EN LA GRILLA

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Ya se esperaba la ratificación de MPT

*El referéndum de la elección en Mochis

*Tropiezos de autoridades electorales

 

Oficialmente todavía no cae el our 27, pero será difícil que el PRI logre revertir el resultado que tuvo ayer el recuento parcial de la elección de diputado local en el XX Distrito. Martín Pérez Torres, de la Coalición Unidos Ganas Tú, fue ratificado como ganador de la prolongada contienda postelectoral, aunque la exigua ventaja de nueve puntos originalmente se le redujo a siete.

Técnicamente todavía es posible que se cumpla la ruta anunciada desde antes por Maribel Chollet, quien decía que la resolución del tribunal Estatal Electoral no era la buena, sino que simplemente abriría la puerta para acudir a instancias superiores.

El propio magistrado presidente del TEE, Jesús Iván Chávez Rangel, todavía es posible que, de encontrar errores o irregularidades en el recuento parcial realizado por este organismo, la decisión sea modificada por el Trife, previa inconformidad planteada por alguna de las partes interesadas.

Sin embargo las cosas no serán fáciles. Como comentábamos en otras entregas, ya el PRI en representación de Maribel Chollet, su candidata, recurrió a la Sala Superior del Trife para que le rectificara a la sala superior la decisión de recontar sólo 29 casillas, para que se hiciese un recuento total, y la Sala Superior se lo negó.

La reducción de dos votos a partir de la revisión de 29 casillas, muestra una tendencia estadística interesante para la causa priísta: si ese fuese el promedio, una revisión completa habría alcanzado exactamente para dar la vuelta a la votación: dos votos por cada treinta casillas le darían diez votos, uno más de los nueve que originalmente tenía Martín Pérez, pero no se los concedieron, de modo que siempre quedará esa duda.

Ahora sólo queda pendiente el caso del ayuntamiento de Ahome, ganado por la planilla priísta que encabeza Arturo Duarte, donde todos apostaban a que no pasaría nada porque el PAN no tenía elementos para revertir el resultado, y anular toda la elección parecía demasiado aventurado como para llegar a concretarlo.

Sin embargo, conforme pasan los días y se retrasa la decisión, conforme aparecen otras que parecían poco viables, los más seguros empiezan a flaquear. Dicen que el propio Duarte ha comentado a sus cercanos que si se llegara a anular la elección, competiría de nuevo –lo da por descontado- y “le pondría una chinga”, pensando quizá en la que se pronosticaba y suponía que le iba a pegar durante la elección del siete de julio y que se fue reduciendo a una victoria no sólo estrecha, sino cuestionada.

Lo curioso de este asunto en que mientras a los dirigentes partidistas en Ahome se les eriza la piel cada vez que leen un análisis o escuchan un pronóstico contrario a sus aspiraciones, entre la sociedad no pasa nada. Simplemente les interesa la plática, muchos hacen un pronóstico sobre si progresará o no la protesta panista, pero no llegan al punto de apasionamiento registrado entre la clase política.

MÁS QUE UNA ELECCIÓN

Si se anula todo el resultado, en ese proceso se estará jugando más que una elección.

En estos momentos hay confusión sobre las motivaciones de la gente para reaccionar de tlas modo, que se produjo una elección cerrada cuando se suponía que Duarte arrasaría de calle.

Hay quienes dicen que la sociedad no recibió una línea clara de parte del gobernador Mario López Valdez, indudablemente el personaje más importante en Los Mochis y en el municipio completo. También se asevera que el propio equipo del gobernador jugó a hacerse las contras y que si Gerardo Vargas tenía a su cargo potenciar la simpatía de los malovistas de todos los partidos hacia Arturo Duarte, el secretario de Administración y Finanzas, Armando Villarreal decidió lanzarse al agua y rescatar al proyecto original apoyando a un malovista del lado del PAN, convencido de que eso era lo mejor para su jefe.

Mario López Valdez ganó la elección de gobernador gracias a la ventaja descomunal que obtuvo en el municipio de Ahome. 121 mil 874 votos contra 46 mil 269 de su contrincante Jesús Vizcarra Calderón. Esa ventaja de 75 mil 605 votos hizo decir siempre que en Ahome ganaría quien Malova quisiera, por el partido que él lo decidiera.

Y de entrada, cuando todavía no estaba apalabrado con el PRI, como se dice que ahora lo está, el gallo del tercer piso, Arturo Duarte, logró colocarse como el candidato viable del tricolor para la presidencia municipal, desestimando incluso los resultados de encuestas que lo colocaban por debajo de otros aspirantes y que señalaban el riesgo de una derrota. Por supuesto, a esto último se respondía con una carcajada descalificatoria: “-No hombre, con Malova detrás cuándo va a perder”, se dijo siempre.

