En el blanco Fernando Zepeda H.

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*El equipo cercano a Ebrard se divide sobre el rumbo que debe darse
*Los excesos y soberbia podrían perder a Morena
*En Sinaloa no deben equivocarse quienes aspiran
*Que será más importante para Rocha Moya, las alcaldías o el Congreso

Se divide el Grupo de Ebrard. Las diferencias al interior del primer circulo de Marcelo Ebrard han comenzado a surgir. Hay quienes se pronuncian por continuar dentro de Morena “y luchar desde su interior”. Hay otros que se inclinan por irse a Movimiento Ciudadano para continuar su proyecto de Nación. Y un tercero fue el proponer una candidatura independiente. Esto último ya lo precisó el propio Marcelo Ebrard: “No es la vía para contribuir al futuro de México”. Le quedan las otras dos vías que revisa el equipo de Ebrard. Sin embargo, hay una que podría resultar hasta lógica, si es que el excanciller realmente quiere hacer algo por México. Está la de sumarse al Frente.   

Ya Xóchitl Gálvez lo invitó. Porque irse a MC, le estaría indirectamente haciendo el trabajo precisamente a Claudia Sheinbaum. Al dividir a la oposición y abrirle el camino más cómodo a Morena. Si la expresión que Marcelo lanzó “con esa señora (Sheinbaum) no trabajo”, entonces no le quedaría otra vía más de sumarse al Frente. Porque no imaginamos a Marcelo quedarse en Morena con lo que dijo y le hicieron. Y no nos imaginamos a Marcelo fuera de la política. Todos perderían un activo importante.

Excesos y soberbia los puede perder. Las expresiones del Presidente hacia Marcelo Ebrard no dejan lugar a dudas. Ya lo despidió. Y lo que hoy hacen tanto Claudia Sheinbaum y Mario Delgado, es tan solo una mascarada cuando afirman que las puertas de Morena están abiertas para el excanciller. Así, de esa forma están tratando a quien mostró de muchas formas su apoyo y lealtad a López Obrador. Por ello ayer Marcelo Ebrard recalcó: “Ya no nos dejan lugar en Morena”.

El exceso de rudeza con el que trataron y lo siguen haciendo a Marcelo Ebrard es un mensaje para todos aquellos opositores de lo que están dispuestos hacer, desde Palacio Nacional y en los vericuetos sórdidos de Morena. La “guerra” que viene se antoja que será sin dar cuartel. Y desde hoy ya hay quienes adelantan que será una “elección de estado”. No hay duda y el propio Presidente lo reconoció, que él estaba operando en Morena…Todo. Que ya dejaba de hacerlo y simbólicamente le entregó el “bastón” de mando a Claudia Sheinbaum. Queda claro entonces que, desde Palacio Nacional, desde sus mañaneras López Obrador se dedicó a armar las estrategias de su partido, la selección de quien sería su candidata y claro está las consultas que llevaron a la designación de Sheinbaum y que fueron cuestionadas por las irregularidades que denunció Marcelo.

63 pruebas de irregularidades fueron presentadas por el equipo de Marcelo. ¿Y qué pasó? Nada. Este exceso de rudeza contra uno de sus propios cuadros, será el sello también para aquellos opositores. Pero tanto López Obrador como su “clon” Claudia Sheinbaum y no se diga su corifeo Mario Delgado, se han lazado sin recato alguno en contra de Xóchitl Gálvez, la que será la abandera del Frente por México que en pocos meses ha crecido tanto, que solo un ciego se negaría a considerar que la Senadora ha metido en la contienda a los opositores. Pero la soberbia de que hacen gala en Morena, los podría perder la perspectiva de lo que viene en la elección del 2024.

Si Morena lanza a candidatos cuestionados, sin perfil, estaría en un delicado error. La elección que viene la definirán ahora sí los votos. Ya no la percepción que creo López Obrador del “cambio”. Podría levantar la de “rescatemos a México” con Xóchitl a la cabeza.

En Sinaloa, no se equivoquen. Todos, absolutamente todos quienes aspiran a un cargo de elección popular para el 2024, deben de entender que quien tendrá en sus manos la selección y si es necesario hasta el “veto”, será única y exclusivamente el Gobernador Rubén Rocha Moya. De eso no les debe de quedar ninguna duda. Podrán buscar si así lo consideran necesarios apoyos de partidos aliados a Morena y también de personajes ligados al partido allá del centro. Pero todos los caminos llevarán ineludiblemente al tercer piso.

Guillermo Romero puede presumir que ya cuenta con el apoyo de los representantes del PT y PV en Sinaloa. Pero ambos tienen un “jefe” nacional y ellos primero tendrán que consultar al Gobernador. Si otros como Carlos Escobar presume fotos y cercanía con Mario Delgado dirigente nacional de Morena. No le será suficiente para lo que busca. Recuerden qué le pasó a Luis Guillermo Benítez cuando aspiró a convertirse en candidato a Gobernador por Morena con el apoyo evidente de Mario Delgado. Y dónde está en estos momentos el Quimico.

Hay otros como Manuel de Jesús Guerrero “El Meni”, que ciertamente puede presumir su amistad con el Gobernador, pues fue Vicerrector de la UAS cuando Rocha Moya se desempeñó como Rector. Pero no lo conocen mucha gente de Mazatlán. Lo que en la próxima contienda necesita Morena son votos. Y tendrá que buscar entre los que aspiran o quien hasta hoy no levanta la mano, a quien le garantice muchos votos. Si no es que quieran perder municipios y lo que es peor, la mayoría en el Congreso del Estado.

Cual es la prioridad de Rocha Moya. En las elecciones del 2024 estarán en disputa alcaldías, diputaciones locales, diputaciones federales y senadurías. ¿Cuál de estas le pudiera interesar más al Gobernador?. Lógicamente que querrá ganar todas. Pero seguro no será posible. Las condiciones de hoy son muy diferentes al 2018, incluso a la elección del 2021. Las legislaturas federales le interesan al Gobierno de la República, porque seguirían modificando la Constitución a sus anchas. ¿Y en el estado?. Por encima de las alcandías es probable que a Rocha Moya le interese más tener una mayoría en el Congreso del Estado. ¿Por qué?. Porque tener un Congreso a su favor le da certidumbre a la administración.

Certeza y respaldo en el último tramo del sexenio. A los Alcaldes los puede manejar desde la gubernatura. Al fin que son en cierta forma “empleados del estado”. En la administración pasada que encabezó Quirino Ordaz Coppel, en su último tramo no contó con mayoría en el Congreso del Estado. Ahí prevaleció Morena. Le intentaron hacer la vida de cuadritos. Al final la libró bien. Pero ahora es diferente. Habrá que verlo.