Pedro Infante: la buena obra que el actor hacía el Día de Reyes con niños de su colonia

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Pedro Infante fue uno de los ídolos del Cine de Oro Mexicano, pero también se le recuerda por las buenas obras que hacía

Pedro Infante Cruz fue un actor y cantante mexicano, considerado uno de los personajes más emblemáticos y recordados de la época del Cine de Oro mexicano. El actor fue muy famoso durante su época, pues a partir de 1939 apareció en más de 60 películas, y desde 1943 grabó, aproximadamente, 314 canciones del género musical ranchero.

A lo largo de su carrera, el actor obtuvo diversos premios que reconocieron su trayectoria. Por su actuación en la película Tizoc, de 1956, fue ganador de un Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín, en la categoría a mejor actor principal. Además, obtuvo un premio Globo de Oro por mejor película extranjera, el cual le fue otorgado por la prensa extranjera acreditada en Hollywood.

Además, existen varias historias que demuestran que el famoso actor, que dejó un gran legado en el cine y la música ranchera mexicanos, era un hombre con grandes valores y que solía hacer buenas obras.

Algunas personas lo recuerdan por ser un hombre romántico. El presentador de televisión, Raúl Velasco, llegó a comentar que era muy común encontrar a Infante atontado por la hermosura de alguna mujer, o que estuviera en compañía de alguna joven en su camerino. De este modo, su historial romántico da fe sobre lo enamoradizo que era.

El actor participó en más de 60 películas y recibió varios reconocimientos a lo largo de su trayectoria. (Foto: IMBd)El actor participó en más de 60 películas y recibió varios reconocimientos a lo largo de su trayectoria. (Foto: IMBd)

Hay quienes también lo recordaban con cierto complejo de inferioridad, por ejemplo, la actriz Sara García, con quien trabajó en varios filmes, y quien lo notó en una ocasión cuando grababan la película Los Tres García y Vuelven los García. En esa ocasión, el ídolo de Guamúchil se negaba a actuar porque no se sentía a la talla de sus compañeros de rodaje. También el cineasta Ismael Rodríguez lo llegó a decir cuando Pedro Infante no quiso trabajar en un principio con Jorge Negrete por temor a ser opacado.

Pedro Infante, a pesar de ser una gran estrella, siempre fue una persona humilde y muy generoso. Ya fuera para dedicar corridos, dar mariachi o simplemente compartir tiempo con sus fanáticos, el también conocido como Rey de las Rancheras, no solo llegó a ser querido como artista, sino también como ser humano.

Una prueba de ello está relacionada con su casa de Cuajimalpa y los niños que vivían en la zona.

Este jueves, se celebra el Día de Reyes, en el que los pequeños de los hogares esperan con ansias la llegada de los Reyes Magos, quienes, dependiendo de cómo se hayan portado a lo largo del año, les dejan ciertos juguetes de regalo.

Muchas personas se reunían alrededor de la casa de Pedro Infante para tratar de conseguir un juguete (Foto: Facebook El Inmortal Pedro Infante)Muchas personas se reunían alrededor de la casa de Pedro Infante para tratar de conseguir un juguete (Foto: Facebook El Inmortal Pedro Infante)

Se dice que cada vez que llegaba el 6 de enero, Pedro Infante conseguía una gran cantidad de juguetes, los cuales se dedicaba a repartir entre los pequeños que vivían en su colonia y quizá también de otros lados. Incluso, hay quienes aseguran que el actor conseguía camiones para transportarlos. Lo que sí es verdad es que todos los días 6 de enero había una fila enorme de niñas que buscaban un regalo a las afueras de la casa del actor y cantante.

Uno de los motivos con los que se relaciona esta acción del cantante, tiene que ver justamente con su infancia, pues el actor, quien nació un 18 de noviembre de 1917 en Mazatlán, Sinaloa, formó parte de una familia bastante grande, pues era el tercero de 15 hijos. Su familia era muy humilde.

Este hecho afectó de manera severa a Pedro desde la infancia, pues tuvo que dejar sus estudios sin terminar siquiera la primaria. A partir de ahí se dedicó a trabajar y a ayudar a su familia como pudiera. Por esto, no tuvo una buena infancia ni tiempo para divertirse con juguetes, por lo que en la adultez, se dedicó a compensar esta falta de diversión ayudando a los niños.