La educación en el mundo está viviendo una transformación como consecuencia de las nuevas Tecnologías de Información, Comunicación e Innovación (tici), y nuestro país no está exento de estos cambios.
Desde siempre, y ahora también en la oportunidad que tengo al presidir la Comisión de Educación y Cultura de la lxi Legislatura del H. Congreso del Estado de Sinaloa, he sido insistente en señalar los errores y deficiencias que tiene la educación en México, pues se trata de una de las políticas públicas más importantes en el desarrollo de las naciones.
Comparto con ustedes algunas reflexiones acerca de este tema, a propósito de la reciente celebración en México del Día del Maestro. De antemano, a todos los docentes, desde esta tribuna, les envío una felicitación por su destacada y noble labor.
En primer lugar, es preocupante que en nuestro país no exista una verdadera voluntad política para aplicar la Reforma Educativa, y que no se cumplan los compromisos del movimiento mundial Educación para Todos (ept), establecidos y firmados en 2000 ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco).
El informe titulado «La educación para todos 2000-2015: logros y desafíos», presentado el mes pasado en nuestro país, muestra que México solo alcanzó dos objetivos de los seis que se firmaron. He aquí la relación a detalle:
Frente al objetivo de «extender y mejorar la atención y educación de la primera infancia», México logró que la tasa bruta de matrícula en la enseñanza preescolar alcanzara un índice del 80 por ciento.
Asimismo, en cuanto a «lograr la universalización de la enseñanza primaria, especialmente en lo que respecta a niñas y niños pertenecientes a minorías étnicas o marginadas», poco más del 50% de los países latinoamericanos y caribeños lo han logrado, pero en la región hay todavía 3.7 millones de niños sin escolarizar durante este ciclo.
Por otro lado, en «garantizar que los jóvenes y adultos tengan iguales oportunidades de acceso al aprendizaje y la adquisición de competencias para la vida diaria», solo nos acercamos a la meta, ya que la desigualdad de oportunidades persiste, sobre todo en los grupos sociales más necesitados y marginados y en las zonas rurales.
En cuanto a «lograr en 2015 una reducción del 50% de los niveles de analfabetismo de la población adulta», podemos señalar que solo lo logramos en un 26 por ciento.
En lo que respecta a «suprimir la disparidad entre los sexos y lograr la igualdad entre ambos en materia de educación», en el nivel primaria se alcanzó la paridad, mientras que en secundaria la disparidad solo se redujo en un 20 por ciento.
Por último, sobre «mejorar la calidad de la educación para todos y obtener resultados de aprendizaje mensurables», nuestro país se quedó lejos de cumplir con el objetivo.
En segundo término, cabe señalar que el sistema educativo en México presenta un problema estructural debido tanto a la falta de herramientas pedagógicas de los docentes como al empobrecimiento de los planes y programas de estudio, lo que nos da como resultado que los jóvenes no sean estimulados a aprender.
Hoy vemos, con tristeza, que se enseña menos a pensar o a construir reflexiones lógicas. Un claro ejemplo de ello es que los alumnos desconocen la diferencia entre un ensayo y un resumen, e incluso ignoran cómo redactar un párrafo correctamente, aun cuando sabemos que la estructura de los textos (las palabras y las frases) es reveladora del orden de los pensamientos, y si no lo hay, difícilmente se exponen con claridad las ideas y los conocimientos.
En tercer lugar, es por todos sabido el mal uso que se le ha dado a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, en particular a las tabletas, las computadoras y los teléfonos celulares. Estas herramientas están desplazando el proceso de enseñanza-aprendizaje: antes, cuando se le pedía al alumno que redactara un trabajo, se veía obligado a hacer un esfuerzo intelectual, ahora en cambio, solo copian y pegan para cumplir con su tarea sin atisbo alguno de dedicación. En este contexto, los estudiantes creen que estos equipos tecnológicos remplazan al profesor cuando se trata de detectar errores en la escritura. Una de nuestras labores como docentes, es explicar a los alumnos que las nuevas tecnologías son solamente herramientas de apoyo en una labor que debe recaer principalmente en la capacidad racional y de reflexión de la mancuerna maestro-alumno.
Como presidente de la Comisión de Educación y Cultura del H. Congreso del Estado, tengo pleno convencimiento de que estos puntos deben de ser considerados en la elaboración del nuevo modelo educativo para México, el cual será presentado en agosto por Emilio Chuayffet, titular de la Secretaría de Educación Pública (sep).
Por otro lado, hay que reconocer que uno de los logros de la Reforma Educativa es la aplicación de exámenes de oposición y la contratación, por parte de la sep, de los maestros que aprueben el examen. Recordemos que antes era el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (snte) el que controlaba el 50% de las plazas vacantes, pero ahora todas son concursadas y evaluadas por lasep.
Lamentablemente, estos concursos han evidenciado la poca preparación que existe entre los maestros, ya que la sep afirmó que «de los 38 000 profesores en servicio que presentaron su examen para obtener una plaza definitiva el año pasado, 34 344 resultaron “no idóneos” para el trabajo que realizan en las aulas».
De acuerdo con el análisis de los exámenes diseñados por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (inee), de los maestros que buscan una plaza, nueve de cada 10 no son aptos, pues no cuentan con los conocimientos y habilidades necesarios.
Sabemos que el rezago educativo no es privativo de Sinaloa. Sin embargo, si nos justificamos diciendo que esta situación prevalece en todo el país y no hacemos nada para cambiarla, estaremos condenando a vivir en la mediocridad a las futuras generaciones de sinaloenses. Por ello, reitero la invitación que el pasado 29 de abril realizaron 124 organizaciones civiles, empresariales y universitarias a los candidatos a gobernadores, alcaldes y diputados locales y federales, para que firmaran diez compromisos cuyo objetivo es que no se dé marcha atrás a la Reforma Educativa. Yo refrendo mi apoyo total a esas 10 propuestas.
Finalmente, en mi calidad de presidente de la Comisión de Educación y Cultura, expreso de nuevo mi consideración: el efecto mediático de la Reforma Educativa ya pasó; lo que ahora necesitamos los mexicanos es la implementación y aplicación de estos cambios.