*Tranquilos en su propia isla
*Lejos del bullicioso de la ciudad
Los habitantes de la Isla de la Piedra, en su mayoría, viven tranquilos, alejados del bullicio de la gran ciudad. Muchos, quizás felices, en un lugar que huele a pueblo y sin los grandes problemas de las ciudades medias como Mazatlán.
En las entrevistas con las personas, algunas nacidas en la Isla y otras llegadas para quedarse, “por la hermosura y los atractivos naturales”, todos coinciden en la tranquilidad y que se vive bien y que no se necesita nada. “Aquí tenemos todo; poco necesitamos de Mazatlán”, afirma una ama de la casa.
Un hombre mayor afirma que llegó desde los 13 años a vivir a la Isla y que ya tiene más de 50 radicando. “Aquí me case, tengo 13 hijos y más de 40 nietos; no le pido nada la vida, aquí soy feliz, en este lugar con olor a pueblo. En Mazatlán hay mucho ruido y problemas”, enfatizó.
Una jovencita, que asiste a clases al Cobaes, señala también que en la isla tiene todo lo necesario y que las diversiones se las da la playa, el mar y sus amigos. Indica que no le gustan los llamados “antros” de Mazatlán.
En la Isla de la Piedra hay escuelas, médicos, pero lo más importante tranquilidad, libertad y un aire diferente para vivir.
Una mujer joven, de origen suizo, dice que se casó con un mexicano y que ahora vive feliz en la Isla; soy como una misionera y me gustan las pequeñas comunidades, enfatizó.
A la Isla de la Piedra sólo la separa el canal de navegación de Mazatlán; diez minutos en lancha de un lado a otro, pero esta pequeña comunidad de unas cuatro mil personas vive diferente, segura y tranquila en su propia isla.