ENRIQUE PEÑA NIETO PRESIDENTE.

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NUESTRA RES PÚBLICA. ¿QUO VADIS?

Tras la caída de la presidencia imperial se creó una especie de feudoralismo, en el no se movía ninguna hoja del árbol estatal sin la voluntad omnímoda de los gobernadores    Lo que otrora fue una práctica del presidencialismo, se  dispersó entre 33 voluntades en las que se repicó y replicó ese sistema clientelar que nos distingue: existe un todo ‘todo’, en el que millones  hombres y mujeres buscan ‘acomodo’, porque de allí aún  manan sueldos, sobresueldos, viáticos, subsidios, igualas, contratos, plazas, notarías, expendios, concesiones, permisos, chayotes, compras de bienes y personas y préstamos a fondos perdidos o poco encontrados, influencias, amistades, identidades sociales y políticas y demás gajes imaginables e inimaginables…

Nunca como este tiempo en que existieron dos presidencias panistas acotados y gobernadores ensoberbecidos nuestras que debilitaron hasta la saciedad. La flacidez de las instituciones no sólo no impidió disolver el capitalismo de “cuates” imperante, que ha producido un acendrado mercantilismo que ha favorecido la creación de múltiples poderes fácticos, los que medran en los lobby y los que presionan en la calle; además les permitió medrar con los cuantiosos recursos que le arrebataron a la presidencia, de los que jamás rindieron cuentas; endeudaron a los estados y, por si no bastara, no colaboraron en el combate al narco y no pocos se aliaron en sus fronteras con esos delincuentes, circuntancia que generó “defensas civiles”  de diversa filiación que han tomado el territorio que las “autoridades” dejaron a la deriva y tutti quanti…  

PEÑA NIETO: ¿LA RESTAURACIÓN DEL PRESIDENCIALISMO?

  De la anomia de la dictadura perfecta y la dictadura depredadora de los feudo gobernadores, de repente nos hallamos frente a una presidencia que tanto por su reformismo  como por sus decretos centralizadores, se ha abierto la interrogación si volveremos a la Presidencia Imperial, ahora llevando como copilotos a las dirigencias del PAN y del PRD. De estos movimientos centralizadores, por ejemplo, es la nueva Secretaría de Gobernación, que concentra sus viejas funciones a las que ha adjuntado labores policiales y de investigación. El Pacto por México que, a pesar de su productividad, en la práctica a suplantado al Congreso. Además se pretende hacer una policía nacional, de frente a la corrupción e ineficiencia de las policías estatales y mucipales. Transferirá, entre otros anuncios, el pago a los profesores y la compra de Medicinas de los Estados a la ciudad de México, a través de las instancias federales. Denis Dresser opinó sobre estos rasgos centralizadores:

Hoy ya hay quienes celebran el surgimiento del Putin mexicano. Hoy aumentan los reclamos para que Peña Nieto gobierne de manera fuerte y dura como él lo continúa haciendo en Rusia. Y todo esto ocurre porque los mexicanos se sienten alejados tanto del Estado como de la sociedad. Más del 50 por ciento de la población se declara insatisfecha con la transición, desencantada con los partidos, ambivalente hacia el IFE, sospechosa del sistema judicial. Los mexicanos confían más en el Ejército que en las personas que han llevado al poder. Sienten que el gobierno ha sido privatizado por clanes, que los partidos políticos no sirven, que la ciudadanía no tiene manera de influenciar al gobierno o lograr que haga las cosas mejor. De allí que busquen una solución encarnada por quien ofrece seguridad, estabilidad, control. (REFORMA, 08 marzo 2013)

 

OTRA FORMA DE PERCIBIR EL PERFIL DE PEÑA NIETO

Otras formas de percibir los usos gubernamentales de Peña Nieto, amén de la del PRI que saben callar, rumiar y esperar la hora de juzgar, es aquella que afirma que su afán centralizador obedece a una inmensa desconfianza a los gobernadores, a quiénes inculpa de la devastación que sufre el país y, que por tanto, tiene que amarrarles las manos para evitar que el conjunto de reformas que está llevando a delante no sean frenadas por ellos. Esta desconfianza se ha agravado, nos confesó una fuente, con la emergencia de la CENTE, cuyo tilde presidencial apunta a determinados gobernadores.

La misma fuente nos informa que la centralización de Enrique Peña Nieto es solamente temporal, que en el próximo año irá más allá de la reforma electoral que el PAN le exige  como condición para aprobarle sus reformas. El año que viene, asegura la fuente, planteará una reforma del Estado en donde el federalismo será una de sus piezas claves, con el objeto de evitar las vueltas y revueltas del presidencialismo y del feudolarismo. Estaremos para verlo. Vale decir que a algunos Marxistas les gusta el concepto de Revolución Pasiva, para caracterizar al gobierno de presidente Peña Nieto.