Un Tesoro en la Iglesia de San José, en Mazatlán

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*Un baúl lleno de barras de oro

*Templo más antiguo del puerto

Cada 19 de marzo se conmemora a San José, los “Pepes”, y a muchos santos patronos de iglesias católicas de México; aquí en Mazatlán tenemos un pequeño templo dedicado a San José y es el edificio religioso más antiguo del puerto ya que inició su construcción en 1837 y terminó en 1842.

También tiene historias y leyendas y hoy es inmueble emblemático porque muchas parejas desean casarse en este, ya histórico, lugar.

El templo de estilo Franciscano, está ubicado en las faldas del «Cerro de la Nevería» y su construcción descansa sobre una plataforma muy alta a la que se llega por unas empinadas escalinatas de piedra. Tiene un atrio muy grande para una parroquia de su tamaño y sólo cuenta con una torre de tamaño bajo y su fachada esta desprovista de decoraciones, a excepción de las que existen en la puerta y ventana del coro.

Este templo solo tiene una nave central y carece de detalles decorativos y a diferencia de otros templos no existe una cúpula en el altar. Su altar central es de madera, cubierto por decoraciones de hoja de oro, con la imagen de San José cargando al Niño Jesús al centro, flanqueado por las imágenes de Santa Teresa de Ávila y la de la Inmaculada Concepción, que fueron traídas especialmente de Europa a mediados del Siglo XIX por los ricos comerciantes españoles avecindados en la ciudad.

En un tiempo llegó a tener su techo forrado de madera labrada con incrustaciones de laminillas de oro y en la pared cóncava posterior de su altar tenía pintado un paisaje que semejaba al cielo, lo que causaba la impresión de que las imágenes estuvieran suspendidas y se sintiera como si realmente formaran parte de la misma vista.

En la pared norte se encuentran dos grandes nichos en los que reposan unas excelentes e impactantes imágenes de Cristo nuestro Señor muerto y otra de Cristo en la cruz acompañado por la imagen de la dolorosa y sufriente Virgen María.

La Iglesia de San José está sobre la calle Campana, esquina con José María Canizales y cuentan los mazatlecos que la calle tomó ese nombre porque durante muchos años la campana del templo permaneció en el suelo y no fue con la llegada de los invasores franceses cuando se montó la campana sobre el frente del templo, pero se quedó el mote “la calle de la Campana”.

Una de sus leyendas es que en la parte de atrás de la Iglesia había una cueva y uno de sus vigilantes, hace más de cien años dormía sobre un enorme tapanco de madera y que casi no se separaba del lugar. Dicen que un día, bebido, le dijo a un amigo que debajo del tapanco habían más de 30 enormes barras de puro oro que habían llegado con los extranjeros.

Otra historia es que existen mapas antiguos que en esa parte del Cerro de la Nevería hay un tesoro enterrado. Será ficción o verdad, Sinaloa en Línea.com los invita a que conozcan esta iglesia o que escriban las historias que sepan de ella.