*Pese al empate cero-cero, perdió Brasil
*México con buen ánimo y hacer la grande
Medio Mazatlán se enfiestó esta tarde, después de ver el cero-cero contra el Brasil. Si bien es cierto los brasileños fueron mejores en la cancha, tampoco la escuadra mexicana se amilanó ante el favorito que jugó en su casa y con la presión en contra de los nacionales de miles de garganta que no dejaron de apoyar a los brasileiros.
No ganamos, pero tampoco perdimos y un punto puede ser la diferencia llegado el momento de las tarjetas a la siguiente fase. En todo caso, perdió el Brasil por ser el “favorito”.
Desde temprana hora, restaurantes, hoteles, cantinas, mercados y taquerías se sentía el ambiente futbolero. En la mayoría de los lugares públicos se veía el color verde sobresalir, muchos y hasta mujeres con la playera del tri, orgullosamente puesta.
No faltaron los mazatlecos que le fueron al Brasil y comentaron en las redes sociales el 2-0 contra México o ya de perdis el 1-0, pero México y la oncena en la cancha se agigantó e hizo, pese a todo su juego.
Sin duda, que el héroe del partido fue el porterazo Memo Ochoa que en tres ocasiones claras de gol pudo –como “aiga sido”- parar esos balonazos al marco de los tres palos. Brasil con su estrella, Neymar, no pudo con México y eso hace crecer las expectativas de que la selección mexicana puede lograr un extraordinario papel.
Los grandes, parece, que se están cayendo: España, Portugal y ahora Brasil, que si bien no perdió, tampoco ganó, estando en su casa y con una larga historia de prácticamente cero derrotas en sus terrenos.
Pese a todo, fue un gran partido que ofreció México, con algunas jugadas, pocas, que pudieron haber hecho la diferencia del uno-cero a favor. Pelearon al tú por tú y las patadas, muchas, se escucharon hasta fuera del televisor, sin embargo el arbitro llevó la fiesta en paz con algunas cuantas tarjetas amarillas que, incluso,
hicieron encabritar al “Piojo” Herrera, pero ya lo conocemos lo “panchero” y “teatrero”, pero no le fue mal con este partido y, al final, un buen abrazo con Escolari, el director técnico de los verdeamarela.
Terminado del partido, hicimos un rápido recorrido por El Malecón, pero nadie salió a festejar el “empate”, quizá estaba mejor la hielera en casa o el aire acondicionado de la cantina y el hotel, con las ambarinas a la mano. Por la tarde, sí, algunos pocos, se dieron al festejo del cero-cero, porque por suerte y gracias al trabajo de equipo quedamos frente al “pentacampeón” y ante el mundo como una selección que no se doblegó y que por destellos puso a temblar al anfitrión.
Mañana esperamos un mejor resultado contra Bosnia.