Por eso fue tan escandaloso que Báez no ganara con una diferencia arrolladora. Por recursos no paró ni por apoyos tampoco. Tanto, que el propio PAN ha dejado formalmente de ser aliado del malovismo, agarrándose para ese discurso precisamente de las presencias de colaboradores del gobernador en la campaña del PRI.

Desde luego, antes de la ruptura hasta el PAN rechazaba que el resultado de la elección en Ahome fuese a ser una especie de referéndum al gobierno de López Valdez. Quien se atreve a decir que Mochis no ha ganado nada con el régimen de su expresidente muncipal es visto como un loco. Sólo el hecho de que la mayor parte de los colaboradores directos, indirectos y de casi todos los niveles de gobierno provengan de Los Mochis, basta para hacer un desmentido rotundo.

Corre el chiste de que Ahome es el único municipio de la República al que el Inegi le reconoce niveles plenos en ocupación laboral. Y es que aún los que no votaron por Malova encontraron empleo. Claro, eran los que dejaron los malovistas para irse a trabajar en el gobierno. El propio gobernador repite con humor aquello de que “más vale un acta de nacimiento en Los Mochis que un título de Harvard” “O de la Sorbona”, dirá algún azul desilusionado.

Pero con todo y eso, abrir una nueva contienda electoral, con Arturo Duarte, implica poner al gobernador en un riesgo innecesario, pues una derrota le sería endosada de manera automática. Ahora bien, si el candidato no fuese Báez, la derrota sería anticipada, aunque ganara el candidato sustituto. ¡Tanto empeño en Báez y no poder llevarlo a buen puerto!

Desde luego, nada está dicho aún. La Sala Regional del Trife en Guadalajara no ha subido el caso a estrados, de modo que ni siquiera fecha se tiene aún. Habrá que esperar al martes, por lo menos, toda vez que ya es fin de semana y el lunes es feriado. Tiros y Troyanos tendrán que esperar y aguantarse las urgencias con todo y el daño que les pueda causar el estrés.

LAS FALLAS ADMITIDAS

PERO ESO SÍ: AJENAS

Al dar el dictamen sobre la elección en el XX distrito, los magistrados hicieron una revelación que si bien se conocía por ser parte frecuente de las denuncias de partidos, alcanza relevancia porque se le da carácter de reconocimiento oficial.

Una de las demandas presentadas por la Coalición Transformemos Sinaloa era anular la elección porque durante el cómputo de votos se transgredió el principio de certeza. Es sumamente grave, pues la determinación se atribuye al TRIFE y en términos llanos significa que no se respetaron las garantías de uno de los candidatos. Ya hace rato ha brincado la idea de que a la hora de seleccionar a los consejeros electorales se escoge a “los más independientes”, pero desde los tiempos del priísmo omnímodo, la independencia se ha identificado como una especie de antipriísmo, aunque ese partido intervenga para orientar, influir e incidir sobre la decisión de una parte de los propios consejeros.

También quedó claro que no hay reglas claras a qué atenerse para anular votos, pues a veces se sigue la ley al pie de la letra y se cometen injusticias, como los casos en que los votos estaban marcados a favor de la Coalición Transformemos Sinaloa, pero con un letrero abajo que decía Maribel, o Cholet. Al haber dos manifestaciones en la misma boleta, se anulaba el foto, pese a la evidente decisión del votante de ratificar, quizá por ignorancia, lo que había expresado ya.

Y esto ocurrió también con Martín Pérez, para quien huno un voto que estaba cruzado en el logo de Unidos Ganas tú, y abajo decía “Martina”. La femenización del nombre de ninguna manera podía dar lugar a equívocos, pero los dio.

Lo que no dijo el Tribunal Estatal Electoral es que si el Consejo Distrital se equivocó al no garantizar el principio de certeza, los propios magistrados fueron incapaces de ver esa situación a la hora en que revisaron el caso, impugnado por el PRI y su candidata. Simplemente le dieron salida sin ir a fondo.

Se podrá decir que el resultado fue el mismo, pero para llegar a él en principio se incurrió en fallas que hacen dudar más del profesionalismo de quienes integran ese organismo,. Que de una posible falta de honestidad. La impresión que dan es que simplemente vieron el asunto por encima y no tuvieron la atingencia de advertir los vicios ocultos del expediente.

