Estos últimos años se han caracterizado por no tener certezas, por ser una época con muchas dudas, cambios y sucesos históricos que antes eran impensables. El mundo ya cambió y las personas que están a la expectativa de volver a la normalidad en el futuro cercano únicamente están abrazando una falsa ilusión de tranquilidad.
Desafortunadamente la sociedad de consumo y sus patrones ya fueron alterados, algunos consideran para siempre (yo no lo considero, uno siempre vuelve a donde fue feliz) sin embargo, todos mantenemos nuestros planes para cuando “esto termine”, de igual manera, con tintes esperanzadores. Ahora, somos un país con desarrollo tecnológico muy lento, no malo, únicamente los países preparados para una guerra biológica son 3, los mismos que lideran la carrera por la cura. Ahora, ¿quién podrá defendernos?
Cualquier gobierno con tintes imperialistas, léase Estados Unidos de América o China, desea conseguir la cura y así obtener la tan anhelada injerencia en los Estados diferentes al suyo. Por un lado, China ha sido el proveedor de muchos países, incluido México, de material médico escaso: cubrebocas, utensilios, máscaras, etc. por el otro, EUA encabeza de la mano con la farmacéutica Moderna la cura del Covid-19.
Moderna consiguió con su primer prototipo utilizado en 8 humanos, después de 45 días de la aplicación, el 100% de efectividad sin efectos secundarios y con un éxito en cuanto a la resistencia contra el virus. China, por otro lado, aún no dice nada en cuanto a la cura, nada que sea prometedor o buenas noticias, pero, no cabe duda de que se están esperando al mejor momento para anunciarlo.
Desde mi punto de vista no cabe duda de que la carrera por el Covid-19 es la guerra de Vietnam de este siglo, tiene una relevancia que aún no dimensionamos y que el gobierno/empresa que logre ganar esta “batalla” será la próxima gran potencia del mundo, muy parecido a los vencedores de la 2nda Guerra Mundial.
