México es un país que funciona por medio de instituciones desde la salud, la educación, el deporte o las elecciones, pero ¿qué pasa cuando la sociedad civil deja de confiar en estas? Pues pasa justamente lo que hoy: confusión, desespero e incertidumbre, todo esto únicamente afectando a la ciudadanía.
Sí en el mundo existe un país que ya necesita abrir la economía es México. Ya llevábamos todo el inicio de año con caídas en la bolsa, con el precio del petróleo en negativo y con un gobierno que aún espera que las cosas se arreglen por sí solas, pero esto NUNCA va a justificar la negligencia y ventaja con la que ha actuado el gobierno de Andrés Manuel.
Hace unas horas el periódico estadounidense The New York Times publicó un artículo en el que cuestionan las cifras publicadas por el gobierno federal, en el que culpan a estos de maquillar las cifras, de manipular la información y cometer crímenes ante la humanidad (ya qué maquillar cifras en pandemias se es considerado un crimen porque afecta internacionalmente), es por ello que el senado ha pedido una comparecencia ante el Congreso al subsecretario Hugo López-Gatell por la presunción en la poca veracidad de las cifras.
Entiendo la necesidad que tiene el país de que todo vuelva a la normalidad, entiendo que no quieran generar pánico o que los mercados colapsen, pero, lo único que van a generar es que la gente crea que no está pasando nada, y ahora sí, el sistema completo de salud se sature. Nuestra economía está por los suelos, nuestros niveles de desempleo son muy altos y la violencia no deja de aumentar, pero el gobierno federal está más preocupado en entregar las licitaciones del Tren Maya que tratar de atacar la pandemia.
Tenemos que quedarnos en casa, mantener distancia, tener precauciones, ayudar a quién lo necesite y cuidarnos. Vivimos tiempos sin certidumbre y no sabemos cuánto vaya a durar. Fuerza, que nosotros saldremos adelante.