel López Sánchez. El otro priísta que gobernó en ese interregno fue Ricardo Ramírez González, quien llegó a la posición a través de una elección en el Congreso, para concluir aquel trienio terrible iniciado por el innombrable, único alcalde desaforado, continuado por Gerardo Rosete Ramírez, retirado bajo la modalidad de una licencia concertada, y el propio Ramírez González.

En las tres últimas oportunidades, que han terminado en derrota, el PRI ha ido con sus mejores candidatos, los mejor posicionados, pero se ha enfrentado no sólo con contrincantes fuertes, sino con circunstancias internas difíciles, de división y enfrentamiento, y hasta de acuerdos geopolíticos, como fue el proceso más reciente.

Con todo eso tendrá que bregar Martha Tamayo, y con más, pues además de los enfrentados hay un buen número de actores políticos hartos de esa situación, que no aceptan participar al lado de uno o de otro de los grupos, que además ya no aguantan las imposiciones que se han generado, o los agandalles que se producen con frecuencia y a partir de la presión que esos grupos saben ejercer hasta con maestría.

A decir verdad el profesor Eduardo Garrido Achoy, en cuyas capacidades de conducción y organización se había confiado para encaminar las cosas hacia la normalidad, no ha dado pie con bola. No es su culpa, pues el panorama ya descrito es el que él encontró y contra el que tuvo que batallar para sacar adelante la elección de candidatos a sindicaturas y comisarías, que se vivió hace unas cuantas semanas, y de la que rl PAN se erigió ganador, a pesar de los asegunes de no haber tenido una mayoría arrolladora y de haber tenido que ceder varias sindicaturas.

¿QUIÉN IRÍA POR EL PAN?

HASTA DESPUÉS DEL 18

El hiperactivismo de los aspirantes priístas a la candidatura a gobernador ha generado la impresión de que n el PAN no hay nada, que no pasa nada y que no se cuenta con elementos ni siquiera para hacer juego interno, mucho menos para poder ganar la elección o por lo menos dar una batalla que no regrese a los viejos tiempos de la participación testimonial.

En  realidad sí hay aspirantes. En estos momentos no se les ven grandes perspectivas, pero todavía falta por lo menos año y medio para que lleguen las postulaciones, y en ese lapso pueden pasar muchas cosas: desde un extravío en el gobierno federal, con resultados pobres, hasta una situación de desgracia personal de quien vaya perfilado en el tricolor.

De todos modos se sigue manteniendo la expectativa de Heriberto Félix Guerra, quien ha sido el candidato más rentable de Acción Nacional a la gubernatura sinaloense, y algún remanente le debe quedar de aquellos tiempos de gloria.

Pero resulta que Félix Guerra no le ha entrado en serio a la contienda panista por la presidencia del comité ejecutivo nacional, y aunque algunos de sus elementos han aparecido abiertamente a favor de Ernesto Cordero, no ha habido una actitud decidida de parte del exsecretario de Desarrollo Social, de modo que no es un hecho que cuente con la simpatía de Ernesto Cordero, algo que se puede convertir en un obstáculo, sobre todo si Cordero llega a ganar.

Además, Francisco Salvador López Brito, quien sí se la ha jugado abiertamente con Cordero, hasta el punto del enfrentamiento con los demás grupos, le entró con la petición de que, en caso de ganar, fuese correspondido con un impulso fuerte a la oportunidad por la gubernatura sinaloense.

En caso de ganar Gustavo Madero, su proyecto estaría al lado del diputado federal Martín Heredia.

Hay que decir que en estos momentos ni Heredia ni López Brito tienen perspectivas de alcanzar la rentabilidad electoral que alcanzó en su momento Heriberto Félix, pero en este momento Félix no parece tener aceitados los resortes de participación política y electoral. Habrá que ver también qué pasa con las alianzas del PAN y las demás fuerzas, incluyendo al malovismo, que de entrada tiene la obligación de mantenerse al margen, y que además parece ahora más cercano a las coincidencias con el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.

El que no alcanza todavía a generar atisbos de candidato propio es el Partido de la Revolución Democrático. Incluso si para entonces, como es previsible, ya está registrado el Partido Morena, de Andrés Manuel López Obrador, tampoco tendría un candidato carismático, rentable, que le dé expectativas reales de triunfo, a pesar de que a esas alturas habrá aglutinado ya a muchos de los cuadros intelectuales y organizativos de la izquierda sinaloense.

El que queda en la línea de pelea es Héctor Melesio Cuen Ojeda, quien tiene en el Partido Sinaloense la plataforma que le permitirá participar si así lo decide, aunque él mismo ha establecido ya que si las encuestas y demás estudios políticos  se lo aconsejan, llegará a una alianza con la fuerza o tendencia que más atractiva le resulte a su proyecto político.

EL SOFOCÓN DEL

SECUESTRO

Desde el fin de semana anterior un sector importante de nuestra comunidad vivió la zozobra de un secuestro, Un ama de casa que fue sacada de su domicilio por un grupo delictivo estuvo en manos de los delincuentes por un periodo que se prolongó a causa de la excesiva demanda económica que presentaron.

El asunto se terminó gracias a la intervención de la policía, que logró el rescate de la víctima, sana y salva, y sin que la familia hubiese tenido que soltar el dinero exigido.

El secretario general de gobierno señala que a pesar de este caso, el secuestro no es un problema constante en Sinaloa, gracias a la operación adecuada del grupo Antisecuestros y de la Policía Ministerial en general, que trabajando coordinadamente, han resuelto cada uno de los casos registrados, sin víctimas y sin pago de rescates.

Los delincuentes que han intentado estas acciones han sido detenidos, y hoy no hay, sostiene, bandas de secuestradores en la entidad.

Es muy importante que en efecto, los casos se resuelvan con intervenciones policíacas y que además haya castigo para los responsables. Nada daña más a la sociedad que la impunidad en cualquier clase de delitos.

Habrá que ver ahora qué está fallando, si la tarea preventiva o algún otro elemento en la cadena de seguridad, pues así como esta señora fue raptada de su domicilio, hay varios casos de robos a casas habitación y se habla de daños a personas que han estado dentro de éstas, aunque por razones diversas se ha preferido no presentar las denuncias.

Casos como éstos demuestran que con ser muy positivo que se reduzcan los crímenes dolosos y otros ilícitos importantes, todavía hace falta llegar a la base del crimen para evitar que éste se vuelva a generalizar en las modalidades más lamentables.