Pese a Fuertes Penas, Sigue la Depredación de Tortugas

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*Programa Fonatur-UNAM 

*Avances en la genética marina 

 

La depredación humana es uno de los principales enemigos de la reproducción de las tortugas, pese a que la ley es más rígida en la penalización y castigo, admite el doctor Alberto Abreu, investigador del instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, quien lleva importante descubrimientos genéticos en estas especies y señala que simplemente una arena más caliente donde se depositan los huevos define el sexo de la tortuga.

 

Entrevistado en las instalaciones del campus Mazatlán, dijo que en la época de los 60s y 70s. hubo mucha depredación de la tortuga golfina, que es la natural de las costas del Océano Pacífico, pero que en los últimos 30 años se ha dado mucho cuidado y hoy se tiene una notable recuperación, aunque no dejan de existir los excesos humanos. 

 

Añadió que la tortuga caguama también ha sufrido los embates de la depredación y apenas hay una franca recuperación. Dijo que por suerte cada día hay más instituciones, organizaciones y comunidades, sobre todo ribereñas e indígenas en el cuidado de las tortugas, como es el caso aquí cerca en el Verde Camacho. 

 

El doctor Abreu dice que hay miles de desoves al año en el noroeste mexicano, pero que hacia abajo, en las playas de Oaxaca por ejemplo,  se da más de un millón de nidos. Precisa que una playa que no es cuidada por las instituciones o la población, cercana a la costa, se convierte en tierra de nadie y “desaparecen los huevos”. 

 

Comenta que la tortuga de carey en el Caribe mexicano tiene hasta 500 mil desoves al año, aunque muchos nacimientos no se logren por distintas razones.  

 

Informó que en desde unos años a la fecha hay una amplia colaboración de la UNAM y Fonatur, a través de un programa que encabeza la doctora Raquel Briseño, para conservar no solamente las playas, sino también una diversidad de especies de tortugas.

 

Por su lado, dijo que su especialidad es el manejo de la conservación de las especies marinas; es decir el manejo correcto, adecuado de cualquier producto, sea camarón, sardina o tortuga marina; dirigir lo más eficiente posible los esfuerzos de una explotación o de una conservación. La diferencia con el biólogo pesquero es decir cuánto hay, dónde están y cuánto podemos extraer y que el stock de población no vaya a mermar. 

 

El especialista dijo que hay otros trabajos qué hacer en términos de la genética.