La necesidad hace crecer voluntades y sueños: Pucheta Sánchez

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La solidaridad y el amor a su gente no tiene límite, pese a las carencias económicas, hay mujeres emprendedoras que quieren dar más, afirmó Fernando Pucheta Sánchez, al confirmar que el emprendimiento reina entre las familias humildes y trabajadoras de Mazatlán.

Este martes, el presidente de la agrupación «Pucheta, Una Mano Amiga» y su equipo de voluntarios visitó a la señora Erika Guadalupe Osuna Aguirre, mejor conocida como Doña Keka, en la sindicatura de El Habal, quien para ayudar en la economía familiar, elabora dulces de arroz con leche bronca, de camote, pancakes y en temporada invernal cocina pinole y chocolate.

Pucheta Sánchez valoró el trabajo que doña Keka realiza todos los días, pues además de tener su pequeño negocio que efectúa especialmente los domingos, trabaja en una cenaduría del pueblo y antes de la pandemia, ganaba unos pesos más haciendo aseos en casas, sin embargo la crisis sanitaria la orilló a dejar los quehaceres domésticos. Esta ama de casa, quien ayuda a su esposo que es chofer de aurigas, también tiene un sueño: instalar algún día un comedor comunitario en El Habal, pues según relata, hay muchas personas mayores con problemas de nutrición, debido a que viven solos, especialmente varones.

Manifestó al licenciado Fernando Pucheta, que el único apoyo que tiene es de su familia para elaborar los dulces que vende por medios litros a 20 pesos, los cuales no ha aumentado en sus precios pese a que todo se ha incrementado.
En una vivienda humilde, pero muy limpia, doña Keka mostró en una transmisión en vivo vía Facebook, el arte en postres que realiza todos los domingos. Vende aproximadamente 40 medios litros a 20 pesos cada uno. Su labor en el día que la gran mayoría de personas descansa, comienza a las 6 de la mañana, a las 9 termina de elaborar los dulces y a las 12 recorre con el rayo del sol, cada casa de El Habal.

En su recorrido semanal por las calles de la zona rural, Fernando Pucheta mostró el trabajo matutino que otra familia realiza al vender pozole en una gran olla, hecho con leña. La labor que efectúa un joven emprendedor quien comercializa aguas frescas, en su humilde camioneta por los campos agrícolas y ganaderos. Pucheta Sánchez mencionó que los proyectos económicos pequeños como estos dan vida a los pueblos y son los que se deben de apoyar y que pese a no tener ningún respaldo de ningún nivel de gobierno, aún tienen sueños para ayudar a los demás.