*Olas Altas, el patrimonio familiar
*”Me han querido aplastar”, dice
José Ramón Manguart Sánchez, a sus 45 años, es un personaje de Mazatlán surgido del esfuerzo propio; el lugar que tiene ahora, entre los empresarios hoteleros, se lo ha ganado a pulso, nadie le ha dado nada; al contrario, dice “me han querido aplastar con el fuego amigo”. En otras ocasiones ha enfrentado a políticos poderosos para darle su lugar a la Asociación de Hoteles y Moteles Tres Islas de Mazatlán; es la entrevista con José Ramón, un hombre de carne y hueso.
Desde la comodidad de un hotel, Olas Altas Inn, inmueble que también ha costado sufrimientos y desvelos, José Ramón se revela como deportista desde joven en el béisbol y luego el basquetbol. Truncó su carrera de ingeniero en electrónica a petición de su padre por la contaduría, la administración y la especialidad en hotelería.
Reconoce en su padre, Pedro Manguart Zazueta, un hombre de sueños y de logros y afirma que a los 55 años ideó construir Olas Altas y cambiarlo del Paseo del Centenario número 14 a la hermosa zona del Malecón, hoy con prestigio internacional.
Cuenta que a su padre, con poco dinero para el proyecto, ningún banco ni Fonatur querían prestarle dinero, pero con ese empuje logró evadir a la guardia presidencial y en una gira del entonces mandatario Carlos Salinas, le entregó una carta-petición de un crédito y a la semana ya estaban hablando de la Secretaría de Turismo federal para apoyarlo.
Mi hermano, ya debutando como arquitecto, se encargó de la construcción. Luego vinieron tiempos buenos y malos, como la muerte de mi padre, luego de 15 años de postración en cama. Así, a los 26 años tomé las riendas del hotel y tuve que aprender de manera acelerada con el apoyo de muchos amigos; fueron momentos complicados en donde deje vida social para estar casi todo el tiempo al frente del hotel, pero no podía fallarles a mis padres.
José Ramón Manguart continuó en la entrevista y recuerda que en 2005 llegó a la presidencia de la Asociación de Hoteles y Moteles Tres Islas y desde entonces ha estado en el cargo por el voto de los socios. También fue presidente de la Canaco de manera simultánea.
En las preguntas rechaza ser un “cacique” en el liderazgo de la citada asociación y, por el contrario, recuerda la creación de grandes eventos como el Festival de la
Luz, el Aerofest, entre otros. Además que como presidente de los hoteleros no tiene sueldo ni se ha aprovechado del cargo para beneficio personal o de su hotel. “Es una asociación que no se ha politizado”, subraya el joven hotelero.
Manguart Sánchez reconoce que como asociación han enfrentado intereses poderosos de políticos y de otros empresarios que “lo han querido aplastar; he tocado callos y he tenido fuego amigo”.
Hasta este momento qué ha sido lo mejor y lo peor de ti?, se interrogó al gerente general de Olas Altas Inn.
-“Lo mejor de mí es que me siento una persona centrada, enfocada, en donde la vida me ha brindado oportunidades que he aprovechado; no le he fallado a mis padres y eso es importante; siempre hemos tratado de hacer las mejores cosas; hoy me siento muy orgulloso de mis padres, de la empresa; cada día hemos salido bien…”
Y lo peor de ti, el lado oscuro?, se le insistió.
-“El estar en esta posición descuida uno su entorno, la familia; el trabajo se vuelve la prioridad cuando muchas veces no es lo más importante; he tratado de cambiar esto en los últimos años y tener más tiempo para mi familia, porque aquí el trabajo nunca se acaba…”
José Ramón tuvo palabras de elogio para sus trabajadores, algunos de más de 30 años, a los que consideró “su familia”. Recordó a su padre, don Pedro, con esta frase: “Vale más dormir a gusto” y el empresario reiteró: “Al día de hoy, duermo a gusto”.
Finalmente y sobre el futuro de Mazatlán, Manguart Sánchez apunta que ve a la ciudad transformada y enfatiza que este “gobierno se haya atrevido a cambiar el rostro de Mazatlán; sigue habiendo muchas áreas de oportunidad, de promoción y cómo capitalizar un Centro Internacional de Convenciones; el tema de la conectividad aérea y coordinarnos más como sector y no estar desunidos. Vienen buenos gobiernos estatal y municipal con los que esperamos trabajar; necesitamos ponernos todos las pilas y meter jonrones, porque ya sabemos lo que pasa cuando no hay turismo en donde la economía se desploma. Mazatlán es una comunidad hospitalaria; hay mucho más que dar”.