EN LA GRILLA

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*Sí se investiga el desvío de Navolato

*La ASE nos trae sólo vanas ilusiones

*Otro manazo de doña Martha Tamayo

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

Comentábamos ayer, extrañados, que el jefe de la Unidad de Transparencia y Rendición de Cuentas anunciaba la investigación sobre el posible desvío de recursos que se atribuye a Evelio Plata, quien gastó once millones de pesos destinados a construir un nuevo palacio municipal. El gobierno del estado había confirmado que el desvío existió e incluso repuso el dinero.

Nos precisa Juan Pablo Yamuni que no ignora la confirmación del desvío ni la reposición del dinero por parte del gobierno estatal, al que él pertenece, y hace una aclaración: lo que se investiga es si se incurrió en alguna violación a la ley. El expediente está abierto y tenemos que llegar a una conclusión en ese sentido, estableció.

Ello significa que precisamente cuando está por ser confirmado como precandidato oficial del PRI a la diputación federal por el tercer distrito, Evelio Plata Inzunza sigue sujeto a una indagatoria legal para ver si él –o algún otro- incurrió en responsabilidad oficial con motivo de la desviación de recursos que en efecto, se dio.

Es una forma bastante curiosa, en los parámetros priístas, esta forma de llegar a una precandidatura: tener el respaldo del jefe político, que en este caso es el gobernador del estado; tener el acuerdo político con la dirigencia nacional del partido que lo va a postular, y enfrentar una serie de cuestionamientos que van desde una interdicción por el cierre de puertas a un posible competidor, hasta esta situación de fuego amigo en que le pegan sus compañeros de partido y también sus compañeros de grupo político.

Por supuesto que la investigación de Yamuni no necesariamente debe terminar en una condena. Seguramente la conclusión será exculpatoria, pues si además el gobierno estatal se atribuyó la culpa por no haber aportado el dinero correspondiente a las obras de emergencia por el huracán Manuel, ni modo que Yamuni termine amonestando o castigando a Armando Villarreal, y mucho menos a su jefe.

¿NO ERA MEJOR COMO ESTABA ANTES?

A propósito de las sanciones y las investigaciones al uso de recursos públicos, ayer el Congreso del Estado probó las cuentas públicas de diez ayuntamientos. Se trata de las cifras correspondientes al primer semestre del año pasado, es decir, al arranque de las actuales administraciones.

Cuando la Auditoría Superior del estado dio a conocer sus observaciones, no faltó quien se alegrara porque se trataba de información sin complacencias, en que aparecían observaciones severas, graves, por mucho dinero, por millones de pesos, que renovaban las ansias de justicia de muchos, los deseos de venganza de otros, y el morbo político de los más.

Pero a final de cuentas todo quedó igual. La Auditoría Superior del Estado y la Comisión de Hacienda del Congreso se dieron por satisfechos con las explicaciones que recibieron o que dijeron haber recibido, y todos los casos quedaron exonerados de cualquier responsabilidad, de modo que alcanzaron los votos definitivos del pleno del Congreso.

En los últimos años, la Auditoría Superior del Estado ha sido pieza fundamental para los escándalos políticos. Sus hallazgos entre las cuentas públicas han generado conmociones como la que ocurrió en Ahome a partir de que se divulgó el autopago de u nono por 240 mil pesos que se hizo Zenen Xochihua Enciso cuando estaba por dejar la alcaldía. Ese mismo tema se extendió por más de la mitad de los ayuntamientos de la entidad, surgidos tanto del PRI como del PAN.

También se puso la víbora a chillar con casos tan espectaculares como el del dragado en el Estero del Infiernillo, al que se destinaron más de cien millones de pesos durante el gobierno de Alejandro Higuera, que no han sido justificados ni siquiera con una bitácora unilateral de los contratados.

En ninguno de estos y muchos otros casos que se nos dieron a conocer, ha habido resultado alguno. Se ha amenazado una y otra vez con enderezar acciones legales contra los que recibieron los bonos de fin de año, pero la justicia viene en lomo de tortuga, pues los bonos son de diciembre del 2013 y es hora que no hay nada. Mucho menos en otros asuntos que necesitan de investigación y soportes.

