ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ
1.- Sé que los normalistas de Ayotzinapa están muertos; pero no sé quiénes fueron los asesinos intelectuales. Y digo que no sé quién planeó y dirigió ese acto bestial, porque hoy México se juega su destino en un encono tal que parece un gato con los pies de trapo y los ojos al revés. Es el pandemónium. Son muchos y disímbolos frentes abiertos y posiblemente algunos de ellos están subrepticiamente en franca alianza. Veamos algunos de ellos.
2. Los hijos putativos de Salinas que de la noche a la mañana se volvieron dueños de los monopolios del “Estado”, han sido afectados, si bien asimétricamente, Por la reforma en Telecomunicaciones, circunstancia que los mantiene irritados hasta el copete. Desde ahora tendrán que competir con otros agentes del ramo, cuando hace menos de dos años eran los dueños y señores de este sector y hasta sonaron como los más ricos mundo o fueron demasiado influyentes en la vida nacional a través de la telefonía y la televisión.
3.- La Reforma Energética removió las viejas entrañas del nacionalismo decimonónico que nunca de fue, pero fue relanzado con una virulencia de tal magnitud que las izquierdas en pleno –pero no juntas- han defendido con uñas y dientes ese perverso monopolio que fue la “caja chica” de los políticos y un pilar sustancial del corporativismo, pues a muchos segmentos de la sociedad el Presidente les dispensó o les permitió pagar impuestos irrisorios a cambio de su lealtad.
4.- La Reforma Hacendaria, por su parte, intentó despetrolizar la economía. Los ciudadanos por tanto asumirían, como en otros países, la obligación de contribuir sin subterfugios al erario público. Los empresarios montaron en cólera por supuesto, sobre todo los que habitan en las fronteras. Y a eso hay que agregar que todos ellos tienen que declarar ante el SAT, a través de dispositivos electrónicos que los imposibilita a evadir y eludir impuestos.
5.- La Reforma Laboral, a pesar de sus deficiencias y chanchullos, concitó la rabia de los líderes charros y también de los líderes que se dicen de “avanzada”. Ante esta avalancha los líderes de todos los pelajes, subrepticiamente se han juntado para defender perrunamente las “conquistas laborales de los trabajadores”, que son muy pocas y que pueden ser menores.
6.- La Reforma Educativa aceleró aún más a los profesores del sureste mexicano y además permitió que los guerrilleros que erraban en la sierra relativamente solitarios, tuvieran el pretexto de ligarse orgánicamente a los mentores, construyendo con el paso de los días una pira que todo lo ha incendiado a su paso, sobre todo en el estado de Guerrero, pero no solamente en ese Estado.
CUANDO EL BOOMERANG NO DA EN EL BLANCO….
7.- No recuerdo qué analista afirmó, palabras más palabras menos, que Enrique Peña Nieto estaba poniendo demasiadas “tortillas en el comal”, y que por esa falta de oficio podría quemarse las manos. Pero habría que decir, con todos sus asegunes, que sujetó casi a todos mexicanos a un escrip muy parecido a lo que ocurre en los países modernos; pero México y los mexicanos no estamos preparados para vivir en esa tersa/tensa calma que reina en el primer mundo.
8.- Pero toda esta modernidad que le amarraba las manos al corporativismo, al mercantilismo y al patrimonialismo, no fue correspondida por el peñanietismo con una sólida reforma del Estado, que también le atara las manos a él y a sus huestes variopintas. La travesía de sus reformas no incluyó, para decirlo Krauze: Justicia frente a la impunidad, transparencia frente a la corrupción y seguridad frente a la violencia” (Enrique Krauze. Diario El Debate. 07/12/2014). A estas tres vertientes que señala el historiador, yo las resumo simple y llanamente como corrupción a secas.
9.- Peña Nieto, en efecto, dejó intacto “tejido institucional” por donde emerge la charca de la corrupción, cuya hidra de mil cabezas ha permitido a todos gobernantes hacer negocios con sus empresarios preferidos, cometer trapacerías con el presupuesto y hasta coludirse con el crimen organizado y Et Al. Vale decir que en un intento por salvar el bigote los partidos aliados a Peña Nieto en el fenecido Pacto por México, han propuesto sendas reformas anticorrupción, que el PRI hasta ahora a boicoteado. Dicho pasada Transparencia Internacional ha afirmado que esta depravación le cuesta a México la friolera del 10% del producto interno bruto.
10.- De inmediato este “vacío legal” quedó al descubierto con la licitación amañada del tren México-Querétaro, los vislumbres de la Casa Blanca, la casa de Videgaray. Estas denuncias seguramente de sus ex amigos le ha costado al presidente tener un porciento de aceptación menor al 40%, seguramente la peor que haya tenido un presidente desde que la prensa ha adquirido plena libertad, incluso hasta para autocensurarse.
11.- Pero los problemas de corrupción fueron el punto más álgido de su desprestigio. Este camino de franca ilegitimidad había empezado al día siguiente del asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa. De este abominable crimen primero culparon a una abstracción: la denominaron crimen de Estado, que al poco tiempo tuvo nombre y apellido: la responsabilidad de esa barbarie fue única y exclusivamente de Enrique Peña Nieto, cuando en realidad este crimen fue en primera instancia incumbencia del PRD y de MORENA, porque Abarca y Mazón pertenecían a sus huestes.
