El carnaval fue único, colorido, ordenado, con mucho, turismo, vistoso, alegre, con creatividad en la construcción de los carros alegóricos, pero lo único malo fue la “renta” y “reventa” de las sillas en donde muchos abusaron y se agandallaron de los espacios, mientras mucha gente del pueblo se quedó sin la oportunidad de ver con amplitud el desfile del domingo por El Malecón, coincidieron en opiniones encontradas algunas personas entrevistadas sobre cómo les fue de fiestas de carnaval.
En tanto, mientras otras personas señalaban su contento y gusto de haber podido ver y hasta “cantar” con la Banda de El Recodo y Los Recoditos, otros manifestaron su malestar porque “hubieron zonas privilegiadas para políticos y funcionarios que no tuvieron que hacer largas colas para entrar y estar hasta adelante”, dijeron los entrevistados por Sinaloa en Línea.com.
Así, de todo hubo en carnaval, el desfile y las coronaciones en el estadio de beisbol “Teodoro Mariscal”. Sin embargo, María de los Angeles Espinosa señaló que, a pesar de su molestia por las “sillas del Malecón”, ella pudo ver muy bien el desfile, a la altura del Seguro Social viejo, pues con toda la familia se subió a las escaleras del edificio de bienestar social.
Teodoro González, de 60 años, dijo que nunca había visto tanta gente en El Malecón y que los carros alegóricos fueron muy bien diseñados, a pesar de no estar la leyenda Rigoberto Lewis. “El domingo se vio mucho colorido, muy alegres las comparsas y las reinas muy guapas, hasta la infantil”.
Eugenia Pérez Lizárraga, comerciante ambulante, dijo que le fue muy bien con las ventas de pelucas, que hubo mucha gente muy contenta y feliz, pero que “algunos carros fueron extraños, no supe distinguirlos aunque en otros vi figuras de animales o barcos”.