LE ECHARON MONTÓN A PORFIRIO
DÉMOSLE LAS GRACIAS A SONORA
¿APOYARÍA EL PT A RRM EN SINALOA?
FRANCISCO CHIQUETE
Ayer empezó a circular una de las dos encuestas que el INE mandó hacer escoger al próximo dirigente nacional del Morena. El resultado por supuesto, favorece a Mario Delgado, actual jefe de la fracción de ese partido en la Cámara de Diputados, por 58.6 por ciento, contra 41.4 de Porfirio Muñoz Ledo.
En realidad no había que ser vidente para saber lo que iba pasar. Sorprendido por la popularidad de Muñoz Ledo en las primeras dos encuestas, el aparato morenista se reagrupo y se preparó para que la tercera fuese la vencida, y esta vez sin sobresaltos. Ya en días anteriores se hizo público el convenio entre Delgado y Gibrán Ramírez, quien al principio le jugó a la disidencia interna, y que al final sirvió para dar el indicio de que el juego había terminado.
A decir verdad, la ventaja es muy magra para provenir de una nomenclatura que obedece los designios presidenciales. Ocho punto seis puntos porcentuales no son nada para una cargada semejante, lo que habla de un partido poco cohesionado, que no obedece a la nomenclatura o que no tiene las suficientes correas de transmisión para ejecutar las acciones correspondientes. La otra opción sería la existencia de una vida democrática interna, pero ya se vio que no.
Lástima por Morena. A pesar de los desplantes, el ego y la desmesura de Porfirio, su arribo a la Presidencia del CEN era la gran oportunidad para convertirse en un partido real. Con la elección de Mario Delgado, seguirá vigente el Movimiento de Regeneración Nacional, plegado a las decisiones del Presidente de la República, sin vida propia.
Con eso seguramente se concretará lo que tanto se ha dicho, a veces con propósitos de desprestigio y a veces por análisis de la realidad: que Morena es la nueva edición del PRI y que su destino es convertirse en el PRI-gobierno del Siglo XXI, aunque a como van las cosas, no hay muchas garantías de que logre una presencia tan prolongada.
Ayer mismo, Martí Batres, uno de los hombres que tradicionalmente era muy cercano a López Obrador, proclamó que Morena tendrá su primer presidente neoliberal y culpa de ello al INE y al Tribunal Electora del Poder Judicial de la Federación. Es una muestra irrecusable de que el aval de las autoridades electorales no sirve para solidificar a esta reedición de las tribus perredistas, cuya irracionalidad hizo huir a López Obrador del Partido del Sol Azteca, y que lo han seguido con todo su sectarismo, su clientelismo y demás vicios que dejaron a esa parte de la izquierda al borde de la extinción.
Por lo pronto las coincidencias empiezan a darse con frecuencia hasta en los detalles más nimios. En 1995, el gobierno priísta de Ernesto Zedillo decidió salvar las finanzas públicas transfiriendo el costo a la población con un aumento del 50 por ciento al impuesto al valor agregado. Ante una férrea oposición, los diputados priístas votaron obedientemente y celebraron su triunfo con una rúbrica: la roqueseñal de su coordinador, Humberto Roque Villanueva, quien con a señal del churrero dijo lo que Paco Ignacio Taibo II en esta 4T: “se la metimos doblada, compañeros”. Pero esta semana hubo más: el Senado de la República remachó lo ya aprobado en al Cámara de Diputados: la extinción de los fideicomisos que garantizaban apoyos a la salud, la ciencia, la cultura, el deporte, la cinematografía y muchas otras actividades importantes. Al margen de los argumentos de combate a la corrupción, la explicación más sensata la dio el secretario de Hacienda, Arturo Herrera: necesitamos 120 mil millones de pesos para completar el presupuesto 2021, dijo a los diputados. La oposición -la actual- dio una férrea batalla para evitarlo, pero no logró nada, Para festejarlo, los morenistas tuvieron a la senadora Lucía Trasviña, quien retadoramente votó con la siguiente frase: “a favor, cabrones”. La eterna prepotencia del poder, ahora en otra manos y gargantas.
GRACIAS, SONORA
Hay quien pueda reclamar a los sonorense por sus modos rudos y su tendencia a aislarse, pero hoy el país no tiene más que agradecerles profundamente por el sacrificio que están ofrendando en aras de la paz y la tranquilidad de la nación.
En junio del año próximo estarán en el severísimo riesgo de que sea electo gobernador de ese estado el todavía secretario de Seguridad del gobierno del Andrés Manuel López Obrador, Alfonso Durazo, quien en estos dos años ha tenido la encomienda de pacificar al país, como lo prometió el presidente, y acaba de despedirse de su puesto reconociendo incrementos en los delitos más graves (trece por ciento en los asesinatos dolosos).
Cuando uno es optimista, tiende a pensar que no puede haber nada peor de lo que ya se vivió. Así lo demostró el país al votar masivamente por quien le ofreció seguridad con tanta firmeza y tanta inmediatez como “al día siguiente de mi toma de posesión”. Si Alfonso Durazo falló tan lamentablemente el que venga tendrá ya tendrá antecedentes para corregir las causas de este fracaso lamentable. Esperemos que los aproveche.
Muchas gracias a los sonorenses por este gesto tan señalado. Ahora bien, todavía están en posibilidades de salvarse de la quema, aunque ello podría colocarlos en una condición peor que la de Chihuahua, pues el presidente López Obrador ha sido muy evidente en su deseo de que Durazo sea el próximo gobernador de la tierra del bacanora
A favor de Durazo está la perspectiva de una oposición no sólo dividida, sino con cartas fuertes que llegado el momento pueden contrarrestarse entre sí: Ernesto Gándara Camou por el PRI y Ricardo Bours Castillo por Movimiento Ciudadano. El PAN quiere convencer a Lilly Téllez, pero sería demasiada calentura de la senadora para irse a donde no tiene posibilidades.
Pero el propio Durazo puede ver competencia interna. El PT está en plena fase de rebelión o haciendo que se rebela, y habla de lanzarse solo por la gubernatura, con la postulación de al ex velocista Ana Gabriela Guevara.
El PT no ha sido un partido muy firme en su independencia, pero van varios puntos problemáticos en su relación con Morena. De lo mas reciente está la disputa por la Presidencia de la Cámara de Diputados, donde Gerardo Fernández Noroña quería aparecer y se sintió traicionado porque sus amigos de Morena votaron por la planilla del PRI.
Luego vino la votación para extinguir los fideicomisos. El PT votó en contra y cuando los morenistas se lo reclamaron, apareció la senadora Nancy de la Sierra Arámburo para precisar que si bien eran aliados del presidente, no estaban ahí para obedecer a nadie pues eran eso, aliados, no empleados.
Por cierto, fue el senador sinaloense Rubén Rocha Moya quien tuvo a su cargo reclamar la traición del PT por esa decisión de votar en contra. Su argumento fue un panegírico untuoso sobre el presidente de la República, sobre quien dijo “no es un ocurrente irresponsable, no es caprichoso, es un estadista que se propone cumplir sus compromisos con los electores y que eliminando los fondos eliminaba las prácticas de corrupción con que ahí se abusaba. ¿Todavía será viable una alianza Morena PT en Sinaloa si Rocha es el candidato a la gubernatura?