EL EDÉN DE LA INOCENCIA
Según el Rector Juan Eulogio Guerra el gobierno de Luis Echeverría Álvarez cedió las universidades a la izquierda. Ernesto Hernández Norzagaray le enmendó la plana, al recordarle que: “Habría que precisar, que si bien el gobierno federal facilitó las cosas para no complicarlas, no fue en todas las universidades, ni en todos los estados, sino donde existía una situación de conflictividad entre los gobiernos locales y la izquierda universitaria”. (Ernesto Hernández N. RIODOCE. 13/04/ 2014). Pero habría que decirle al nuestro politólogo que tampoco fue en todas las universidades donde había conflictos entre los gobiernos locales y la izquierda universitaria, pues hubo soluciones intermedias como en la UNAM, Zacatecas Oaxaca. Y si les rascamos un poco pueden encontrarse algunos matices entre unas y otras…
En efecto, la Izquierda fue la “beneficiaria de ese trueque” no tan simplista, pero solamente en las universidades de Puebla, Guerrero, Sinaloa Pero aiga sido como aiga sido ese pasaje desmemoriado y simplón, lo cierto es que la izquierda se hizo de la universidad Autónoma Sinaloa, a principios de los años 70s. Y claro, una vez que hubimos “expulsado a la reacción de sus muros”, nos convertimos, a un tiempo, en algo así como nuestros patrones y nuestros propios trabajadores, con el agravante de que éramos unos jóvenes imberbes e iletrados, por ello no fue casual que un día, como el Señor, sentenciáramos: “Hágase la pensión dinámica”, al fin y al cabo, como cualquier jovenzuelo resentido y empoderado, jamás pensamos con temblor que al paso de los años nos convertiríamos en unos “viejitos y menos aún jubilados”, porque además cómo íbamos a poder gritarles en nuestras marchas a los viejitos que sesteaban: “Burgueses güevones, por eso están panzones”.
EL EDÉN CUESTIONADO.
Pero el tiempo que todo lo devora, hizo jiras nuestro propio retrato que era un símil de él de Dorian Gray y, al paso de cuarenta años, se nos cayó el copete, nos creció la panza y nos convertimos en abuelitos. Y ya adivinó: empezamos a jubilarnos, un poco atemorizados porque aquel edén podría evaporarse y, por supuesto, agobiados por las enfermedades reales o supuestas, porque en ese no largo lapso nos volvimos hipocondriacos. Pero también en ese tiempo la UAS empezó a acumular pasivos tras pasivos, porque las autoridades universitarias empezaron a desviar parte de su presupuesto para sufragar las jubilaciones que el gobierno federal no reconocía y aún no reconoce y tampoco el gobierno del Estado, aunque a veces algún gobernador se haya compadecido un poco por la suerte sin suerte Universidad Autóctona de Sinaloa.
Pero el mito dura hasta que la realidad llega. Un día Cuén ya como rector, después de una gran discusión, creó un fideicomiso con la anuencia de la dirección del sindicato, con el objeto de crear un fondo en el que los gobiernos Federal y del Estado, la Universidad y los propios jubilados contribuyeran para sufragar las pensiones dinámicas, toda vez que la UAS estaba al borde del colapso financiero, por supuesto ya que muchos profesores y trabajadores que habían pasado a retiro, pero todavía seguían –seguimos- cobrando en la nomina Casona Rosalina.
