ELIO EDGARDO MILLÁN
Un grupo de diputados de Morena y del Partido del Trabajo – y un priista descocado- hicieron pública su amistad con Rusia en estos días en que Putin desató sobre Ucrania una guerra, que no sólo ha asesinado a la milicia ucraniana, ha atentado también contra población civil que admite la clasificación de genocidio.
Este gesto amistad con el dictador ruso y sus compinches es producto de un resentimiento antidiluviano contra imperialismo yanqui, según el cual el enemigo histórico México y de América Latina ha sido, es y será Estados Unidos. De ahí que los enemigos de Estados Unidos son sus amigos.
Este lugar común que los intelectuales y políticos pavlovianos han quedado detenidos en el tiempo. No se han dado cuenta que si bien la Unión Americana no es una “perita en dulce” porque es, a un tiempo, como afirmara Octavio Paz, es una democracia y un imperio, que con el curso del tiempo ha perdido su centenaria unidad y pujanza.
LOS HIJOS BASTARDOS DEL DESPOTISMO.
Y mientras nuestros “Vecinos del Norte” arrastran está contradicción entre imperio y democracia, a lo largo de los años ha cometido inmensas tropelías en el mundo; pero tiene un sistema democrático articulado por instituciones que se “contrapesan” por la polarización y la división que dejó Trump en la sociedad, mientras el mundo ha empezado a girar en torno al despotismo:
Por ejemplo Putin tiene por lo menos 21 años en el poder, tiempo en el cual ha aterrorizado a la sociedad civil de Rusia y por supuesto a los países vecinos. Xi Jinping tiene 9 años en el trono y es seguro que será reelecto por el único partido permitido en China, y ya se ha convertido en azote de los países situados en el entorno del mar meridional, y ya no digamos la represión creciente a esa milenaria sociedad oriental, no sólo por la falta de democracia sino por su crecimiento y la modernización armamentista.
Si le echamos una mirada muy seria al mundo de hoy, ese monstruo Norteamericano, menguante en muchos sentidos, que aborrecemos con la vista puesta en el pasado, ha empezado a ser batido por el poder de los dictadores China y Rusia, pues estás potencias han empezado en este siglo XXI a liderar/ayudar a otros países que tienen en la cima del poder a gobiernos populistas disfrazados de demócratas, como ocurre hoy en América Latina.
VUELVO AL DIPUTADOS RUSÓFILOS.
El odio contra Estados Unidos no es el motivo por el que los diputados, que no chistaron cuando se configuro el T-MEC, es solo una cortina de humo con la que no pueden ocultar sus preferencias por el despotismo, seguramente Beto Anaya y Fernández Noroña, no solamente comparten sus ideas con el asesino Vladimir Putin, las comparten también el con el dictador de Korea de Norte, Kim Jong-un, un sujeto veleidoso que devuelto a la sociedad hasta el siglo XV. Seguramente en los meses que vienen también se convertirán en adoradores de Xi Jinping.
Vale la pena señalar de pasada que sobre el atropello de Rusia a Ucrania, en México existen por lo menos cuatro posicionamientos públicos de la coalición de la 4T: López Obrador se declara neutral ante la carnicería rusa en Ucrania, el embajador en la ONU, Juan Ramón de la Fuente, ha defendido a Ucrania sin matices ni demagogia, Ebrard se ha expresado con menor corazón sobre la invasión, pero lo ha hecho moderadamente y los amigous de Rusia se han ganado la crítica urbi et orbi.