*La familia la integran 7 lobos
*”Son como de mi familia”
Siete lobos marinos hacen todo un espectáculo a la altura de los mejores shows del mundo, no solo de México y lo tenemos aquí, en Mazatlán, para deleite de la población local y los turistas nacionales e internacionales.
Es parte de uno de los atractivos del extraordinario Acuario Mazatlán que tiene dos enormes peceras con una variedad de peces, desde tiburones hasta dorados, pero sin duda que el que más llama la atención y roba el corazón de niños y grandes son los “inteligentes” lobos marinos que dentro de sus rutinas está el de dar besos en las mejillas a los turistas que lo deseen.
Otros lobos se aplauden así mismos cuando al público se le olvida y con ello jalan no solo el batir de palmas de la gente, sino también las risas por las “monerías” que hacen esos animales y que reflejan disciplina y entrenamiento a través del reflejo condicionado.
En entrevista con Tomás Ramírez, un entrenador que lleva más de 20 años trabajando para el Acuario, nos dice que la familia de lobos está integrada por siete animales y el más grande es un macho tiene 22 años, “Bony”, luego sigue otro macho de 11 años, “Toby” y luego unas hembras y la más chiquita es Gogo de tres años. Dice que para entrenar a un lobo marino se lleva unos 4 a 5 meses, dependiendo del animal y de un buen entrenador.
Tomás, una persona sencilla y amable, dice que quiere tanto a los lobos que los “siente como si fueran sus hijos; todos los días estoy con ellos; llevo 24 laborando en el acuario y 30 años entrenando delfines y lobos marinos; he llorado cuando alguno se ha muerto por enfermedad; son animales nobles, aunque a veces, como cualquier animal al que hostigan, puede ser peligroso”.
El entrenador Ramírez dice que hay muchas rutinas y la básica es que aprendan a sentarse y una de las más complejas es que salten en el estanque y le arrebaten a un entrenador un pescado que sostiene en la boca a una altura de tres metros. Otras rutinas es balancear un balón y hasta cantar.
Finalmente dijo que el aplauso para los lobos marinos como para los entrenadores es lo más gratificante y es la recompensa a un trabajo y un esfuerzo de hacer pasar un momento agradable a los visitantes del Acuario.