La gobernadora del Estado, la demócrata Katy Hochul, dispone el refuerzo de suministros sanitarios y unidades hospitalarias para hacer frente a un hipotético brote
En el Estado de Nueva York, el 90% de la población adulta se ha pinchado al menos una dosis de la vacuna contra la covid-19, y el 68% ha recibido la pauta completa, pero la amenaza de la variante delta, altamente contagiosa, y los masivos desplazamientos con motivo del puente de Acción de Gracias han empujado a la gobernadora del Estado, la demócrata Katy Hochul, a declarar el estado de emergencia como medida preventiva ante el riesgo añadido de la llegada de la variante ómicron. El desplazamiento masivo de Acción de Gracias, el periodo con más viajes internos del año en EE UU, es observado con atención por las autoridades sanitarias, si bien la declaración de Nueva York no entrará en vigor hasta el día 3 de diciembre. “No nos sorprende que estén surgiendo nuevas variantes y que probablemente acaben en Nueva York”, ha declarado Hochul.
Aunque las muertes por coronavirus siguen una tendencia decreciente, el incremento sostenido en el número de casos detectados alcanzaba el 33% en los últimos 14 días, de ahí las medidas de emergencia decretadas por el Estado. “Hasta ahora, no se ha encontrado la nueva variante ómicron en el Estado de Nueva York. Pero estamos en alerta máxima. Está llegando”, tuiteó Hochul este viernes. “El laboratorio del Centro Wadsworth del Departamento de Salud seguirá vigilando activamente las muestras del covid-19 seleccionadas en todo el Estado de Nueva York para comparar las secuencias e identificar las variantes circulantes y las nuevas”, dijo en un comunicado.
La declaración de emergencia permitirá al Estado adquirir suministros para la lucha contra la pandemia, aumentar la capacidad hospitalaria y combatir la posible escasez de personal, en un sector cuya funcionalidad se ha visto limitada por el alto número de abandonos voluntarios. También permitiría al Departamento de Salud del Estado limitar los procedimientos no esenciales y no urgentes en los hospitales en favor de un refuerzo de las unidades covid.
El presidente Joe Biden ha sido informado a mediodía de este sábado de las últimas novedades sobre ómicron, mientras la Administración sanitaria y el equipo de respuesta a la covid de la Casa Blanca, dirigido por el doctor Anthony Fauci, han estado monitoreando las últimas actualizaciones, en contacto con sus homólogos en todo el mundo.
Las noticias acerca de la nueva variante ómicron han sacudido los mercados de todo el mundo, pero el impacto ha sido especialmente notable en EE UU. El índice Dow Jones registró sus peores resultados en más de un año precisamente el día más importante del calendario comercial, el Viernes Negro. Estados Unidos secundó el viernes, junto a Canadá, Brasil y gran parte de los países de Europa, la prohibición de entrada a su territorio de los viajeros procedentes del sur de África. Este sábado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas inglesas) y el Departamento de Estado han emitido alertas de viaje para ocho países africanos, que han pasado al nivel 4 de riesgo (riesgo muy alto). Se trata de Sudáfrica, Zimbabue, Namibia, Mozambique, Malawi, Lesoto, Esuatini (antigua Suazilandia) y Botsuana, a los que el Departamento de Estado recomienda además no viajar.
En su comunicado del viernes, Hochul instó nuevamente a los neoyorquinos aún no inmunizados a recibir el pinchazo. “La vacuna sigue siendo una de nuestras mejores armas en la lucha contra la pandemia, y animo a todos los neoyorquinos a que se vacunen y se pongan la dosis de refuerzo si están completamente vacunados”, dijo.
La red pública de hospitales de Nueva York registraba este viernes -día casi inhábil a muchos efectos a consecuencia del puente festivo, con las escuelas y los edificios de la Administración cerrados- una actividad infrecuente, tanto en la inmunización de los rezagados como en la administración de la dosis de refuerzo a la población mayor de 18 años. Lo difícil, en Nueva York, es no vacunarse, dadas las facilidades que la ciudad ofrece. Un escenario muy distinto al de otros Estados más remisos a la vacunación, como Arizona, Indiana, Ohio, Wyoming o Idaho, que apenas rondan el 50% de inmunización.