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Ya se esperaba la ratificación de MPT

*El referéndum de la elección en Mochis

*Tropiezos de autoridades electorales

 

Oficialmente todavía no cae el our 27, pero será difícil que el PRI logre revertir el resultado que tuvo ayer el recuento parcial de la elección de diputado local en el XX Distrito. Martín Pérez Torres, de la Coalición Unidos Ganas Tú, fue ratificado como ganador de la prolongada contienda postelectoral, aunque la exigua ventaja de nueve puntos originalmente se le redujo a siete.

Técnicamente todavía es posible que se cumpla la ruta anunciada desde antes por Maribel Chollet, quien decía que la resolución del tribunal Estatal Electoral no era la buena, sino que simplemente abriría la puerta para acudir a instancias superiores.

El propio magistrado presidente del TEE, Jesús Iván Chávez Rangel, todavía es posible que, de encontrar errores o irregularidades en el recuento parcial realizado por este organismo, la decisión sea modificada por el Trife, previa inconformidad planteada por alguna de las partes interesadas.

Sin embargo las cosas no serán fáciles. Como comentábamos en otras entregas, ya el PRI en representación de Maribel Chollet, su candidata, recurrió a la Sala Superior del Trife para que le rectificara a la sala superior la decisión de recontar sólo 29 casillas, para que se hiciese un recuento total, y la Sala Superior se lo negó.

La reducción de dos votos a partir de la revisión de 29 casillas, muestra una tendencia estadística interesante para la causa priísta: si ese fuese el promedio, una revisión completa habría alcanzado exactamente para dar la vuelta a la votación: dos votos por cada treinta casillas le darían diez votos, uno más de los nueve que originalmente tenía Martín Pérez, pero no se los concedieron, de modo que siempre quedará esa duda.

Ahora sólo queda pendiente el caso del ayuntamiento de Ahome, ganado por la planilla priísta que encabeza Arturo Duarte, donde todos apostaban a que no pasaría nada porque el PAN no tenía elementos para revertir el resultado, y anular toda la elección parecía demasiado aventurado como para llegar a concretarlo.

Sin embargo, conforme pasan los días y se retrasa la decisión, conforme aparecen otras que parecían poco viables, los más seguros empiezan a flaquear. Dicen que el propio Duarte ha comentado a sus cercanos que si se llegara a anular la elección, competiría de nuevo –lo da por descontado- y “le pondría una chinga”, pensando quizá en la que se pronosticaba y suponía que le iba a pegar durante la elección del siete de julio y que se fue reduciendo a una victoria no sólo estrecha, sino cuestionada.

Lo curioso de este asunto en que mientras a los dirigentes partidistas en Ahome se les eriza la piel cada vez que leen un análisis o escuchan un pronóstico contrario a sus aspiraciones, entre la sociedad no pasa nada. Simplemente les interesa la plática, muchos hacen un pronóstico sobre si progresará o no la protesta panista, pero no llegan al punto de apasionamiento registrado entre la clase política.

MÁS QUE UNA ELECCIÓN

Si se anula todo el resultado, en ese proceso se estará jugando más que una elección.

En estos momentos hay confusión sobre las motivaciones de la gente para reaccionar de tlas modo, que se produjo una elección cerrada cuando se suponía que Duarte arrasaría de calle.

Hay quienes dicen que la sociedad no recibió una línea clara de parte del gobernador Mario López Valdez, indudablemente el personaje más importante en Los Mochis y en el municipio completo. También se asevera que el propio equipo del gobernador jugó a hacerse las contras y que si Gerardo Vargas tenía a su cargo potenciar la simpatía de los malovistas de todos los partidos hacia Arturo Duarte, el secretario de Administración y Finanzas, Armando Villarreal decidió lanzarse al agua y rescatar al proyecto original apoyando a un malovista del lado del PAN, convencido de que eso era lo mejor para su jefe.

Mario López Valdez ganó la elección de gobernador gracias a la ventaja descomunal que obtuvo en el municipio de Ahome. 121 mil 874 votos contra 46 mil 269 de su contrincante Jesús Vizcarra Calderón. Esa ventaja de 75 mil 605 votos hizo decir siempre que en Ahome ganaría quien Malova quisiera, por el partido que él lo decidiera.

Y de entrada, cuando todavía no estaba apalabrado con el PRI, como se dice que ahora lo está, el gallo del tercer piso, Arturo Duarte, logró colocarse como el candidato viable del tricolor para la presidencia municipal, desestimando incluso los resultados de encuestas que lo colocaban por debajo de otros aspirantes y que señalaban el riesgo de una derrota. Por supuesto, a esto último se respondía con una carcajada descalificatoria: “-No hombre, con Malova detrás cuándo va a perder”, se dijo siempre.

