¿Qué se festeja?
Ismael Estrella Guerrero.
-¿Sabes que se celebra el 5 de mayo en nuestro país?- preguntó el profesor al joven estudiante de secundaria que, de pie, no atinaba donde meter las manos frotándoselas una con la otra o restregándoselas en el pantalón deslavado del “livais”, mientras que algunos de sus compañeros tímidamente se atrevían a levantar la mano para que el catedrático se diera cuenta de que ellos probablemente sí sabían la respuesta, cuando de nuevo lo volvió a interpelar.
Sabido es que los adolescentes, en esta edad, son muy erráticos o dubitativos en sus respuestas, por eso el maestro no alcanzó a escuchar bien cuando le respondió: “¿El día del trabajo?”…
-¿¡Cómo!? ¿¡Qué dijo!?- el educador no le escuchó bien y el joven se “arrugó” y mejor ya no quiso saber nada. Se quedó mudo hasta que le ordenaron que se sentara nuevamente. En el salón se hizo un silencio sepulcral. Estaban en una de las clases, que sin ser matemáticas o química, les daba mayores dolores de cabeza, por aquello de que al ser considerada como una materia social, en este caso, Historia, no recibe realmente la atención que merece o requiere. Los estudiantes presumen que no les deja mucho el conocimiento de esta materia.
En el Español también sufren y batallan mucho.
Aunque se lo digo de cuento, no crea que “ando muy errático”.
Solo es cuestión de probar.
Cuándo quiera y dónde quiera, nomás pregúntele a un plebe de primaria o secundaria- de preparatoria o Universidad ya sería un abuso- sobre alguna de las tantas conmemoraciones que celebramos en el país, llámese como se llame y verá que asombrada se pegará… Un buen porcentaje de ellos no tiene la mínima idea de lo que le preguntan.
Y no crea que es algo bueno.
Los valores históricos y culturales no son muy apreciados que digamos por los alumnos en escuelas primarias y secundarias, aunque el profesor o maestro, según sea el caso, se afane en informar o enseñar, como guste, por eso no nos vamos a pelear, con respecto a pasajes, hechos, nombres y demás detalles de nuestra historia o la historia en general.
Cuando son fechas harto conocidas y difundidas como el 15 de septiembre o el 20 de noviembre, desde luego que no hay mucha duda, aunque en años anteriores me tocó ver que los razonamientos de los estudiantes, en aquel entonces de secundaria y hoy de prepa o quizá de profesional, dudaban en su respuesta.
¡Ah!, pero eso sí, a las fechas de “importación como como el “Halloween” no le fallan y curiosamente no es día de descanso obligatorio. No, más bien es fecha de fiestas. Y esto es mera influencia gringa.
Entonces requerimos que nuestros valores sean bien aprendidos y memorizados por los jóvenes.
Que los jóvenes no echen en costal roto los conocimientos que logran en sus aulas porque al paso del tiempo se convertirán en nuestros predecesores de la historia, los que tengan que contar lo que ahora y ayer vivimos. Si no, “estaremos fritos”.
Que no existan pretextos para no conocer lo que gente de nuestras raíces hizo durante los movimientos sociales efectuado en el país.
No importa que los libros de Historia lo tomen como uno de aventuras. No importa.
El chiste es que le agarren amor a la historia y conozcan más cosas de las que se cuentan en los Messenger; o que ven en la taravisión.
Tener la oportunidad de leer un libro de Historia es encontrarnos con nuestro pasado.
Porque eso es lo que fuimos, somos y seremos.
Que los gobernantes en turno se preocupen por su parte y que el SNTE o los profes hagan la suya, aunque ésta siempre la han tenido y desgraciadamente, ya ve como están las cosas.