EN LA GRILLA

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*El ruido después del informe priísta

*Acaba el informe gubernamental

*La austeridad llegó al máximo: AV

FRANCISCO CHIQUETE

Como era previsible, la asistencia del gobernador Mario López Valdez al primer informe de acción legislativa y de gestión que rindieron los tres senadores priístas sinaloenses desató un ruidajo en los ámbitos políticos que poco a poco se irá apagando, sin que ello evitar que en lo sucesivo, cada vez que un actor o partido utilice el tema cuando quiera descalificar al Malova que fue candidato opositor.

Como era de esperarse, en el PRD quienes están en contra de la continuidad de las relaciones entre su partido y el gobierno malovista aprovecharon la oportunidad para soltar de su ronco pecho. Hubo un dirigente municipal, el de Los Mochis, que ironizó diciendo que la asistencia del gobernador al acto de los senadores no tenía mucha importancia, toda vez que él siempre ha actuado cercano a los priístas.

Curiosamente, el encono de este dirigente viene a raíz de la derrota del candidato de la coalición, Ernesto García Cota, quien en realidad era candidato del Partido Acción Nacional, por más que formalmente hubiese representado también al Partido de la Revolución Democrática y al Partido del Trabajo.

Por parte de Acción Nacional el más radical fue el senador Francisco Salvador López Brito, para quien la presencia del gobernador en el evento priísta es sólo un signo más de la cercanía entre ellos, y una muestra más de que su partido –Acción Nacional- debe mantenerse alejado del gobierno, actuando o interactuando sólo de manera institucional.

Fuera de ese caso, los panistas fueron los más moderados. Edgardo Burgos Marentes simplemente le restó importancia al asunto, recordando quizá que Malova también fue invitado a un evento de informe del propio senador panista Francisco Salvador López Brito, y aunque problemas de agenda le impidieron asistir, envió la representación del secretario general de gobierno, Vargas Landeros,  quien fue muy bien recibido (no como Malova en el PRI, pero sí con amabilidad, comedimiento y hasta cordialidad, después de haber estado en el centro de la polémica a causa de la derrota blanquiazul en las elecciones de alcalde, síndico procurador y regidores, atribuida si no directamente a él, sí a sus colaboradores más cercanos.

Pero quienes de plano se convirtieron en abogados del gobernador, si es que necesitaba respaldos de esa naturaleza, fueron los alcaldes de Ahome y de Mazatlán, Zenen Xochihua Enciso y Alejandro Higuera Osuna, respectivamente, quienes coincidieron plenamente en la descalificación de cualquier consecuencia que pueda atribuirse al hecho del pasado sábado en Culiacán.

Zenen Xochihua dijo que no debe hacerse ruido de esa situación, que el gobernador estuvo en un evento público sin que ello signifique que tenga algún interés de carácter partidista. Por supuesto, el ruido era inevitable y la posición de Zenen era de esperarse. Si alguien se mantiene en el malovismo a pesar de las broncas que ha habido, y a pesar de haberla jugado en la municipal contra el candidato del gobernador, es precisamente Zenén.

Otro panista fuera de duda es Alejandro Higuera Osuna, que no ha aceptado la directriz del rompimiento y antes al contrario, la ha combatido. No tiene ninguna importancia, dijo Higuera cuando le preguntaron sobre el asunto. Es un simple evento al que el gobernador fue como gobernador de todos los sinaloenses. Por supuesto, no le pasa por la cabeza que haya una idea de Malova para regresar por los rumbos de la militancia priísta.

En su momento comentamos que el dirigente tricolor en Sinaloa, Jesús Enrique Hernández Chávez se convirtió en un defensor de la condición no priísta del gobernador, abogando por su neutralidad partidista y por su resistencia a las etiquetas, sin importar que el sábado el priísmo reunido ahí se volcó a favor de Malova y que la senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo decretó que “usted –Malova- es de aquí y aquí está”.

¿ACABA LA TRADICIÓN, O

SÓLO UNA SUPERFICIALIDAD?

A propósito del gobernador López Valdez: ayer, como no queriendo, dio una nota que es importante, aunque sólo fuera por contraposición a lo que ha ocurrido siempre en las administraciones públicas: desaparece por fin el acto público de informe anual de labores, para dejarlo sólo en la entrega del documento de informe ante el Congreso, que es lo que mandata la ley.

López Valdez lo explicó en razón de las dificultades financieras. Cualquier peso que podamos ahorrar para entregárselo a la gente, es importante, dijo.

Como se sabe, el gobernador del estado tiene la obligación legal de presentar un informe sobre el estado que guarda la administración pública una vez por año, en este caso durante el mes de noviembre, sólo que esta ceremonia ha ido cambiando de manera importante.