Por eso fue tan escandaloso que Báez no ganara con una diferencia arrolladora. Por recursos no paró ni por apoyos tampoco. Tanto, que el propio PAN ha dejado formalmente de ser aliado del malovismo, agarrándose para ese discurso precisamente de las presencias de colaboradores del gobernador en la campaña del PRI.

Desde luego, antes de la ruptura hasta el PAN rechazaba que el resultado de la elección en Ahome fuese a ser una especie de referéndum al gobierno de López Valdez. Quien se atreve a decir que Mochis no ha ganado nada con el régimen de su expresidente muncipal es visto como un loco. Sólo el hecho de que la mayor parte de los colaboradores directos, indirectos y de casi todos los niveles de gobierno provengan de Los Mochis, basta para hacer un desmentido rotundo.

Corre el chiste de que Ahome es el único municipio de la República al que el Inegi le reconoce niveles plenos en ocupación laboral. Y es que aún los que no votaron por Malova encontraron empleo. Claro, eran los que dejaron los malovistas para irse a trabajar en el gobierno. El propio gobernador repite con humor aquello de que “más vale un acta de nacimiento en Los Mochis que un título de Harvard” “O de la Sorbona”, dirá algún azul desilusionado.

Pero con todo y eso, abrir una nueva contienda electoral, con Arturo Duarte, implica poner al gobernador en un riesgo innecesario, pues una derrota le sería endosada de manera automática. Ahora bien, si el candidato no fuese Báez, la derrota sería anticipada, aunque ganara el candidato sustituto. ¡Tanto empeño en Báez y no poder llevarlo a buen puerto!

Desde luego, nada está dicho aún. La Sala Regional del Trife en Guadalajara no ha subido el caso a estrados, de modo que ni siquiera fecha se tiene aún. Habrá que esperar al martes, por lo menos, toda vez que ya es fin de semana y el lunes es feriado. Tiros y Troyanos tendrán que esperar y aguantarse las urgencias con todo y el daño que les pueda causar el estrés.

LAS FALLAS ADMITIDAS

PERO ESO SÍ: AJENAS

Al dar el dictamen sobre la elección en el XX distrito, los magistrados hicieron una revelación que si bien se conocía por ser parte frecuente de las denuncias de partidos, alcanza relevancia porque se le da carácter de reconocimiento oficial.

Una de las demandas presentadas por la Coalición Transformemos Sinaloa era anular la elección porque durante el cómputo de votos se transgredió el principio de certeza. Es sumamente grave, pues la determinación se atribuye al TRIFE y en términos llanos significa que no se respetaron las garantías de uno de los candidatos. Ya hace rato ha brincado la idea de que a la hora de seleccionar a los consejeros electorales se escoge a “los más independientes”, pero desde los tiempos del priísmo omnímodo, la independencia se ha identificado como una especie de antipriísmo, aunque ese partido intervenga para orientar, influir e incidir sobre la decisión de una parte de los propios consejeros.

También quedó claro que no hay reglas claras a qué atenerse para anular votos, pues a veces se sigue la ley al pie de la letra y se cometen injusticias, como los casos en que los votos estaban marcados a favor de la Coalición Transformemos Sinaloa, pero con un letrero abajo que decía Maribel, o Cholet. Al haber dos manifestaciones en la misma boleta, se anulaba el foto, pese a la evidente decisión del votante de ratificar, quizá por ignorancia, lo que había expresado ya.

Y esto ocurrió también con Martín Pérez, para quien huno un voto que estaba cruzado en el logo de Unidos Ganas tú, y abajo decía “Martina”. La femenización del nombre de ninguna manera podía dar lugar a equívocos, pero los dio.

Lo que no dijo el Tribunal Estatal Electoral es que si el Consejo Distrital se equivocó al no garantizar el principio de certeza, los propios magistrados fueron incapaces de ver esa situación a la hora en que revisaron el caso, impugnado por el PRI y su candidata. Simplemente le dieron salida sin ir a fondo.

Se podrá decir que el resultado fue el mismo, pero para llegar a él en principio se incurrió en fallas que hacen dudar más del profesionalismo de quienes integran ese organismo,. Que de una posible falta de honestidad. La impresión que dan es que simplemente vieron el asunto por encima y no tuvieron la atingencia de advertir los vicios ocultos del expediente.