El auditor superiores, Antonio Vega Gaxiola, empezó con mucho ímpetu. A cualquiera retaba y advertía con demostrarle que sí se las comía ardiendo, pero conforme han pasado los meses de su encargo, los hallazgos son cada vez de menor cuantía y las acciones brillan por su ausencia. Evidentemente ya no es el auditor incómodo.

DOÑA MARTHITA TAMAYO

MORALES, FIRME Y PERSISTENTE

En su conferencia de prensa semanal, doña Martha Tamayo, presidenta estatal del PRI, dio a conocer que hoy se oficializan las precandidaturas registradas en los primeros cuatro distritos puestos “en disputa”, que está por cumplirse el calendario para arrancar el procedimiento de otros tres, y que en el octavo ella no cede en su proyecto de que sea para una mujer.

Sobre todo, insistió en que se busca la unidad.

Este último tema es aspiración natural de todo dirigente. A ninguno le seduce la idea de conducir un proceso en que su partido resulte fracturado, pero no se trata solamente de eso, sino de la idea de sacar precandidatos únicos, a costa de lo que sea, incluso de evitar el registro de quienes no están considerados por la línea oficial.

Es el caso de Mayra Gisela Peñuelas, quien ha anunciado que está dispuesta a registrarse por el primer distrito, oficialmente reservado para Gloria Himelda Félix Niebla. Mayra Gisela, dicen sus amigos, ya tiene lista hasta la cartilla de vacunación y las actas de defunción de tres generaciones de antecesoras.

Lo mismo pasa en el cuarto distrito, donde Luis Antonio Cárdenas Fonseca puso en juego sus conocimientos de abogacía y encontró que no hay una sola determinación que impida el registro de un militante varón, de suerte que está dispuesto a ir al registro, aunque la dirigencia diga que ahí sólo tronarán los chicharrones de Diana Armenta (y los de Diva Hadamira Gastélum Bajo, por supuesto).

Sólo en el séptimo distrito las cosas van tranquilas, pues ni Cenobio Ruiz ni Erika Sánchez irían en contra de las determinaciones oficiales, por más que Cenobio mantiene viva la esperanza de que alguien meta fuerte la mano en su favor allá, por los rumbos del comité ejecutivo nacional tricolor. Eso por supuesto, para tranquilidad de Rosa Elena Millán, quien parece navegar tranquila, aunque no confiada, de modo que ya reunió todos sus documentos, incluyendo la libreta de ahorros escolares de su escuela primaria.

Pero donde fue más específica, más interesada en que su territorio quedase marcado, fue en el octavo distrito, ese que se decidirá en los terrenos del Partido Verde Ecologista de México, por estar integrado al convenio de alianza parcial firmado con el PRI.

Como se sabe, aunque es distrito para el verde, el PRI aspira a que la designación recaiga sobre un militante tricolor, y Martha Tamayo se ha propuesto que sea específicamente para una militante tricolor.

El comunicado del PRI dice: “El distrito 08, se hará bajo las reglas del convenio de coalición que el PRI tiene signado con el Partido Verde y las pláticas, en que hay coincidencia, es que debe ir una mujer postulada para garantizar que en Sinaloa se cumpla con el mandato constitucional de paridad en candidaturas”.

En el Partido verde, efectivamente, se analiza la posibilidad de lanzar a Irma Tirado Sandoval, de quien conocen su trayectoria y hasta el antecedente de los miles de votos que les acarreó en la elección del 2012, aunque hayan debido ser anulados porque no había alianza PRI-Verde en ese mismo distrito.

Pero también se está analizando la postulación de Quirino Ordaz Coppel, quien cuenta con el apoyo de diversas corrientes. Por supuesto, aunque Martha Tamayo sabe esto, su aspiración es conseguir que haya en Sinaloa cuatro distritos para mujeres y cuatro para hombres, sin considerar que el Verde tiene sus propias distribuciones.

No tiene vuelta de hoja: doña Martha Tamayo tiene una mano más pesada que la de Juan Manuel Márquez, el dinamita. Dicen que hasta Manny Pacquiao se enteró de eso y por eso no quiso venir a Mazatlán a pasar sus vacaciones de invierno.