La institución del fideicomiso sigue generando una agria polémica. Al respecto Carlos Calderón Viedas, señala: “La estrategia de Cuén Ojeda fue un éxito en el corto plazo. Acostumbrado a sacar adelante sus proyectos políticos a cómo sea, sin preocuparse por alcanzar los consensos necesarios, logró implantar las nuevas condiciones que rigen ese beneficio. Sin embargo, las prisas y los intereses políticos lo hicieron cometer errores que ahora están pesando en sostener de la jubilación dinámica en el mediano y largo plazos (Carlos Calderón Viedas. Sinaloa en línea. 4/04/2014). Por el contrario Rodrigo Lucas, ex secretario general del SUNTUAS, indicó que todo fue absolutamente democrático. Y así por estilo…
EL EDEN EN SUSPENSO
Sea como fuere, lo cierto es que algunos ex dirigentes sindicales se ampararon contra el fideicomiso. Y qué cree: a finales del mes de febrero, el Segundo Tribunal Colegiado emitió un resolutivo en el cual ordenó a la Junta de Conciliación y Arbitraje en Culiacán emitir un laudo para que se les regresará a los jubilados de la UAS los descuentos que nos hacía la UAS para fomentar el fideicomiso. Ésta, tras recibir la notificación, tendría 15 días hábiles como plazo para acatar esa orden, afirmó Juan de Dios Mendoza López, presidente de la Asociación de Jubilados de la UAS en la Zona Sur. Como Señala Pablo Martín Mendoza: “El plazo fatal para que se cumpla con el laudo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que se regresen a jubilados de la UAS el monto que les retiraron de sus percepciones para integrarlo al Fideicomiso de retiro, vence este día 14 de julio” (Pablo Martín Mendoza. El Debate. 19/04/2014)
Supongamos, pero sólo supongamos, que este dislate es culpa de Cuén como aseguraron los más rijosos; no obstante, el laudo operará como boomenrang contra los artífices de la demanda y golpeará como el frío de invierno a los que quedamos en medio de esta absurda controversia. Y más aún si el Cayón tiene razón, pues según este inteligente universitario: “Fue a partir del año 2000 cuando el problema de la jubilación se convirtió en una seria preocupación, buena parte de la planta de trabajadores estaba alcanzando los 25 años de antigüedad laboral, y como era el requisito para hacer efectivo este derecho. El pasivo contingente, en ese momento, ascendía a 8 mil millones de pesos, 6.5 veces el presupuesto anual de la Universidad. Solamente para ese año, el costo de un plan de pensiones propio era poco más de mil millones de pesos, significaba el 203% de la nómina, prácticamente el total del subsidio de ese año. Seis años después el costo anual del pasivo había ascendido a 323 por ciento. Era evidente que cubrir ese pasivo con recursos de la Universidad, hubiera significado un gran esfuerzo para la institución y los trabajadores en activo”.
¿ES POSIBLE RECOBRAR EL EDEN CASI PERDIDO?
Sí y no. Y esto en el mejor escenario posible, es decir, que todos luchemos por hacer posible que la pensión dinámica no sea borrada de un plumazo. Ello implica, entre otras cosas, que los cruzados contra el fideicomiso retiren la demanda para que no sólo no nos regresen lo que hemos cotizado, sino que podamos cotizar un mayor porcentaje del que ahora contribuimos y que por supuesto la UAS, como afirma el rector Eulogio Guerra, integre un peso por cada peso que pongamos los jubilados. Una vez que este paquete opere, claro, con certidumbre y transparencia y se hayan disipado los rumores y las descalificaciones, creo los universitarios de fuera y los universitarios de dentro podremos integrar un amplio frente para exigir a los gobiernos federal y estatal la parte que les corresponde. Puede que esta posibilidad sea una quimera; pero tenemos que ser realistas, tenemos que pensar lo imposible; porque creo que la sensatez debe imponerse o debiéramos imponerla quienes no tenemos la cabeza llena del polvo de aquellos lodos, justo cuando pensábamos que la luna era queso.
Me gusta el planteamiento de Ríos Rojo; según el cual “En la Universidad Autónoma de Sinaloa, el problema de la jubilación dinámica empieza a preocupar a las autoridades universitarias y a los propios jubilados. Año con año, los recursos financieros asignados a la Universidad no son suficientes, y no lo serán en tanto la Secretaría de Educación Pública se siga negando a reconocer la prestación de la jubilación dinámica establecida en el Contrato Colectivo de Trabajo y, en consecuencia, a rehusarse a aportar a la consolidación del fondo fiduciario de reserva. Es necesario que los trabajadores activos, jubilados, académicos y administrativos, abramos una jornada de reflexión profunda acerca de esta problemática. Se requiere procesar acuerdos unitarios que permitan luchar para que la Universidad obtenga recursos suficientes para sus tareas sustantivas y para que pueda cumplir sin apremios presupuestales las obligaciones laborales” (José Antonio Ríos Rojo. RIODOCE. 20/04/2014). Pero no bastan los argumentos de Ríos Rojo, porque también sería una obligación nuestra que, en vez de fulminar el fideicomiso, lo fomentemos hasta por 10 por cierto -o un poco más- para mantener la pensión dinámica.
ESTE ARTÍCULO SE ESCRIBIÓ EL 25 DE ABRIL DE 2014.