*Caen las dos primeras cabezas del gabinete
*No serán suficientes para aplacar los enojos
*Los candidatos independientes y sus cuentas
FRANCISCO CHIQUETE
Al final, el presidente cedió a las exigencias del foro público. El circo romano exigía cabezas y ya van las dos primeras: el procurador deja de serlo y se va a descansar a la Sedatu. Para darle lugar a Jesús Murillo Karam, Jorge Carlos Ramírez Marín se va de diputado plurinominal, donde podrá continuar tranquilamente su labor nifunifaica.
Por supuesto, estas cabezas no serán suficientes. La exigencia estaba centrada en el secretario de Hacienda, Luis Videgaray y en la del titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a quienes cualquiera les puede atribuir fallas en sus desempeños, pero sobre todo, enfrentan el pecado de ser símbolos del gobierno peñista y por tanto candidatos insustituibles a la piedra de sacrificios.
Es un hecho que Arely Gómez, la nueva titular de la Procuraduría General de la República no tendrá ni una semana de gracia. No conquistaría a los críticos ni siquiera encarcelando a los miembros del gabinete completo o acusando al gobierno de la muerte de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala.
Siempre habrá una exigencia mayor, siempre habrá un motivo para sospechar y descalificar lo que se haga. Con más razón, reclamar aquello que se deje de hacer.
Se ha exigido una personalidad independiente para que funja como titular de la PGR y Arely Gómez es priísta, pero aunque no lo fuera. Cualquiera que llegue ahí será asesinado políticamente a fuerza de descalificaciones. Peor aún si ayuda con una mala actuación, muy probable para quienes van a una estructura caduca, corrupta como ha sido la PGR a lo largo de su existencia.
Ahí está el caso del INE. Entre todos los partidos, especialmente los de oposición, acabaron con el IFE para crear un instituto que les pareciese seguro, blindado. Se repartieron como siempre las cuotas para la designación de consejeros y se puso al frente, por decisión de los partidos, en consenso con los opositores, por supuesto, a Lorenzo Córdova, de quien todos coincidieron que era un personaje intachable, con capacidad, trayectoria y hasta pedigrí democrático e independiente.
Pero resulta que todavía no termina de organizarse la primera elección bajo su cargo, y aquellos que lo llevaron al INE ya aseveran que el instituto está al servicio del PRI y de su ad later, el Partido Verde.
Es cierto que la calidad del gobierno ha ido en progresivo descenso. Carlos Salinas desmanteló al estado mexicano; Ernesto Zedillo quitó los alfileres con que le dejaron prendida la economía; Vicente Fox acabó con la dignidad de la presidencia; Felipe Calderón cambió la jefatura de gobierno por la batuta militar; y a Enrique Peña Nieto le estalló en las manos el cohetón de las prácticas indebidas de los gobernantes, ese que recogió ya con un cabito de mecha.
Todo esto ha generado un ambiente en que la irritación es fácil y responde a cualquier estímulo. Si alguien escribe en las redes sociales la palabra “rateros” llueven comentarios identificándolos por nombre, cargo y apellidos. Nada para levantar los rattings como preguntarle a la gente si el gobierno tiene lucha: las respuestas no serán razonadas, sino iracundas y por supuesto negativas (lo cual no significa que no sean acertadas por supuesto).
Esta sociedad está en el papel triste en encontrar un problema para cada solución que se le ofrece. Lo más grave de todo es que tiene razón, porque las soluciones gubernamentales no han servido de nada.
LOS CANDIDATOS
INDEPENDIENTES
Armando Zamora, aspirante a candidato independiente en el octavo distrito, sorprendió a todos cuando anunció que había alcanzado ya las firmas necesarias para que el INE le reconiciese la candidatura. Alrededor de cinco mil personas han entregado su firma y la copia de su credencial de elector, para comprobar que está en condición de votar, y de hacerlo además en la demarcación electoral correcta.
Manuel Clouthier Carrillo da a conocer, con gran satisfacción, que ya duplicó el número de firmas que se requieren para ser candidato en el quinto distrito.
Son sin duda méritos grandes. En una sociedad escéptica que descree de todo aquel que se mete en la política, aunque hable mal de los políticos, conseguir las credenciales electorales ajenas ya es una hazaña. Hay quien la regatea hasta en los bancos, cuando les piden una identificación oficial.
