Bernardo, sin Piernas, le Gusta la “Chinga del Trabajo”, aunque a Ratos Torea los Carros al Pedir Limosnas

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*Usted se queja… pero conozca esta historia

*”Hay muchos güevones… no soy de esos”

 

Usted que se queja tanto, a pesar de tener una buena vida, Bernardo, a los 62 años, sin piernas porque lo arroyó un tren, es un ejemplo de vida. Esta es su historia…

Afirma ser feliz, pese a que vive de las limosnas que pide entre los carros en una de las avenidas más transitadas de Mazatlán, con riesgos que lo atropelle alguna unidad motora. Admite recibir tres mil 100 pesos cada dos meses de la ayuda del gobierno por discapacidad.

Es de San José de Gracia, allá por los rumbos de Guasave y anda de ciudad en ciudad, aunque si alguien puede darle trabajo, afirma que es muy chambeador con la pala, el talacho, el hacha y el machete; “me gusta la chinga, al trabajo no me rajo, pero ahorita no encuentro nada para mí”.

Confiesa tener esposa y cuatro hijos, algunas mujeres, que van de los 30 a más de 40 años, sin embargo no tiene los apoyos de ellos, porque algunas ya son dejadas del marido.

En la pregunta, señala que no tiene miedo andar entre los carros porque “ya lo conocen” los automovilistas, aunque si “fuera drogadicto, tal vez me echarán el carro encima”.

En la entrevista afirma que en Mochis y Choix tiene muchos amigos y quizás en unas semanas se vaya para allá a buscar trabajo. “Yo me siento muy fuerte todavía; la vida no me agüita, me siento con mucho ánimo de trabajar”.

Dijo que a la vida le “pide vivir más, trabajar, a la chinga no me sé rajar; hay muchos güevones y no soy de esos…”