EN LA GRILLA

0
57
IMG_8924-3.JPG

*SCT: ¿engaña al público, o lo engañaron a él?

*Autopista a Durango y Rosario, las grandes fallas

*Acuerdo en principio entre Malova y el magisterio

FRANCISCO CHIQUETE

El mundo es un pañuelo, decían nuestros antepasados, y tenían razón: desde antes de estar globalizados, los seres humanos ya podían movilizarse de un punto del planeta a sus antípodas, y sus ideas no se diga. Aunque Marshall McLuhan le puso nombre a la aldea global en la segunda mitad del Siglo XX, desde mucho antes se conocían en todas partes los mitotes de todas partes.

Esta verdad tan obvia y evidente, parecen ignorarla los burócratas. El señor director del Centro SCT, pongamos por caso. Este señor, de nombre Héctor Raúl García Fox, se sintió cobijado por la distancia y declaró en Culiacán que todas las autopistas en Sinaloa estaban ya en operación y que -aun la carretera libre Mazatlán-Culiacán, socavada por el Río Quelite, fue reparada y puesta de nuevo en servicio.

La realidad es muy distinta. Un buen rato después de que el señor director derramase su cuota de optimismo, la Policía Federal de Proximidad Social le daba un desmentido contundente: la Autopista a Durango seguía cerrada, lo mismo que la carretera libre hacia esa entidad, la 40, que como ocurre con muchas de las carreteras serranas, registró deslaves y obstrucciones.

La Maxipista, relatan quienes fueron a hacer un recorrido, está intransitable a partir del túnel El Sinaloense, en cuyos alrededores hubo un desgajamiento que bloqueó el paso, sin que sea éste el único problema, pues se reporta que buena parte del trayecto subsecuente tiene tierra y piedras que hacen peligroso su uso.

Ya pasado el mediodía, la libre entre Mazatlán y Culiacán, la carretera México 15, seguía cerrada porque el Río Quelite socavó un tramo. Como si se tratase de ir a subir un switch, el señor García Fox aseveró que “llegó personal de la empresa que da mantenimiento se presentó a hacer las reparaciones”, según consigna el periódico El Debate.

Si esta persona informa sobre todas las actividades del Centro SCT Sinaloa como lo hizo con esta emergencia, tenemos que empezar a escucharlo con otra actitud, porque atenernos a la información que él brinda no nos llevará por buen camino.

Ese es quizá el prietito en el arroz. En esta oportunidad las autoridades estuvieron muy al pendiente de los acontecimientos, anticipándose a lo que se venía, luego de las amargas experiencias que Manuel dejó entre todos, civiles, autoridades y hasta presuntos responsables de las obras y medidas que no funcionaron como debieron hacerlo, especialmente en desarrollos de tipo residencial.

En todos los municipios en riesgo hubo atención preventiva, medidas que a la luz de lo que pasó pudieran parecer exageradas, como la suspensión de clases, pero incluso esa decisión quedó justificada plenamente.

Dos cosas llaman la atención de manera lamentable: que la supercarretera a Durango vuelva a presentar problemas, como ocurrió con Manuel unos días antes de que fuese inaugurada. La obra muestra una fragilidad extrema a este tipo de situaciones, de modo que no está de más una revisión de especialistas para que la empresa constructora responda en caso de ineficiencias o vicios ocultos (que ya no lo están tanto). Y que no nos salgan con que fueron lluvias extraordinarias, porque las tormentas son situaciones que se dan en cada temporada de ciclones y a veces fuera de ella.

El otro punto débil fue Rosario. Otra vez los municipios del sur de Sinaloa quedan fuera de foco, como pasó con Manuel. Mientras la opinión pública se concentraba en el centro, Rosario y Escuinapa padecían inundaciones muy severas. Esta vez el ayuntamiento rosarense parecía no estar consciente de su convivencia con uno de los ríos más caudalosos del estado.

Aunque siempre existirá la justificación de que las avenidas no avisan, y de que la zona de alertamiento partía de Mazatlán a Altata, no puede haber un presidente municipal que se desentienda  de un caso como éste, en que los parámetros son tan cambiantes. Esto es evidentemente el resultado de las improvisaciones. El alcalde Edgar González dejó su puesto para ir a una aventura electoral en la que fracasó rotundamente y en el berrinche de la derrota ya no quiso volver, dejando a su sustituto para que termine el periodo, con toda la carga de improvisación e impreparación que ello significa.

