Madrugan por el 2027 No hay antecedentes Merequetengue registral
El gobernador Rubén Rocha Moya y su equipo decidieron ir temprano por todas las canicas. Con el lanzamiento de Enrique Inzunza Cázares en pos de un escaño senatorial, abrieron también la temporada de sucesión gubernamental. Inzunza Cázares es, evidentemente, la carta de Rocha.
De acuerdo con el panorama electoral actual, quienes obtengan las candidaturas senatoriales de Morena se convertirán casi automáticamente en integrantes de la llamada Cámara Alta y a partir de ahí, la posibilidad de buscar la gubernatura es amplia.
Casi todos los gobernadores han buscado dejar la proyección de sus cartas sucesorias, para concentrar el poder por más tiempo. Antonio Toledo Corro no quería ni oír hablar del tema, pero al final no tuvo posibilidad alguna de influir en la decisión: Francisco Labastida Ochoa le cayó encima por disposición presidencial, como el propio Toledo le fue impuesto a Alfonso Genaro Calderón; Labastida Ochoa empezó por eliminar a aspirantes que le eran incómodos, esencialmente a Juan Sigfrido Millán Lizárraga. Luchó hasta el final para dejar a Lauro Díaz Castro, pero fracasó dos veces. Primero le llegó un ukase con la postulación de Renato Vega Alvarado; la segunda, cuando Labastida Ochoa era ra secretario de Gobernación, y reintentó con Díaz Castro, pero ahí sí, Millán Lizárraga le ganó el jalón. Renato se mantuvo al margen, aunque una parte de su equipo se fue con Lauro y perdió.
Juan Millán tomó una primera medida: colocar en la secretaría general de gobierno a alguien sin aspiraciones o más bien, sin posibilidades de buscar la candidatura, como fue Gonzalo Armienta Calderón. Fue el primer gobernador que pudo manejar la sucesión, que casi se le iba de las manos por posponer las definiciones hasta el último momento. Jesús Aguilar Padilla decidió por sí mismo y ante sí mismo, con un candidato verdaderamente de lujo: Jesús Vizcarra Calderón, quien lo tenía todo: dinero, conocimientos, habilidad para la planeación y contactos en los altos niveles del estado y del país, pero perdió la elección ante Mario López Valdez, porque el PRI se dividió .
Malova se entregó cuichito al PRI al que había derrotado, pensando que el nuevo presidente tricolor, Enrique Peña Nieto, le aceptaría la postulación de Gerardo Vargas Landeros. Incluso ya con Quirino Ordaz Coppel postulado, Vargas Landeros seguía diciendo que el seguiría en la búsqueda de la postulación, en una actitud absurda que por supuesto apoyaba López Valdez.
Quirino Ordaz Coppel también se puso cicatero con el tiempo para la sucesión. No alentó formalmente a nadie y los pocos que recibieron alguna señal no tuvieron capacidad para crecer. Al final se resolvió por Mario Zamora por su cercanía con Alito Moreno, el dirigente del PRI, pero a la hora de la derrota tanto Zamora como Alito lo acusaron de haber entregado la plaza.
Rubén Rocha Moya tiene apenas dos años en el ejercicio del poder, pero ya parece haber planeado su salida, tomando ventaja para que el grupo que él encabeza retenga el poder.
Casualmente el mismo fin de semana en que Inzunza Cázares anunció su decisión de registrarse como precandidato al Senado de la República, se realizó en la Ciudad de México la carrera de Fórmula Uno, donde el piloto mexicano Sergio Pérez chocó tratando de obtener una mejor posición en el arranque. La arriesgada maniobra fracasó y se tuvo que retirar. Los expertos le dijeron, a toro pasado, que las carreras no se ganan en la primera vuelta.
Si Inzunza gana la candidatura y luego el escaño, estará en grandes condiciones de competir, con tres años de exposición, que serán benéficos o no, según su actuación. Eso es bueno, por supuesto. Pero también se convierte en puntero desde muy temprano y queda expuesto a los guamazos que normalmente tiran amigos y enemigos, porque de lo que se trata es de bajar al que va arriba.