Normalmente, como ocurría en el ámbito federal, el día del informe era el día del gobernador. Desde la exposición a los medios prácticamente desde que amanecía el día hasta el último momento antes de ir a la cama, incluyendo un discurso en que se les aplaudían hasta las pausas para tomar agua y luego el besamanos, el inolvidable besamanos de fin de discurso, que después se repetía en las oficinas, y finalmente volvía a aparecer en la despedida tras la opípara y multitudinaria comida con que se festejaba ese “hito histórico”, como se calificaba al informe mismo.

Pero la pluralidad en los congresos y la presión social fueron acabando con esas prácticas. Un día el ingeniero Renato Vega Alvarado se decidió a acabar con el acto del Congreso, pero luego lo convencieron de que valía la pena hacer un acto público al día siguiente y lo hizo en el Parque Ernesto Millán Escalante.

Juan Sigfrido Millán Lizárraga le entró al toro y acordó con el Congreso no un discurso, sino una comparecencia-debate en que se analizaran los términos y contenidos del informe y los temas políticos del momento, con participación de los diputados de todas las fracciones y las respuestas del gobernador, incluyendo contraréplicas de los diputados.

El ejercicio sin embargo, no prosperó. La comparecencia se convirtió en un inacabable paredón de fusilamiento en que no había posibilidad de ponerse de acuerdo, pues aunque Millán se expuso a los cuestionamientos, los diputados de oposición no tenían interés en debatir, sino en fusilar al rival político, en tanto que los diputados priístas se pasaron empeñados en defender al gobernador incluso cuando él asentía a alguno de los cuestionamientos de la oposición. El asunto finalmente no funcionó.

A Jesús Aguilar Padilla le tocó heredar ese esquema, pero apenas se acomodaba a las condiciones difíciles del encuentro, a Vicente Fox le quitaron el derecho de entrar al Congreso; como consecuencia es legisló para formalizar esa ausencia: los presidentes sólo informarían por escrito y el enviado llegaría hasta el lobby o algún salón especial, pero no al salón de plenos.

Luego luego el Congreso sinaloense asimiló el cambio y lo hizo propio. Aguilar la pescó en el aire y suspendió los informes y actos posteriores, cambiándolo por un recorrido a los medios capitalinos, incluyendo los que fuesen críticos.

A su llegada, Mario López Valdez revivió los eventos posteriores al informe por escrito. Todavía el año pasado se realizó un evento de estos en el Teatro Pablo de Villavicencio, en que estuvieron casi todos. La ausencia más notoria no fue la de Jesús Aguilar Padilla, que era obvia, sino la del dirigente priísta Jesús Burgos Pinto, quien decidió no acudir “por cuestiones de agenda” y desató con ello un enfrentamiento del que todavía se ven consecuencias.

La suspensión del acto posterior generará seguramente buenas reacciones.

AUSTERIDAD AL LÍMITE

El secretario de Administración y Finanzas, Armando Villarreal, confirmó anoche que el déficit financiero del gobierno del estado alcanza los dos mil millones de pesos, en números redondos, motivados básicamente por el déficit financiero, que anda por los setecientos cincuenta millones de pesos, por la baja en las participaciones federales, que calculó en unos seiscientos millones, más la baja en ingresos propios, motivados por la caída en la economía y otros detalles que gravitan sobre las finanzas del estado.

Nomás para que nos demos una idea de la situación y de la variedad de elementos que han influido en ese déficit, hay que señalara que al secretario de Administración y Finanzas le urge que se regularice la situación del emplacamiento de vehículos, para recuperar unos ciento cincuenta millones de pesos que se han rezagado con la lentitud del trámite.

Algunas ventajas encuentra el secretario: entre los últimos picos del megacrédito, la primera parte del cupón cero y programas y proyectos que fueron acordados y obtenidos en la federación, circulan en la economía sinaloense unos dos mil seiscientos millones de pesos, que ayudan a sobrellevar los problemas que se están viviendo.

Afortunadamente, el gobierno del estado ha hecho un esfuerzo de austeridad que le ha permitido ahorrar unos doscientos millones de pesos, que en algo aligeran la carga.

Villarreal estima que el esfuerzo de austeridad es ya el máximo, De tratar de extenderlo, dice, terminaríamos entorpeciendo la marcha del gobierno.

Admite que desde fuera habrá quiénes consideren que no es suficiente, que todavía hay cosas que recortar en compras, en viáticos, pero la realidad es que no es así. Hemos sido muy dedicados en eso y los resultados, considera, son muy positivos.