Ahora, una vez confirmada la validez de esas firmas, el reto será superar a las estructuras partidistas que han llevado las cosas de tal modo que el proceso se define precisamente el día de la votación, a satisfacción de quienes tengan más capacidad para movilizar votantes, ya acarreándolos, ya convenciéndolos de última hora y por supuesto, ya comprándoles el voto.
En los años ochenta, los candidatos de izquierda descubrieron que tenían capacidad para llenar las plazas públicas. Atrapados en la cultura de la clandestinidad, se sorprendieron de ver cómo sus mítines empezaban a ser masivos, multiplicando por n veces el número de asistentes que tenían en las asambleas catacúmbicas de escuelas olvidadas en las orillas de las ciudades.
De inmediato, los sociólogos empezaron a hacer sus cuentas y concluyeron que por cada ciudadano que asistía a un mitin de estos, había al menos diez que querían ir, pero aún no se decidían porque todavía prevalecía el miedo a la represión. Así, un mitin de mil personas se convertía, virtualmente, en uno de diez mil. Y todavía más: por cada uno de éstos, había al menos cinco personas que también serían irradiados por el entusiasmo, y votarían por la izquierda. El asalto al poder estaba cercano, a la mano casi.
Pero a la hora de los votos, la izquierda difícilmente llenaba las representaciones en las casillas, lo que por otra parte estaba bien, porque permitía decir que de eso se había aprovechado el PRI para volver a robarse la elección.
Habrá que ver si los candidatos independientes tienen esa capacidad para potenciar las firmas abundantes en votos masivos, para crear estructuras que motiven a la gente a salir a votar y a desentenderse de las dádivas. Una precandidata panista lamentaba que antes fuese Acción Nacional la que aconsejaba: “abarra lo que te dan, pero vota por el PAN”. Lo lamentaba porque se veía precisada a reconocer que ahora era su partido el que da a cambio del voto, incluso en los procedimientos internos. Así de grave y de difícil está la situación.
Para los candidatos independientes respaldados por el PAN las cosas son distintas: tienen estructura que los respalde, que les ayude a llegar al electorado y que en el momento clave se lo movilice. Al final serán un partido más en la contienda, aunque no tengan registro para aparecer en las boletas federales.
UN DUELO DE
SINRAZONES
El secretario general de gobierno, Gerardo Vargas, fue interrogado con una sinrazón: ¿es el asesinato del joven estudiante Dimas Verdugo Camacho, una agresión contra la UAS?
Ha habido en efecto, muchos crímenes contra miembros de la máxima casa de estudios de Sinaloa, pero también ha habido muchos que hacen víctima a elementos de otras instituciones, ya sea educativas, gubernamentales, plantas laborales y por supuesto, a jóvenes que no tienen ni esa referencia porque ni estudiaban ni trabajaban.
En medio de tanta violencia, s excesivo pensar que casos como éste van destinados a afectar a la UAS, como quiso explicar Vargas Landeros a quien sin embargo le ganó el enojo y enderezó el asunto ¡contra la víctima! ¿porqué no preguntan mejor qué amigos tenía? Obviamente Vargas tiene información sobre los criminales y los sabe cercanos.
Pero aún en ese caso, incurre en la fórmula tradicional de la policía mexicana: lo mataron porque andaba mal. En este caso, porque andaba con gente no adecuada.
Al final el funcionario debe reconocer que lo mataron porque hay un clima de impunidad que hace sentir, casi a cualquiera, que es fácil eliminar a alguien sin pagar las consecuencias. De nuevo hay que victimizar a la víctima.
SE ACABÓ LA CRISIS
Seguramente los alcaldes respiraron aliviados cuando oyeron la noticia. Apenas el lunes les habían advertido que el gobierno federal se vería en la necesidad de bajar hasta en un doce por ciento las participaciones, por lo que cada ayuntamiento debía también recortar sus gastos.
Pero seguramente que ya no será necesario con el “gran sacrificio” que hozo el Senado de la República, recortando gastos de bocadillos, galletas y vinos de honor a los invitados, pero sobre todo, recortando las dietas de los senadores en ¡cien pesos diarios!
Con ese ahorro de 12 mil ochocientos pesos mensuales el país puede volver a pensar en la prosperidad pospuesta. Gracias señores senadores.