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Ya se esperaba la ratificación de MPT

*El referéndum de la elección en Mochis

*Tropiezos de autoridades electorales

 

Oficialmente todavía no cae el our 27, pero será difícil que el PRI logre revertir el resultado que tuvo ayer el recuento parcial de la elección de diputado local en el XX Distrito. Martín Pérez Torres, de la Coalición Unidos Ganas Tú, fue ratificado como ganador de la prolongada contienda postelectoral, aunque la exigua ventaja de nueve puntos originalmente se le redujo a siete.

Técnicamente todavía es posible que se cumpla la ruta anunciada desde antes por Maribel Chollet, quien decía que la resolución del tribunal Estatal Electoral no era la buena, sino que simplemente abriría la puerta para acudir a instancias superiores.

El propio magistrado presidente del TEE, Jesús Iván Chávez Rangel, todavía es posible que, de encontrar errores o irregularidades en el recuento parcial realizado por este organismo, la decisión sea modificada por el Trife, previa inconformidad planteada por alguna de las partes interesadas.

Sin embargo las cosas no serán fáciles. Como comentábamos en otras entregas, ya el PRI en representación de Maribel Chollet, su candidata, recurrió a la Sala Superior del Trife para que le rectificara a la sala superior la decisión de recontar sólo 29 casillas, para que se hiciese un recuento total, y la Sala Superior se lo negó.

La reducción de dos votos a partir de la revisión de 29 casillas, muestra una tendencia estadística interesante para la causa priísta: si ese fuese el promedio, una revisión completa habría alcanzado exactamente para dar la vuelta a la votación: dos votos por cada treinta casillas le darían diez votos, uno más de los nueve que originalmente tenía Martín Pérez, pero no se los concedieron, de modo que siempre quedará esa duda.

Ahora sólo queda pendiente el caso del ayuntamiento de Ahome, ganado por la planilla priísta que encabeza Arturo Duarte, donde todos apostaban a que no pasaría nada porque el PAN no tenía elementos para revertir el resultado, y anular toda la elección parecía demasiado aventurado como para llegar a concretarlo.

Sin embargo, conforme pasan los días y se retrasa la decisión, conforme aparecen otras que parecían poco viables, los más seguros empiezan a flaquear. Dicen que el propio Duarte ha comentado a sus cercanos que si se llegara a anular la elección, competiría de nuevo –lo da por descontado- y “le pondría una chinga”, pensando quizá en la que se pronosticaba y suponía que le iba a pegar durante la elección del siete de julio y que se fue reduciendo a una victoria no sólo estrecha, sino cuestionada.

Lo curioso de este asunto en que mientras a los dirigentes partidistas en Ahome se les eriza la piel cada vez que leen un análisis o escuchan un pronóstico contrario a sus aspiraciones, entre la sociedad no pasa nada. Simplemente les interesa la plática, muchos hacen un pronóstico sobre si progresará o no la protesta panista, pero no llegan al punto de apasionamiento registrado entre la clase política.

MÁS QUE UNA ELECCIÓN

Si se anula todo el resultado, en ese proceso se estará jugando más que una elección.

En estos momentos hay confusión sobre las motivaciones de la gente para reaccionar de tlas modo, que se produjo una elección cerrada cuando se suponía que Duarte arrasaría de calle.

Hay quienes dicen que la sociedad no recibió una línea clara de parte del gobernador Mario López Valdez, indudablemente el personaje más importante en Los Mochis y en el municipio completo. También se asevera que el propio equipo del gobernador jugó a hacerse las contras y que si Gerardo Vargas tenía a su cargo potenciar la simpatía de los malovistas de todos los partidos hacia Arturo Duarte, el secretario de Administración y Finanzas, Armando Villarreal decidió lanzarse al agua y rescatar al proyecto original apoyando a un malovista del lado del PAN, convencido de que eso era lo mejor para su jefe.

Mario López Valdez ganó la elección de gobernador gracias a la ventaja descomunal que obtuvo en el municipio de Ahome. 121 mil 874 votos contra 46 mil 269 de su contrincante Jesús Vizcarra Calderón. Esa ventaja de 75 mil 605 votos hizo decir siempre que en Ahome ganaría quien Malova quisiera, por el partido que él lo decidiera.

Y de entrada, cuando todavía no estaba apalabrado con el PRI, como se dice que ahora lo está, el gallo del tercer piso, Arturo Duarte, logró colocarse como el candidato viable del tricolor para la presidencia municipal, desestimando incluso los resultados de encuestas que lo colocaban por debajo de otros aspirantes y que señalaban el riesgo de una derrota. Por supuesto, a esto último se respondía con una carcajada descalificatoria: “-No hombre, con Malova detrás cuándo va a perder”, se dijo siempre.

