- El 5 de junio fue proclamado por la ONU como el Día Internacional de la Lucha contra la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada
- La pesca ilegal es responsable de la pérdida de 11 a 26 millones de toneladas anuales de pescado.
Ciudad de México, a 04 de junio de 2020.-
El 5 de junio de 2016, entró en vigor el primer tratado internacional destinado a poner fin a la pesca ilegal; año y medio después, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución propuesta por la FAO sobre pesca sostenible y eligió esta fecha para conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (INDNR).
Ejercer esta práctica de manera ilícita conlleva no tener registros ni permisos para operar, así como pescar en zonas prohibidas o en temporada de veda, esto repercute de manera negativa sobre la economía, seguridad alimentaria y la protección adecuada del medio ambiente. De acuerdo con datos de la FAO, la pesca INDNR es responsable de la pérdida de 11 a 26 millones de toneladas anuales de pescado, lo que en términos monetarios equivale a un valor de entre 10 y 23 mil millones de dólares[2].
A nivel global, poner fin a la pesca INDNR es un gran desafío. En México, diversas dependencias como la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), la Secretaria de Marina-Armada de México (SEMAR) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)), ejecutan acciones de inspección y vigilancia desde la extracción de las especies, procesamiento y transporte, hasta su comercialización[3].
Ante este panorama, Pesca Azteca -empresa líder en el ramo atunero en México-, se embarca en la travesía marítima de la pesca de atún aleta amarilla, una de las especies más consumidas en el país, para después ser procesada y llevada a las mesas de los mexicanos en más de 100 presentaciones diferentes, bajo líneas como Atún Dolores®, de la cual, se producen más de 2 millones de latas al día.
Sin embargo, para que la población pueda disfrutar de una proteína tan versátil y de gran calidad, Pesca Azteca sostiene que la práctica no debe basarse en pescar más, sino en hacerlo mejor. Para ello, invierten en investigaciones, alineación de redes, capacitación tanto de tripulantes como de personal en tierra, tecnología de punta que permita monitorear las actividades a bordo y reducir las emisiones de CO2 de las embarcaciones. También, hacen uso de helicópteros para vigilar las gestiones de la flota atunera y realizan maniobras de liberación de especies protegidas que pudieran quedar dentro de la circunferencia formada por la red, como los delfines.
La compañía mazatleca posee la flota atunera más grande de América Latina, compuesta por 23 embarcaciones con capacidad de 1,200 toneladas cada una y cuentan con las certificaciones Marine Stewardship Council (MSC) e International Seafood Sustainability Foundation (ISSF), las cuales avalan la sustentabilidad y el respeto a los océanos en el proceso de pesca de acuerdo a los requisitos establecidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación. Lo anterior, ha permitido que la industria atunera nacional sea considerada como una de las más innovadoras a nivel mundial.
El sector pesquero es una de las principales labores económicas en el mundo; tan solo en México, más de 162 mil hombres y mujeres se dedican a esta actividad y contribuyen con la seguridad alimentaria a través de 3 vías: incrementan directamente el suministro de alimentos, proporcionan proteína animal nutritiva y generan empleos e ingresos económicos.
Por otra parte, el país cuenta con más de 11 mil kilómetros de litorales donde se capturan alrededor de 2 millones de toneladas de peces, entre los que destacan la sardina, camarón, mojarra y atún, lo cual ubica al país en la posición 17 de producción pesquera en el mundo.
Actualmente, la pesca representa una de las fuentes alimentarias más importantes a nivel global. Este día internacional es una oportunidad para destacar los esfuerzos que se llevan a cabo a nivel mundial para combatir la práctica ilegal en la industria y evitar la sobreexplotación pesquera, con el fin de asegurar la vida y el equilibrio ecológico en los océanos para que estos puedan seguir siendo fuente de alimentos y desarrollo para los seres humanos.
Es importante destacar que como consumidores también se puede fomentar la pesca reglamentaria y sustentable, al asegurarse de adquirir productos fabricados mediante un proceso sostenible.