La fabricación de huaraches, mascaras de ornato, cintos y bolsas de cuero, son uno de los principales atractivos de La Noria, una de las sindicaturas más pintorescas de Mazatlán, donde la artesanía, la iniciativa de su gente y la belleza del lugar se conjugan para comenzar a dar prosperidad a este sitio.
Fernando Pucheta Sánchez, dirigente de la agrupación «Pucheta: Una Mano Amiga», mostró una vez más las habilidades de la gente de la zona rural durante su transmisión semanal; en esta ocasión tocó visitar a este antiguo asentamiento, que cuenta con una especial arquitectura que data de los tiempos de la invasión francesa en el puerto.
Juan Antonio Salas Lizárraga, de 53 años, es la tercera generación de una familia que en sus venas trae la creatividad y el emprendimiento; propietario de La Talabartería «Johnny», que cuenta con 80 años de antiguedad, da empleo a por lo menos seis personas que por semana producen alrededor de 60 pares de huaraches de todo tipo, mismos que elaboran sobre pedido o venden a los turistas que visitan el lugar. La pandemia, afortunadamente, no les ha significado muchas mermas en la producción y venta de sus productos, si acaso se ha reducido en un 20 por ciento menos el comercio de sus productos.
El sueño de Juan Antonio es llegar a hacer un mercadito en su propia finca, que también tiene historia pues antiguamente fue una especie de hostería, además el enorme patio fue el cine del pueblo y hoy es la talabartería, ubicada frente a la plazuela de La Noria. Espera, algún día contar con un apoyo crediticio, para poder hacer realidad su sueño.
Pucheta Sánchez manifestó su compromiso por ayudar al consumo local, a fomentar el emprendurismo en familias de arraigo donde la honestidad y el trabajo son sus valores cotidianos, pues Juan Antonio desde las 6 de la mañana inicia sus labores al lado de su familia y empleados. En el taller existen aparatos que son joyas traídos desde desconocidos confines; su abuelo cambiaba por monturas enormes los antiguos aparatos que hoy ya no fabrican y que son dificiles de arreglar en caso de alguna descompostura, sin embargo, aún continúan usándose para hacer figuras en el cuero, coser y cortar huaraches, bolsas, cintos, monederos y mascaras multicolores.
La Noria es tierra de la artesanía, la música de banda, el agave y el turismo, su belleza arquitectónica y natural ha sido en los últimos tiempos un atractivo importante que ha traído ingresos a su gente.