Por eso fue tan escandaloso que Báez no ganara con una diferencia arrolladora. Por recursos no paró ni por apoyos tampoco. Tanto, que el propio PAN ha dejado formalmente de ser aliado del malovismo, agarrándose para ese discurso precisamente de las presencias de colaboradores del gobernador en la campaña del PRI.

Desde luego, antes de la ruptura hasta el PAN rechazaba que el resultado de la elección en Ahome fuese a ser una especie de referéndum al gobierno de López Valdez. Quien se atreve a decir que Mochis no ha ganado nada con el régimen de su expresidente muncipal es visto como un loco. Sólo el hecho de que la mayor parte de los colaboradores directos, indirectos y de casi todos los niveles de gobierno provengan de Los Mochis, basta para hacer un desmentido rotundo.

Corre el chiste de que Ahome es el único municipio de la República al que el Inegi le reconoce niveles plenos en ocupación laboral. Y es que aún los que no votaron por Malova encontraron empleo. Claro, eran los que dejaron los malovistas para irse a trabajar en el gobierno. El propio gobernador repite con humor aquello de que “más vale un acta de nacimiento en Los Mochis que un título de Harvard” “O de la Sorbona”, dirá algún azul desilusionado.

Pero con todo y eso, abrir una nueva contienda electoral, con Arturo Duarte, implica poner al gobernador en un riesgo innecesario, pues una derrota le sería endosada de manera automática. Ahora bien, si el candidato no fuese Báez, la derrota sería anticipada, aunque ganara el candidato sustituto. ¡Tanto empeño en Báez y no poder llevarlo a buen puerto!

Desde luego, nada está dicho aún. La Sala Regional del Trife en Guadalajara no ha subido el caso a estrados, de modo que ni siquiera fecha se tiene aún. Habrá que esperar al martes, por lo menos, toda vez que ya es fin de semana y el lunes es feriado. Tiros y Troyanos tendrán que esperar y aguantarse las urgencias con todo y el daño que les pueda causar el estrés.

LAS FALLAS ADMITIDAS

PERO ESO SÍ: AJENAS

Al dar el dictamen sobre la elección en el XX distrito, los magistrados hicieron una revelación que si bien se conocía por ser parte frecuente de las denuncias de partidos, alcanza relevancia porque se le da carácter de reconocimiento oficial.

Una de las demandas presentadas por la Coalición Transformemos Sinaloa era anular la elección porque durante el cómputo de votos se transgredió el principio de certeza. Es sumamente grave, pues la determinación se atribuye al TRIFE y en términos llanos significa que no se respetaron las garantías de uno de los candidatos. Ya hace rato ha brincado la idea de que a la hora de seleccionar a los consejeros electorales se escoge a “los más independientes”, pero desde los tiempos del priísmo omnímodo, la independencia se ha identificado como una especie de antipriísmo, aunque ese partido intervenga para orientar, influir e incidir sobre la decisión de una parte de los propios consejeros.

También quedó claro que no hay reglas claras a qué atenerse para anular votos, pues a veces se sigue la ley al pie de la letra y se cometen injusticias, como los casos en que los votos estaban marcados a favor de la Coalición Transformemos Sinaloa, pero con un letrero abajo que decía Maribel, o Cholet. Al haber dos manifestaciones en la misma boleta, se anulaba el foto, pese a la evidente decisión del votante de ratificar, quizá por ignorancia, lo que había expresado ya.

Y esto ocurrió también con Martín Pérez, para quien huno un voto que estaba cruzado en el logo de Unidos Ganas tú, y abajo decía “Martina”. La femenización del nombre de ninguna manera podía dar lugar a equívocos, pero los dio.

Lo que no dijo el Tribunal Estatal Electoral es que si el Consejo Distrital se equivocó al no garantizar el principio de certeza, los propios magistrados fueron incapaces de ver esa situación a la hora en que revisaron el caso, impugnado por el PRI y su candidata. Simplemente le dieron salida sin ir a fondo.

Se podrá decir que el resultado fue el mismo, pero para llegar a él en principio se incurrió en fallas que hacen dudar más del profesionalismo de quienes integran ese organismo,. Que de una posible falta de honestidad. La impresión que dan es que simplemente vieron el asunto por encima y no tuvieron la atingencia de advertir los vicios ocultos del expediente.

