*Violencia siempre ha existido
*Ahora hay más cultura de denuncia
La violencia intrafamiliar siempre ha existido, lo que pasa es que ahora hay más denuncia y las mujeres se han dado cuenta que esa no es la cruz que les tocó cargar; que son sus derechos los que están transgrediéndose; creo que lo que se tiene que hacer es buscar el equilibrio justo entre hombres y mujeres es una mayor prevención, coincidieron en las entrevistas varias mujeres entrevistadas sobre la violencia intrafamiliar.
Hay que hacerles entender a las propias mujeres que se tienen que defender y los hombres, que son presos de su poder y así lo decía Octavio Paz en su obra “Aguila o Sol”, hay que librar al hombre del poder y a la mujer de su esclavitud, dijo la líder estatal del PRI, Martha Tamayo, mientras que Blanca Preciado, de OMPRI, apuntó que la violencia intrafamiliar ha aumentado y que la economía del país ha golpeado no sólo la economía de las familias mexicanas, sino también a las parejas en sus relaciones maritales, porque la esposa al exigir un mayor gasto se suceden los problemas.
La lideresa tricolor apuntó que los hombres a “veces no están conscientes de que lo que hace es un abuso y una afectación de los derechos de su compañera; hay que hacer mucha formación, educación, en este tema para poder prevenir a que sigamos cayendo en esta disyuntiva del poder por la vía de la fuerza”.
Otras mujeres opinaron que la violencia intrafamiliar aumenta por momentos, sobre todo cuando en las familias empieza a escasear el dinero, los recursos, el sustento familiar y ese es motivo de pleitos entre las parejas. Se dijo que continúa la vieja cultura “machista” afectando las buenas relaciones familiares, aunque también están los valores.
Otra de las entrevistadas, que no quiso dar su nombre, dijo también que la violencia intrafamiliar aumenta, porque “se salió de control la educación de los hijos, se han perdido muchos valores”. Coincidió en que el sustento familiar, el “chivo” es un factor de disputas internas. Dijo que en su hogar, las agresiones que tiene con su marido son verbales y sicológicas, pero no físicas ni de golpes.
Mientras, Juani Hernández dijo que en su casa no se ve la violencia, pero si en la del vecino, que es un drogadicto con esposa y tres hijos; no da para comer, pero si para golpear a cada rato a la mujer, quien por cierto, no quiere dejar a su esposo a pesar del mal trato. “Nosotros en el barrio estamos enojados, los niños salen a la calle a pedir para comer”, agregó.