El Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán llevó a cabo la emotiva ceremonia de graduación de la Generación XXIII de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán (EPDM), integrada por doce talentosos jóvenes que culminaron sus estudios en la Licenciatura en Danza Contemporánea.
El evento se llevó a cabo en el Teatro Ángela Peralta donde familiares, amigos y público en general celebraron el viaje transformador y el poderoso legado artístico de los recién graduados en danza contemporánea.
Previo a la entrega de reconocimientos Liliana Aréchiga Pérez, directora educativa del Centro Municipal de las Artes, enfatizó que la ceremonia no solo celebraba la finalización de una etapa, sino la entrega, disciplina, pasión y arte invertidos por cada egresado y con voz firme y cálida destacó la enorme responsabilidad que ahora recae en ellos: compartir su conocimiento y transformar su entorno comunitario con sensibilidad y creatividad.
Una generación «Potente, particular y poderosa»
La maestra Xitlali Piña, co directora de la EPDM, en un discurso conmovedor dirigido a las familias, describió a la Generación XXIII como una fuerza singular:
«Esta es una generación potente, particular y poderosa… que construye pensamiento social, político y ecológico; que enciende con su espíritu los espacios que habita.»
Xitlali Piña resaltó cómo estos jóvenes artistas desdoblan sus cuerpos para «aparecer, desaparecer y transformarse», dejando una huella vital en cada acción escénica. Después, con gran orgullo, nombró a los doce nuevos Licenciados en Danza Contemporánea: Carolina, Daniel, María Fernanda, Iván, Juan Carlos, Brandon, Naima, Mariana, Isaura, Frida, Alejandro y Sara, asegurando que parten con el respaldo total de su alma máter.
Un viaje extraordinario
Durante la ceremonia Johnny Millán, codirector artístico de la EPDM, expresó que todos los presentes fueron testigos de un viaje extraordinario protagonizado por intérpretes y creadores increíblemente talentosos.
«Deben sentirse profundamente orgullosos por lo que han logrado», afirmó, dándole un sentido profundo a todo el proceso vivido.
Este acto académico no fue una despedida, sino una confirmación de que los egresados de la Generación XXIII de la EPDM zarpan con fuerza, memoria y una visión transformadora.
La EPDM, con el respaldo del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, demuestra con esta generación que la danza contemporánea en México sigue siendo una herramienta de cambio, una forma de pensamiento vivo y una manifestación artística que late con potencia desde el noroeste del país hacia el mundo.