El ex titular de Economía de raíces indias fue quien sobrellevó las cuentas durante la pandemia y asegura tener los planes para restaurar la credibilidad financiera del país. Lo acusan de elitista y de estar desconectado de las realidades sociales
Derrotado a principios de septiembre por Liz Truss, Rishi Sunak, de 42 años, logró reivindicarse antes de lo que pensaba y se convirtió este lunes en el primer jefe de gobierno de una minoría en el Reino Unido.
Para algunos conservadores, Sunak es el ministro que permitió a la economía de Reino Unido superar la pandemia del COVID, pero para otros el traidor que acuchilló a Boris Johnson. También, fue el candidato que advirtió con acierto que los planes fiscales de Truss traerían el caos. Ahora va a comprobar si puede ser el hombre que salvará de la crisis.
Este multimillonario, ex banquero criticado por algunos por ser un tecnócrata desconectado de la población, vuelve al ruedo político con la credibilidad en su nivel más alto.
Para sus seguidores, el mensaje de Sunak, en la anterior campaña para Downing Street, sobre la necesidad de mostrar prudencia económica para luchar contra la inflación ha demostrado que se trata de la persona del momento. Su prudencia presupuestaria, que en un principio lo llevó a ser tildado de demasiado centrista, ahora es tranquilizadora.
El año pasado, este conservador, nieto de migrantes indios, ya era el candidato preferido de los diputados “tories”. Pero frente a Truss, pagó un alto precio el hecho de haber abandonado el gobierno de Johnson a principios de julio, seguido de decenas de responsables conservadores.
Frente a las críticas, este aficionado de la saga de Star Wars muestra su historia familiar, como un ejemplo de la superación que a los conservadores tanto les gusta oír.
Nacido el 12 de mayo de 1980 en Southampton, en la costa sur de Inglaterra, es el mayor de tres hijos de un médico de cabecera y una farmacéutica. Originarios de India, sus abuelos emigraron a África oriental británica en los años 1960.
Pero rápidamente se vinculó con la élite cuando estudió en el Winchester College, un elegante internado privado para chicos, y cursó Política, Filosofía y Economía en las prestigiosas universidades británica de Oxford y estadounidense de Stanford.
Antes de entrar en política trabajó en el sector de las finanzas, en Goldman Sachs y fundó su propio fondo de inversión.
Cuando en 2015 fue elegido diputado prestó juramento sobre el Bhagavad Gita, un libro sagrado del hinduismo, escrito en sánscrito. Sólo cinco años después accedió al codiciado puesto de ministro de Finanzas, un poco antes del inicio de la pandemia.
Con un carisma que recuerda al del laborista Tony Blair, logró erigir una marca personal en las redes sociales, donde cultivó un perfil de abstemio, alternando los elegantes trajes y corbatas de marca con un estilo relajado para ir a trabajar, a veces con capucha o en atuendos deportivos cuando visitó alguna construcción, destacando siempre por su afinidad por los detalles.
Pero su fortuna, recaudada a lo largo de su carrera en las finanzas y tras casarse con Akshata Murty, hija de un magnate indio, no sienta bien entre la población británica, que se enfrenta a una grave crisis económica. Además, su pareja fue acusada de evadir impuestos sobre sus ingresos en el extranjero. Ella confirmó las informaciones de que tenía un estatus fiscal no domiciliado en Reino Unido, una situación que accedió a corregir.
En el ultimo año Sunak fue criticado fuertemente por demorarse demasiado en responder a la crisis del costo de vida en Gran Bretaña. Su reputación también fue afectada luego de ser multado por la policía por asistir a una fiesta en Downing Street en junio del 2020 pese a las restricciones impuestas por el coronavirus.
Los sondeos realizados a principios de este año mostraron que su valoración había caído entre los ciudadanos, preocupados por la crisis del coste de la vida y enfadados porque había subido los impuestos sobre las nóminas mientras su esposa había evitado los gravámenes británicos.
Pero ante la confusión reinante entre los conservadores, muchos en su partido piensan que es Sunak el único que puede resolver los problemas del partido.
“Tiene el plan y la credibilidad para restaurar la estabilidad financiera, ayudar a bajar la inflación y ofrecer recortes fiscales sostenibles en el tiempo; y unir a los conservadores trayendo los mejores talentos al Gobierno para cumplir con el pueblo británico”, dijo el ex vice primer ministro Dominic Raab en Twitter.
Para sus partidarios en el partido, el mensaje de la campaña de liderazgo anterior de Sunak sobre la necesidad de prudencia económica para hacer frente a la inflación galopante de Reino Unido y las críticas a los planes de Truss —que calificó de “cuentos de hadas”— han demostrado que es el hombre adecuado para el trabajo.
Pero tendrá que sopesar si puede superar la hostilidad de aquellos miembros del partido que siguen agraviados por su supuesta traición a Johnson, y por elevar la presión fiscal británica a su nivel más alto en décadas, justo cuando el país se dirigía a una severa crisis del coste de la vida.
Los problemas de Sunak en la carrera por el liderazgo contrastan con su rápido ascenso en el Partido Conservador, que comenzó en 2015 cuando fue elegido para el parlamento habiendo trabajado previamente para Goldman Sachs y el fondo de inversión TCI.
En 2020, con 39 años, Sunak fue nombrado ministro de Economía justo antes de que la pandemia de coronavirus afectara a Reino Unido. Abandonó los instintos de los conservadores y asumió una enorme emisión de deuda con el objetivo de evitar una depresión económica.
Eso le convirtió en uno de los políticos más populares del país, ya que fue alabado por ayudar a las empresas y a los trabajadores.
En una fotografía que captó la sensación de unidad que había detrás de sus planes de rescate, Sunak posó fuera de su despacho de Downing Street flanqueado por los jefes del mayor grupo sindical británico y de un importante grupo empresarial.
Sin embargo, ese consenso desapareció cuando Reino Unido salió de la crisis cargando con 400.000 millones de libras más de deuda y luego cayó en una crisis del coste de la vida que provocó aún más exigencias al erario público.
(Con información de AFP, Reuters, AP)