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*Ya se esperaba la ratificación de MPT

*El referéndum de la elección en Mochis

*Tropiezos de autoridades electorales

Oficialmente todavía no cae el our 27, pero será difícil que el PRI logre revertir el resultado que tuvo ayer el recuento parcial de la elección de diputado local en el XX Distrito. Martín Pérez Torres, de la Coalición Unidos Ganas Tú, fue ratificado como ganador de la prolongada contienda postelectoral, aunque la exigua ventaja de nueve puntos originalmente se le redujo a siete.
 

Técnicamente todavía es posible que se cumpla la ruta anunciada desde antes por Maribel Chollet, quien decía que la resolución del tribunal Estatal Electoral no era la buena, sino que simplemente abriría la puerta para acudir a instancias superiores.

El propio magistrado presidente del TEE, Jesús Iván Chávez Rangel, todavía es posible que, de encontrar errores o irregularidades en el recuento parcial realizado por este organismo, la decisión sea modificada por el Trife, previa inconformidad planteada por alguna de las partes interesadas.

Sin embargo las cosas no serán fáciles. Como comentábamos en otras entregas, ya el PRI en representación de Maribel Chollet, su candidata, recurrió a la Sala Superior del Trife para que le rectificara a la sala superior la decisión de recontar sólo 29 casillas, para que se hiciese un recuento total, y la Sala Superior se lo negó.

La reducción de dos votos a partir de la revisión de 29 casillas, muestra una tendencia estadística interesante para la causa priísta: si ese fuese el promedio, una revisión completa habría alcanzado exactamente para dar la vuelta a la votación: dos votos por cada treinta casillas le darían diez votos, uno más de los nueve que originalmente tenía Martín Pérez, pero no se los concedieron, de modo que siempre quedará esa duda.

Ahora sólo queda pendiente el caso del ayuntamiento de Ahome, ganado por la planilla priísta que encabeza Arturo Duarte, donde todos apostaban a que no pasaría nada porque el PAN no tenía elementos para revertir el resultado, y anular toda la elección parecía demasiado aventurado como para llegar a concretarlo.

Sin embargo, conforme pasan los días y se retrasa la decisión, conforme aparecen otras que parecían poco viables, los más seguros empiezan a flaquear. Dicen que el propio Duarte ha comentado a sus cercanos que si se llegara a anular la elección, competiría de nuevo –lo da por descontado- y “le pondría una chinga”, pensando quizá en la que se pronosticaba y suponía que le iba a pegar durante la elección del siete de julio y que se fue reduciendo a una victoria no sólo estrecha, sino cuestionada.

Lo curioso de este asunto en que mientras a los dirigentes partidistas en Ahome se les eriza la piel cada vez que leen un análisis o escuchan un pronóstico contrario a sus aspiraciones, entre la sociedad no pasa nada. Simplemente les interesa la plática, muchos hacen un pronóstico sobre si progresará o no la protesta panista, pero no llegan al punto de apasionamiento registrado entre la clase política.

MÁS QUE UNA ELECCIÓN

Si se anula todo el resultado, en ese proceso se estará jugando más que una elección.

En estos momentos hay confusión sobre las motivaciones de la gente para reaccionar de tlas modo, que se produjo una elección cerrada cuando se suponía que Duarte arrasaría de calle.

Hay quienes dicen que la sociedad no recibió una línea clara de parte del gobernador Mario López Valdez, indudablemente el personaje más importante en Los Mochis y en el municipio completo. También se asevera que el propio equipo del gobernador jugó a hacerse las contras y que si Gerardo Vargas tenía a su cargo potenciar la simpatía de los malovistas de todos los partidos hacia Arturo Duarte, el secretario de Administración y Finanzas, Armando Villarreal decidió lanzarse al agua y rescatar al proyecto original apoyando a un malovista del lado del PAN, convencido de que eso era lo mejor para su jefe.

Mario López Valdez ganó la elección de gobernador gracias a la ventaja descomunal que obtuvo en el municipio de Ahome. 121 mil 874 votos contra 46 mil 269 de su contrincante Jesús Vizcarra Calderón. Esa ventaja de 75 mil 605 votos hizo decir siempre que en Ahome ganaría quien Malova quisiera, por el partido que él lo decidiera.

Y de entrada, cuando todavía no estaba apalabrado con el PRI, como se dice que ahora lo está, el gallo del tercer piso, Arturo Duarte, logró colocarse como el candidato viable del tricolor para la presidencia municipal, desestimando incluso los resultados de encuestas que lo colocaban por debajo de otros aspirantes y que señalaban el riesgo de una derrota. Por supuesto, a esto último se respondía con una carcajada descalificatoria: “-No hombre, con Malova detrás cuándo va a perder”, se dijo siempre.