12.- Y tenía que ser así porque el tilde centrado en él, no sólo fue porque él es el Presidente de la República sino porque esta acusación acumula y uniforma los disímbolos resentimientos de los afectados por las reformas, la evasión de responsabilidades de muchos actores políticos y, por supuesto, también por los reclamos legítimos de la sociedad civil, que en esa acusación condensó a también a los responsables “menores”. Como Fuente Ovejuna todos fueron a una. Este reformador de “casa ajena” debió haber empezado por la suya. En efecto, a todos les “amarró las manos”, pero él quedó con las suyas sueltas y prestas para la prestidigitación y la prevaricación.
PERO VOLVAMOS AL PUNTO DE PARTIDA: LOS MUERTOS DE IGUALA.
13.- Una vez expuesto brevemente el mapa de irritación que recorre a México y en quién recae la acusación, no es descabellado afirmar que algunos de los sectores que fueron afectados con las llamadas reformas estructurales, especialmente algunos segmentos de ellos, pudieron haberse radicalizado y haber emprendido una venganza singular contra Peña Nieto: la búsqueda sin éxito de los 43 normalistas, acompañana de una andanada de pirómanos, so pretexto de encontrar vivos a los normalistas, porque vivos se los llevaron.
14.- Y es precisamente por este contexto que no creo en la segunda declaración de muerte que ha hecho recientemente Murillo Karam de los 43 normalistas. Hasta ahora suena incompleta la hipótesis de que fueron asesinados por el grupo de narcos denominados Guerreros Unidos en colusión con el presidente municipal de iguala y su corrupta policía, porque fueron confundidos como miembros de grupo rival autollamado los Rojos.
15.- Creo que si bien Abarca y Guerreros Unidos pudieron ser el brazo ejecutor, la infraestructura que requerían para cometer ese crimen de lesa humanidad era de un calado tal que sus asesinos no podían haber tenido esa noche, pues fue tan sofisticada la operación que prácticamente borró los rastros del tejido genético de 42 normalistas, según los expertos de la Universidad de Innsbruck de Austria; excepto de uno de ellos, Alexander Mora Venancio.
16.- No, no es creíble la versión del Procurador, aun y a pesar de las declaraciones grabadas de los presuntos ejecutores, porque para cometer esa infame fechoría se requería, en efecto, una infraestructura criminal de la que carecían los Abarca y sus secuaces. Y tampoco es creíble porque los asesinados por Guerreros Unidos, al amparo de la impunidad, simplemente eran “ocultados” en fosas de poca profundidad. No era pues su modus operandi.
17.- La pregunta que prefiguré al principio, es ahora pertinente plantearla de manera contundente: ¿Quiénes fueron los autores intelectuales del secuestro y asesinato de los 43 normalistas? Esta es la pregunta que hoy me da vueltas en la testa y a veces me hace pasar las noches en vela. ¿Quién o quiénes pusieron en manos de los asesinos el “mazo” con el que dieron muerte a unos jóvenes que, aunque desorientados, merecían vivir para reprocharle a sus líderes sus pinches locuras redentoristas.
18.- Quizá una investigación a fondo podría ayudar a despejar quiénes fueron los autores intelectuales, podría empezar por la misma normal de Ayotzinapa y por el cartel de los Rojos. La pregunta que guiaría esta inquisición sería: ¿Por qué mandaron a estudiantes novatos a Chilpancingo y luego los desviaron hasta Iguala? Cierto, en Chilpancingo la policía les frustró intención de secuestrar algunos autobuses. Este acto de la policía suena raro, pues ésta les tenía pavor a los ayopzinapos. ¿Querían desviarlos, como sus líderes, para llevarlos al matadero?
19.- ¿Pero quién avisó a los Guerreros Unidos que en los autobuses que llevaban los novatos iban numerosos miembros del cartel de los Rojos y por qué les creyeron? Y en todo caso: ¿Por qué Guerreros Unidos no separaron la paja del grano, si los miembros de ambos cárteles son viejísimos? ¿Fueron los Rojos los que diseminaron la información de que iban a Iguala a pelearles la plaza? Y si fuera así, por que creyeron los Guerreros Unidos que esa especie era cierta? Es aquí donde radica lo más importante: ¿Quién estaba azuzando a ambos cárteles? ¿Previamente alguien muy poderoso estaba jalando los hilos de esos títeres para que la masacre ocurriese? Y si ello fue así ¿qué papel jugaron los líderes estudiantiles y los líderes de la guerrilla?
20.- Creo francamente que los titireteros eran gente ajena al estado de Guerrero, por eso no me cuadran las declaraciones de Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam. Sé que las mías son conjeturas hechas desde afuera y sé también que para generar una tragedia simplemente se pueden encadenar hechos que ocurren de manera azarosa y hasta parecer actos perfectamente orquestados por alguna “mano invisible”.
21.- Sea lo que fuere, no le creo a Murillo Karam, porque además no se ha atrevido a investigar a los líderes estudiantiles, tampoco a los rojos ni a los líderes de la guerrilla, quizá porque en esta serie de vueltas y revueltas todos ellos aparecen como víctimas propiciatorias. Pero menos aún se ha investigado a una serie de ricos rijosos que fueron afectados por las llamadas reformas estructurales. En fin, Murillo Karam no tenía todos los hilos para cerrar esta investigación, pues le faltaba explorar la segunda mitad de ese mundillo, donde los medios no son racionales para conseguir los fines que persiguen, como dijera más o menos Max Weber.