LOS BANCOS CHUPASANGRE Y MÁS….

0
88

Después del golpe que le propinaron los banqueros al Senador Ricardo Monreal -y con él a los mexicanos- por andar queriendo bajar las leoninas comisiones que le cobran a sus usuarios a diestra y siniestra; de nuevo el Senador ultima los detalles para concretar una nueva iniciativa que modificará tres leyes y 32 artículos para sentar las bases de lo que considera un nuevo sistema financiero. Pero hoy su iniciativa cuenta con el aval de los órganos reguladores y de competencia, además del Banco de México, la Secretaría de Hacienda y la Asociación de Bancos de México, que cuenta con 51 asociados, seis de los cuales manejan el 80% de los activos del país. Parece que ahora si se le va hacer al zacatecano; pero el capital es el capital y cuando no ladra, muerde. Hay que pedirle a Monreal que, en defensa de los provincianos, además de lo de más comisiones, incluya en esa agenda tres asuntos humano, demasiado humanos.

1.- Que los los bancos de “provincia” tengan capacidad para resolver los problemas que se suscitan con sus clientes. Resulta que si un banco -cualquier banco- tiene error de contabilidad o un cargo no reconocido por alguno de sus usuarios, los gerentes de estás “instituciones” locales no tienen capacidad para resolverlos, y menos aún sus subalternos. Entonces para resolver un entuerto tenemos que perder un día -y a veces más- llamando a su “central” que es donde están quienes deciden. Esta gestión no es fácil, pues cuando les da la gana te contestan o cuando se les hinchan te cortan la llamada. Y volvemos a llamar, llamar y llamar, hasta que Dios se apiada de ti y contestan la llamada, y nos conectamos con los funcionarios de la matriz, por lo general llenos de rabia e incertidumbre, esperando la decisión para ver si nos joden o nos absuelven que, por lo general, te indican que nada o casi nada pueden hacer por nosotros. Entonces vienen las mentadas, y te cuelgan y no te vuelven a contestar.

2.- Que pongan los bancos bancas o sillas en la sala de espera, aunque éstas no sean cómodas. Y díganme si no tengo razón de hacer esta petición. Ay días en que tenemos que estar en los bancos hasta cinco horas parados para cobrar la quincena o para hacer un trámite. Esta falta de confort, cuando suele alargase, se nos hinchan los pies, nos duelen los huesos, la carne y la sangre y nos agarra temblorina; pero además se nos acorta la vista, nos duelen los oídos y la respiración se nos viene y se nos va. Después de esperar y esperar largas horas, llega tu turno y te atienden, a veces ya ni nos acodamos -sobre todo los viejitos- a qué chingados fuimos al banco, sobre todos porque las rodillas nos aullan como un carro de mulas que nunca fue engrasado por su pastor.

3.- Senador Monreal esta última petición es la más urgente: ¡Qué los bancos pongan sanitarios! No, no es posible ver y vernos haciendo retorcijones, caminando nalguijuntos para que no nos vaya a ocurrir un desaguisado y no digo más porque me da vergüenza y, al mismo tiempo, una rabia de la chingada. Es inhumano, para decirlo suavemente, verte y ver a la gente sufriendo horrores, horrores que tenemos aguantar porque si salimos de la “institución” hacer del pis y/o del pos, podemos perder el turno. Pero cuando nos vamos porque la necesidad aprieta, cuando volvemos relajados vientre, se nos aprieta el hígado porque como las dos o tres horas de nuevo volver sentir los horrores que nos empujaron a salir del banco para buscar y encontrar un baño, que a veces lo hayamos, y cuando no lo encontramos, tenemos que irnos a bañar a nuestras casas más avergonzados que un puritano en una nudista.

Senador Monreal sé que en su primer intento por bajarle las comisiones a los chupasangre de los banqueros, le hicieron manita de cochi; pero como usted no se rinde ni a la primera ni a la última, ahora va por el segundo intento y hoy lleva apoyos que antes no tuvo. Ojalá logre su cometido que es también nuestro cometido; pero supongamos que le volvieran hacer manita de cochi, al menos no se olvide de nuestras demandas que, si bien no son comisiones, sí son exigencias vitales de nuestra condición humana, y con ellas no se juega. Y nadie mejor que usted para saberlo, pues se la lleva de reunión en reunión y no se da tiempo para darle al cuerpo la placidez y el contento que necesita.

LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS…

Es posible que en meses por venir los banqueros aflojen y le bajen al racimo de comisiones “tradicionales” que nos matan de a poquito, porque muy pronto estarán haciendo un uso intensivo de las tecnologías de la información. Por lo pronto están desechando los cajeros de primera generación, e instalando unas máquinas en los que puede pagarse la luz, el agua y demás gastos que genera la vida doméstica y los negocios. En ellas también se pueden hacer transacciones financieras, así como mandar y recibir dinero de familiares, amigos y competidores.

Estas “maquinotas” poseen otras funciones que aún desconocemos los legos, que por lo general somos la mayoría. Está transformación bancaria creará nuevas comisiones más rentables que las actuales, pero además ya están despidiendo a miles de empleados, que les permitirá “embolsase” miles de millones. Quizá por ello los banqueros se han mostrado obsecuentes en bajarle los “tintes” a las viejas comisiones, pues están a punto hacernos interactuar con androides que hasta nos dirán voz amabilísima cómo debemos haces nuestras transas y transacciones.