LA CANDIDEZ DE ESTRADA FERREIRO
Cuando Feliciano Castro Meléndrez se bajó de la aspiración a ser senador, quedó evidenciado que el equipo ya se había puesto de acuerdo, que Inzunza Cázarez sería el único en levantar la mano, pero contra cualquier lógica, el ex alcalde culiche Jesús Estrada Ferreiro fue a pedir y obtener su registro.
Aunque el gobernador ya había dicho que Estrada Ferreiro puede participar aún enfrentando un proceso judicial, porque no ha sido condenado, la senadora Imelda Castro dijo que ese proceso hará que la Comisión de Elecciones de Morena no lo elija. “A mi no me vengan con eso de que la ley es la ley”
La respuesta de Estrada Ferreiro es tan cándida como su idea de que podía ser el candidato: soy favorito por honestidad, capacidad y principios. Aunque usted no lo crea, lo dijo en serio.
LAS CONTRINCANTES
Cuando Graciela Domínguez anunció que iría por una diputación federal (quinto distrito), se evidenció que en el tercer piso se habían allanado a las aspiraciones reelectorales de Imelda Castro. Pero entonces aparecieron dos señoras diputadas federales que se fueron a registrar para competir por ese mismo puesto.
Yadira Marcos y Ana Ayala, quienes se han distinguido durante los últimos cinco años por no haberse distinguido en absolutamente nada, mucho menos por conseguir decisiones legislativas a favor de Sinaloa y los sinaloenses, pero creen que por la pura marca pueden llegar y ascender.
No son las únicas con esa idea tan peregrina. También Olegaria Carrasco se siente merecedora del premio al incógnito y se registra para ser candidata por tercera ocasión. Victoria Sánchez, diputada local, quiere brincar a diputada federal.
Por lo hombres hay varias perlas. Serapio Vargas, cuya acción más destacada como diputado local ha sido promover una playa nudista en su propiedad, ahora quiere ser diputado federal, lo mismo que José Manuel Luque, otro miembro del Congreso del Estado.
El caso más bárbaro es el del diputado paracaidista Leobardo Alcántara Martínez. Este hombre llegó a Sinaloa para hacerse cargo del PT y lo hicieron diputado local plurinominal sin tener el tiempo de residencia necesario. Luego vino de paseo al Distrito Uno, donde no sólo no ha vivido, sino que apenas si estuvo en alguna ocasión. Hoy se quiere reelegir, como si la izquierda no tuviese un cuadro más identificado con la región.
OTRAS DEFINICIONES
El registro como aspirante a diputada federal por parte de Graciela Domínguez Nava, indica dos cosas: que el gobernador la quiere sustituir en la Secretaría de Educación Pública y Cultura; dos, que para ella no hay proyecto por la Presidencia Municipal. Las aspiraciones de Graciela por la alcaldía culiche terminaron de agriar las relaciones entre el gobernador y Estrada Ferreiro, quien a contrapelo alcanzó a ser postulado. Podría decirse que a la señora secretaria ya no le interesa esa posición, pero no.
Todo indica que Juan de Dios Gámez irá a las urnas para mantenerse por tres años más en la alcaldía.
En cambio aquí Juan Carlos Patrón parece haber olvidado sus pretensiones de ser candidato a la presidencia municipal mazatleca. Como es del PT, a ver si su dirigente Leobardo Alcántara lo deja pasar, porque dos posiciones para ese partido son demasiadas.
Esto de ninguna manera garantiza que Edgar González tuviese amarrada la opción de permanencia. Todavía tendría que deshacerse de las tres mujeres mencionadas por el gobernador (Estrella Palacios, Flor Emilia Guerra Mena y Celia Jáuregui Ibarra), de Manuel de Jesús Guerrero Verdugo y de Fernando Pucheta.
Por cierto que la dirigente estatal morenista, Merari Villegas, aprovechó el raite y anunció que buscarán extender a las candidaturas locales, el candado de las federales que niega candidaturas a los opositores que se incorporaron a Morena, si fueron candidatos contrarios en el 2021.
Con ello estarían haciendo quedar mal a quienes negociaron con los políticos brincadores, y de paso estarían echando por la borda la idea de armar una coalición amplia que aspire a obtener la mayoría calificada en el Poder Legislativo. Los afectados están a tiempo mínimamente de no activar a favor de quienes los están echando del paraíso.