Tercera llamada… Espere o cuelgue

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Ismael Estrella Guerrero 

Qué forma tan irremediable de perder el tiempo.

Y lo peor, no le queda ningún provecho.

Esto es lo que ocurre cuando tiene la ocurrencia de hablar a Teléfonos de México, o  Megacable- cualquiera es la misma- y trate de arreglar alguna irregularidad que se le presente.

De veras le va a sudar… la mano y la oreja por tener el teléfono en espera de que le respondan favorablemente.

Y es que se va uno con la finta.

De acuerdo a sus promocionales, con sólo marcar determinado número que le dictan, le solucionan todo.

Para empezar, no es cierto.

Ese tipo de problemas se presentan en cualquier momento,  cuando menos lo espere.

En su celular, por ejemplo, podría aparecer en pantalla la siguiente leyenda al intentar comunicarse: “exclusión de operadora”.

Y se pregunta:

¿Qué significa esto sí tengo saldo a favor?

Ah, bueno.

A continuación conozca la respuesta, pero también comenzará su calvario.

Primero hay marcar los dígitos que le dicen.

“Fácil”, dirá, pero lidiará para que le responda una desangelada voz, que dirá, “su llamada no tiene respuesta”.

Ármese de paciencia e inténtelo hasta que por fin pueda conectarse.

No termina todo ahí.

Al enlazarse en el número citado, lo primero que va a escuchar es un mensaje en el que ponderan las ventajas de estar conectado a esa empresa por las supuestas ventajas sobre la competencia. Tampoco haga mucho caso, por que lo embaucan. Muchos caen, usted no sea uno de ellos.

La misma voz les da la bienvenida al centro de atención a clientes de su compañía y a la vez advierte su número registrado. Es muy fácil y rápido hacerlo. Para mayor información marque el 4, y después el 1. Quién sabe qué sigue después. Batállele.

En caso de no entrar a esta información por que no le interesa, o lo que sea, la computadora le empieza a numerar hasta el 9, y en cada uno de los guarismos explica de qué se tratan

 Cuando de casualidad o por esas cosas de la suerte logra entrar al número que marcó de acuerdo a su necesidad, le vuelve a responder la misma voz: “Ahora marque el dígito…” que de acuerdo a su penuria cree que le va a solucionar lo que quiere exponer.

Al fin cuando piensa  que ya está todo solucionado, del otro lado de la línea se escucha:

“Por el momento no podemos atenderlo, nuestros ejecutivos se encuentran ocupados”.

El disco se regresa para atender las promociones cotidianas.

¿Y que opina cuándo vuelve a escuchar?: “Para atenderlo mejor, favor de marcar…”

Otra vez a batallar desde el inicio.

Tiene que llegar el momento en que alguien compadecido o que esté pasando justo en el momento que suena el teléfono de la central le responde. Siente alivio y vuelve a tener confianza y a darle gracias a Dios, comentando quizá “se acabaron mis penurias”.

¡Qué va!

Tiene que marcar quién sabe que otro número ya que el que al fin respondió resulta que no es el encargado de esa área. Pero eso sí, piadosamente lo mandará con otro asesor.

 “Ese sí le arreglará su irregularidad”

Y es tan sólo un ejemplo el que cito.

Hay más.

No es excusa para que las autoridades correspondientes, las que sean, hagan algo para acabar con la burocracia que los caracteriza.

Además no son las únicas compañía dónde ocurren esas desavenencias, la mayoría de las empresas donde existe un conmutador ya están en las mismas.

Luego de marcar el número de su teléfono le responde una voz con la consabida pregunta: “¿Conoce el número de extensión”?, o,  “si lo requiere, espere a que una de nuestras operadoras le responda, para decirle qué número tiene que marcar de nuevo”, o simplemente: “Espere, nuestras líneas… nuestras operadores lo atenderán en un instante”.

Bendita tecnología.

 

ismael.estrella@live.com.mx