Por eso fue tan escandaloso que Báez no ganara con una diferencia arrolladora. Por recursos no paró ni por apoyos tampoco. Tanto, que el propio PAN ha dejado formalmente de ser aliado del malovismo, agarrándose para ese discurso precisamente de las presencias de colaboradores del gobernador en la campaña del PRI.

Desde luego, antes de la ruptura hasta el PAN rechazaba que el resultado de la elección en Ahome fuese a ser una especie de referéndum al gobierno de López Valdez. Quien se atreve a decir que Mochis no ha ganado nada con el régimen de su expresidente muncipal es visto como un loco. Sólo el hecho de que la mayor parte de los colaboradores directos, indirectos y de casi todos los niveles de gobierno provengan de Los Mochis, basta para hacer un desmentido rotundo.

Corre el chiste de que Ahome es el único municipio de la República al que el Inegi le reconoce niveles plenos en ocupación laboral. Y es que aún los que no votaron por Malova encontraron empleo. Claro, eran los que dejaron los malovistas para irse a trabajar en el gobierno. El propio gobernador repite con humor aquello de que “más vale un acta de nacimiento en Los Mochis que un título de Harvard” “O de la Sorbona”, dirá algún azul desilusionado.

Pero con todo y eso, abrir una nueva contienda electoral, con Arturo Duarte, implica poner al gobernador en un riesgo innecesario, pues una derrota le sería endosada de manera automática. Ahora bien, si el candidato no fuese Báez, la derrota sería anticipada, aunque ganara el candidato sustituto. ¡Tanto empeño en Báez y no poder llevarlo a buen puerto!

Desde luego, nada está dicho aún. La Sala Regional del Trife en Guadalajara no ha subido el caso a estrados, de modo que ni siquiera fecha se tiene aún. Habrá que esperar al martes, por lo menos, toda vez que ya es fin de semana y el lunes es feriado. Tiros y Troyanos tendrán que esperar y aguantarse las urgencias con todo y el daño que les pueda causar el estrés.

LAS FALLAS ADMITIDAS

PERO ESO SÍ: AJENAS

Al dar el dictamen sobre la elección en el XX distrito, los magistrados hicieron una revelación que si bien se conocía por ser parte frecuente de las denuncias de partidos, alcanza relevancia porque se le da carácter de reconocimiento oficial.

Una de las demandas presentadas por la Coalición Transformemos Sinaloa era anular la elección porque durante el cómputo de votos se transgredió el principio de certeza. Es sumamente grave, pues la determinación se atribuye al TRIFE y en términos llanos significa que no se respetaron las garantías de uno de los candidatos. Ya hace rato ha brincado la idea de que a la hora de seleccionar a los consejeros electorales se escoge a “los más independientes”, pero desde los tiempos del priísmo omnímodo, la independencia se ha identificado como una especie de antipriísmo, aunque ese partido intervenga para orientar, influir e incidir sobre la decisión de una parte de los propios consejeros.

También quedó claro que no hay reglas claras a qué atenerse para anular votos, pues a veces se sigue la ley al pie de la letra y se cometen injusticias, como los casos en que los votos estaban marcados a favor de la Coalición Transformemos Sinaloa, pero con un letrero abajo que decía Maribel, o Cholet. Al haber dos manifestaciones en la misma boleta, se anulaba el foto, pese a la evidente decisión del votante de ratificar, quizá por ignorancia, lo que había expresado ya.

Y esto ocurrió también con Martín Pérez, para quien huno un voto que estaba cruzado en el logo de Unidos Ganas tú, y abajo decía “Martina”. La femenización del nombre de ninguna manera podía dar lugar a equívocos, pero los dio.

Lo que no dijo el Tribunal Estatal Electoral es que si el Consejo Distrital se equivocó al no garantizar el principio de certeza, los propios magistrados fueron incapaces de ver esa situación a la hora en que revisaron el caso, impugnado por el PRI y su candidata. Simplemente le dieron salida sin ir a fondo.

Se podrá decir que el resultado fue el mismo, pero para llegar a él en principio se incurrió en fallas que hacen dudar más del profesionalismo de quienes integran ese organismo,. Que de una posible falta de honestidad. La impresión que dan es que simplemente vieron el asunto por encima y no tuvieron la atingencia de advertir los vicios ocultos del expediente.