*Entre ausentes y presentes, funcionó la Feria
*Varios pintan su rayita en el Grupo Culiacán
*Terminan obra del programa de los cien días
FRANCISCO CHIQUETE
La feria de Gerardo Vargas fue un éxito por donde quiera que se le mire: atiende a gente con necesidades; muestra músculo en la movilización de personas que no necesariamente pertenecen a un partido político en específico, lo hace con cuadros que han estado de todos lados del cuadrante, y al final se da el lujo de decir que no es ni movimiento de amigos ni encuentro de cuadros políticos, y que de la sucesión nada por lo pronto.
Efectivamente, se tuvo el cuidado de no exagerar la nota, de modo que contra lo que se pensaba, no huno un solo secretario de despacho, aunque sí estuvieron presentes los stands de muchas de las dependencia, atendiendo las necesidades de los más de siete mil asistentes, que acudieron entre las nueve de la mañana y la una de la tarde.
Fue tan exitosa la convocatoria y movilización de gente, que ese fue el único problema: algunos de los servicios médicos no alcanzaron. Sobre todo donde los aparatos tienen un límite de operación. Fueron víctimas de su éxito, pues no esperaban una respuesta del tamaño de la que recibieron esa mañana.
Pero si no vinieron los secretarios de despacho, en cambio acudieron personajes renombrados que llamaron la atención, El alcalde Carlos Felon, por supuesto, estuvo desde la inauguración hasta una hora después. Como tenía su propio evento, se fue temprano a entregar zapaos en el Bacanora.
Pero poco después llegó el diputado federal electo Quirino Ordaz Coppel, quien todavía parece en campaña, con un buen impacto entre líderes y colonas. A más de una sorprendió recordando sus nombres, sus domicilios y hasta los casos que las afligen. Acompañó al secretario general de gobierno durante un buen rato en la recta final del recorrido e incluso en las audiencias que el funcionario dio al final.
Estuvo el diputado local Fernando Pucheta Sánchez, quien también paseó su punch por entre los asistentes, atendiendo saludos y peticiones. Por cierto que Pucheta tiene su propio evento para el miércoles próximo, en la colonia Obrera, que lo vio nacer hace algunas cuantas decenas y decenas de años.
Acudió el senador Daniel Amador Gaxiola, quien prefirió nomás aplaudir en la carpa del zumba, donde un grupo de muchachos (chiquillos y chiquillas) dio una demostración. Amador es otro de los que anduvo perseguido por los reporteros para que se pronunciara sobre la sucesión del gobernador y sus propias aspiraciones, aunque a decir verdad no hay que entrevistarlo con tehuacanes para que suelte la sopa.
El que no estuvo fue Martín Pérez. Es cierto que es del PAN, pero él había acudido a citas anteriores, como la edición previa de la Feria de Servicios Gubernamentales realizada en Urías. En esa ocasión no estaban todavía las calenturas de las elecciones, pero sí las de los muestreos, de modo que acudió no sólo Martín Pérez, sino varios de los regidores panistas que hoy estuvieron ausentes.
NO LE SOSTUVIERON A SERGIO
TORRES EL SUPUESTO APOYO
Una de las notas fuertes la semana anterior fue la reunión como de relanzamiento del Grupo Culiacán, que formalmente se encontró sólo para mantener vivos los lazos y las cercanías de sus integrantes, pero que a la hora de la hora terminaron con un estruendoso pronunciamiento a favor del alcalde culiacanense Sergio Torres Félix para que busque la candidatura priísta al gobierno del estado.
En realidad, nos precisan, el que hizo el pronunciamiento fue el dirigente municipal del PRI, diputado Manuel Osuna Lizárraga, quien le dijo a Torres Félix que estaban con él para la gran aventura policía que culmina dentro de un año.
De esa expresión se agarró el alcalde culiacanense para darse por destapado por el grupo completo, que ha estado muy de moda y no precisamente por buenas razones, como ya comentamos en la entrega anterior.
Pero resulta que varios de los más prominentes integrantes del grupo, acudieron por sus respectivos conductos a aclarar, ante quienes consideraron más conveniente, que no hay tal cargada general; que “sólo fue una expresión personal de Manuel”, pero que no, que de ninguna manera se irían por la libre ni mucho menos se indisciplinarían a quienes tienen la capacidad de tomas las decisiones de ese nivel.
En realidad, todo mundo sabe o cree saber que Sergio Torres se la juega con el nombre del coordinador –aún- de la bancada priísta en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Manlio Fabio Beltrones, pero que el sonorense tiene en el estado contactos más elevados y más cercanos con quienes podría jugarse una aventura. Por cierto que también se atribuye a la diputada Paquis Corrales la pretensión de recargarse en Beltrones para mantener vivas sus aspiraciones por la Presidencia Municipal de Mazatlán, aunque todavía no se conoce el destino político del actual coordinador, y para cuando llegue el momento de decidir sobre las alcaldías sinaloenses, obviamente ya se acabó la legislatura actual.
El caso es que a Sergio Torres lo están dejando colgado, vestido y alborotado sus propios correligionarios, pero por supuesto, aún le queda la posibilidad de amase una convención de morrines y solicitar el voto. Jure usted que nadie se le va a pronunciar en contra.
NO FUE EN CIEN DÍAS,
PERO YA LLEGARON
Dos de las obras más importantes del trienio serán entregadas esta noche, con la presencia del gobernador Mario López Valdez, quien por cierto retorna así a la actividad pública tras la operación de que fuera objeto el otro fin de semana, en su natal Mochis.
Lo más normal es que los gobiernos entreguen obras y sobre todo, que realicen eventos para celebrarlo y divulgarlo, pero es el caso que estas fueron programadas desde hace muy buen tiempo, y sólo ahora ha sido posible que se les dé por concluidas.
Se trata de la avenida Munich en el tramo de la Ampliación Felipe Ángeles, una parte de un circuito que en el futuro será importante para la circulación vehicular, y que desde ahora constituirá un buen desfogue. Fue anunciada e iniciada desde hace un buen rato, pero entre broncas, carencias, tiros y tirones, es ahora que queda concluida.
Y también está la Alberca Olivera, ue formaba parte del programa de cien días, pero que se concluye exactamente cuando el gobierno municipal concluye su primera mitad. Como se ha explicado, la obra no podía avanzar a la velocidad que originalmente se estimó, porque depende de las mareas, que daban pocos y variados tiempos de trabajo. La obra es magnífica, muy bonita, muy imaginativa para hacer un atractivo de primer nivel de lo que hasta ahora había sido un impresionante artilugio técnico creado a principios del siglo XX, pero no un lugar bello como ahora lo es. La única duda es por qué no cayeron en cuenta del asunto de las mareas cuando la programaron para los primeros cien días.