Ahí están los acontecimientos: el río se les vino encima y nadie tenía modo de alertar a los habitantes de diversas poblaciones, algunas de las cuales quedaron aisladas. En los dos lados de vados, arroyos y otros pasos de agua quedó mucha gente sorprendida por la creciente, a quienes nadie se acercó en horas para ofrecer algún tipo de apoyo.

Al mediodía la Presidencia Municipal andaba desesperada buscando apoyo de los demás municipios, especialmente Mazatlán, donde tienen más personal y equipamioento, pero habían pasado dos noches en vela precisamente para prevenir los efectos de esta tormenta tropical que estuvo amenazando a la región durante los dos días previos.

Que esto sirva para la próxima temporada de chapulines. Cuando los señores alcaldes vayan a querer dar el brinco hacia atrás, buscando una diputación, piensen en alguien capacitado para sustituirlos (habrá muchos que sean peores aún que los suplentes, pero ese era ya un mal inevitable desde que ganaron la elección). Colocar a amigos o incondicionales que les vayan a tapar las cuentas, tropelías o errores es una parte importante, pero la ciudadanía tiene derecho a que de vez en cuando piensen en ella y no la dejen en manos de gente que no sabe ni la “o” por lo redondo.

PRIMER ESTALLIDO,

AUNQUE SEA CEBADO

El gobernador Mario López Valdez tuvo que enfrentar directamente el primer caso gtra ve derivado del déficit económico que enfrenta su gobierno Los maestros de la Sección 53 del SNTE habían hecho a un lado su tradicional posición institucional y advirtió con un paro de labores si no se cumplían sus exigencias de entrega de doscientos millones de pesos.

Dicho así suena como un chantaje mondo y lirondo, pero en realidad se trata de dinero de los trabajadores de esa sección, descontado de sus salarios para depositarlos en un fideicomiso del que estos trabajadores obtienen ingresos adicionales gracias a las ganancias que genera el propio fideicomiso, pero que en los últimos años no ha recibido las cantidades descontadas.

Este posible paro laboal fue encarado personalmente por el gobernadro Mario López Valdez, quien recibió a los dirigentes de la sección, quienes le expusieron la situación, la demanda y los plazos, ya en términos de agotamiento.

Silvino Zavala, el dirigente seccional, dio a conocer que por lo pronto el paro se suspende, porque el gobernador se comprometió a depositar cien millones de pesos en calidad de primer pago, con otros cien millones que se depositarían el lunes próximo.

Zavala se muestra sorprendido de dos cosas: de la actitud con que el gobernador los escuchó en cada uno de sus planteamientos, la tranquilidad con que dio seguimiento a cada una de las cosas; y el hecho de que el caso, que pudo ser resuelto antes por los encargados de las áreas financieras, tuviera que haber sido enfrentado por el propio López Valdez.

Zavala advierte que el paro no está cancelado. Si mañana a las cuatro no ha aparecido el depósito, el paro se realizaría el miércoles; y si aun habiendo aparecido hoy, no se complementa con los otros cien millones del lunes, se volvería también a ejercer presión por esa vía.

Zavala explica que confía en que el gobernador cumplirá, aunque sus colaboradores no lo hayan hecho, pues desde hace tiempo habían quedado en que se les entregarían esos doscientos millones y no ocurrió.

La deuda en realidad anda por los cuatrocientos millones de pesos, pero dice el dirigente que con la mitad alcanzan a sacar los compromisos que el fideicomiso tiene con sus integrantes.

El caso ha sido abordado por el gobernador, quien ha explicado que se trata de una parte del déficit motivado a su vez por el déficit que al propio estado le genera la federación al mandar dinero incompleto para las nóminas del sector magisterial y ha adelantado que llegarán a acuerdos con el sindicato, acuerdos que se han alcanzado, aunque a decir de Zavala, el dinero sigue sin llegar.

Seguramente que en este caso los cien millones aparecerán  mañana y el miércoles no haya más amenaza de paros laborales, y seguro que también la semana próxima habrá otro pago o abono. El problema es que si cada uno de los acreedores del estado empieza a actuar igual, los problemas van a ser mayúsculos y afectarían a la gobernabilidad, algo que hasta el momento no ha ocurrido, pese a los difíciles momentos que han traído circunstancias como la violencia, las heladas, las sequías, las inundaciones y optros fenómenos a los que le ha tocado lidiar a la actual administración.