DOMINGRILLA por FRANCISCO CHIQUETE

0
14

El Mayo volvió a cimbrar al gobierno; la guerra en Sinaloa, resultados bajo presión; el liderazgo de doña Esperanza Kazuga

FRANCISCO CHIQUETE
La presidenta Claudia Sheinbaum tiene un alto nivel de popularidad y por tanto, de confianza entre la población mexicana. Setenta y seis por ciento, dice la encuesta de El País. Casi 80, dicen las casas encuestadoras cercanas al gobierno.


Con todo y eso, dos cartas firmadas y hechas públicas por Ismael El Mayo Zambada, han tenido el poder de hacer que el gobierno se tambalee ante la opinión pública y se vea en serios aprietos para solventar los impactantes dichos.

Con la primera, en que denuncia su secuestro y contradice las versiones oficiales sobre el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda, prácticamente acabó con el gobierno sinaloense, que no ha podido recuperarse y aparece como primer inculpado de la guerra del cártel, sin que formalmente sea el encargado directo de su control y combate.
Con la segunda, Zambada pone en un predicamento a la presidenta, porque le exige apoyo para su caso, al que define como un “secuestro transfronterizo” y advierte que si prospera su condena a la pena de muerte en Estados Unidos, las relaciones entre los dos países llegarían a un punto de fractura.

Muchos han aprovechado para decir que Zambada amenaza al gobierno de México con revelaciones que permitirían a Estados Unidos solventar sus acusaciones de que aquí gobierna el narco en asociación con políticos oficialistas, pero aunque haya una advertencia implícita, no necesita llegar tan lejos. El gobierno mexicano en efecto, está obligado a prestar apoyo consular y jurídico a este ciudadano, independientemente de los delitos cometidos, como dijo la propia presidenta. Y si prospera la pena de muerte contra Zambada, se abriría la puerta a nuevas incursiones por otro y otro capo del narco, hasta llegar a un desorden y un descaro insostenibles.
El problema es que aún con esa obligación legal, el gobierno mexicano se vería muy mal defendiendo a un personaje como ese. Equivaldría a dar la razón a los dichos de Trump sobre las componendas narco-gobierno.

El grito Desesperado sobre la pena de muerte es razonable. Estados Unidos podía haber compartido con México su información sobre este caso y permitir que hiciese la captura para luego extraditarlo, pero mediante esa vía, los gringos estarían impedidos para aplicar la pena de muerte, pues ningún extraditado puede recibir allá una condena que no exista en su país de origen.


Hasta hace unos cuantos años, un secuestro como este habría invalidado todo procedimiento judicial y habría sido obligada la repatriación, pero Estados Unidos reformó unilateralmente sus leyes y dio por válida cualquier captura realizada bajo cualquier circunstancia. Por eso los abogados de Zambada recurren a la defensa dIplomática y no a llevar su caso por la vía jurídica de aquel país.
¿Qué va a hacer Claudia Sheinbaum, a quien ya se le termina el plazo para los malhadados aranceles con que nos tienen amenazados? La filtración de ayer es que el Consejo de Seguridad recomendó no entrarle a la defensa del capo. A ver cómo puede la Fiscalía General de la República procesar esa negativa, sin que el gobierno pierda cara.

LAS ACCIONES
EN SINALOA
Uno de los dichos de uso más frecuente durante el siglo pasado era el de “la carga hace andar al burro”. Las nuevas generaciones ya no conocen a esos animales, pero igual la sentencia aplica:
Mientras no tuvieron la presión estadunidense ni plazo perentorio para dar resultados en el combate a los cárteles, los helicópteros artillados estuvieron reposando en las bases aéreas de Culiacán, y parecían ser sacados al aire sólo por cuestiones de mantenimiento.


Ahora que los aviones espías estadunidenses pasaron “por fuera del espacio aéreo nacional”, se contó con datos para ir por personajes importantes de los grupos en guerra, se realizaron intensos operativos que tuvieron la gracia de no requerir ni un tiro, aunque la gente de los alrededores vivió noches de zozobra. Al parecer no pudieron capturar a Iván Archibaldo, pero se llevaron a dos cercanos que ya eran requeridos del otro lado de la frontera.

Y aunque no ha dejado de haber asesinatos, a diferencia de otras ocasiones no ha habido respuestas airadas del grupo afectado. Como dice el gobernador, no se ha acabado el problema, pero ya empezaron a verse resultados.


Lo grave es el efecto cucaracha. Si en Culiacán ya no ha habido expresiones intensas de los grupos delictivos, en Mazatlán hemos pasado del aumento en la criminalidad, a la advertencia en vías de realidad del uso de explosivos en sitios públicos. Urge que las acciones de respuesta sean efectivas y no sólo desmentidos ultraoptimistas como los de Feliciano Castro Meléndrez y la doctora Tere Guerra Ochoa, únicos convencidos de que en Sinaloa “vivimos perfectamente”.

UNA MUJER VALIOSA
Esta semana recién terminada, Coparmex Mazatlán rindió un homenaje a la señora Esperanza Kazuga, por haber sido la primera mujer en dirigir un Centro Empresarial. No sólo fue la primera de Mazatlán. Ninguna fémina había ocupado ese puesto en los centros empresariales del país.

En el 50 aniversario de este organismo en Mazatlán, doña Esperanza volvió a ser la guerrera que ha sido siempre. Llamó a la sociedad a dejar de estar esperando a que el gobierno resuelva nuestro grave problema de inseguridad. Vamos exigiendo, vamos luchando para hacer que cumplan con su deber, y vamos también revisando nuestras conductas para ver cómo podemos hacer que las cosas avancen, porque la población está muy afectada en lo social, en lo anímico y hasta en lo económico.

Esa voz fuerte ha sido característica de doña Esperanza, que desde todos sus puestos de representación ha dado la batalla, lo mismo por atraer inversiones que por evitar corruptelas -como cuando fue regidora en le ayuntamiento- y mediante el desarrollo de una empresa eficaz y socialmente responsable.

En el homenaje hubo varias voces que exaltaron sus valores como dirigente, como activista social, como jefa de familia (ahí estuvieron felices sus hijos y nietos, así como el firme y solidario Tsutomo Yoshii, el más mazatleco de los japoneses).

A pesar de esa firmeza, es reconocida como una mujer afable, entusiasta y participativa. Los reporteros sabíamos que siempre contábamos con ella para informar y para opinar sobre cada asunto importante de la comunidad, por eso un día me permití publicarle una broma: “llegó Esperanza Kazuga de su viaje a San Francisco, y al pasar por la aduana le preguntaron si tenía algo qué declarar. Inmediatamente dijo que sí y preguntó ¿dónde están los periodistas?” La respuesta fue un automático y risueño recordatorio materno y nuevas declaraciones centradas e impactantes.
Un homenaje muy merecido.